Green Day

Si hay que señalar algún disco como la obra de “madurez” de Green Day, muy probablemente debamos escoger “nimrod.”. Lanzado el 17 de octubre de 1997 e influido de algún modo por el espíritu ecléctico de sus adorados The Clash, supuso el trabajo más estilísticamente variado en la discografía de los de Billy Joe Armstrong hasta entonces. También el más largo: cincuenta minutazos que en el punk son una eternidad, pero que aquí se pasan en un suspiro.

Desde la inicial “Nice Guys Finish Last” –pura vitamina punk– hasta la más pop “Prosthetic Head” (que, desde la distancia, recuerda a Pixies) que marca el final, en “nimrod.” encontramos trallazos de rock de melodías incontestables (“Hitchin’ A Ride”, “Worry Rock”, “Uptight”, etc.), medios tiempos de regusto clásico (“Redundant”, “Walking Aloone”), punk sin dobleces (“Platypus (I Hate You)”, “Scattered”, “Jinx”, “Take Back”, etc.), experimentos cercanos a la exótica (“Last Ride In”) o un acercamiento al folk tan certero y hermoso como “Good Riddance (Time Of Your Life)”. Un total de dieciocho canciones que les conferían estatus de gran banda y reafirmaban a su líder como un compositor de primera división.

Esta reedición conmemorativa de su vigesimoquinto aniversario incluye, además del álbum original, jugosos añadidos. Por una parte, un disco con las demos grabadas por el propio grupo previamente a la grabación final. Algunos de estos cortes serían canciones después incluidas en “nimrod.” en las que, aun en bruto, ya se nota que el propósito del grupo era cualquier cosa menos cumplir expediente de manera rutinaria. Además, aquí incluyen otros varios motivos de alegría para los fans, como grabaciones que permanecían inéditas, como “Place Inside My Head” (punk de corte básico con una melodía interesante que podría haber formado parte del repertorio final del álbum), “You Irritate Me” (otra descarga de punk que nadie echó de menos en el repertorio final) o “The Polka” (una broma de aires circenses sin mayor relevancia). También hay algunas canciones que se grabarían más tarde, como “Espionage”, que aparecería como cara B del single “Hitchin’ A Ride”; “Desensitized”, que sería también cara B del single “Good Riddance”, y “When It’s Time”, que pese a ser compuesta en 1992 no llegó a formar parte del repertorio de ningún disco para terminar en el musical teatral en torno al álbum conceptual “American Idiot” (2004), etc. Además, hay un par versiones: la hasta hoy inédita“Alison”, un original de Elvis Costello que ellos despojan de todo arreglo innecesario para ofrecer toda la emoción que reside en su gran melodía y su romántica letra, y “Chain Saw”, de Ramones.

Otra de las razones por las que merece la pena hacerse con esta reedición es “Live At The Electric Factory”, un disco en directo que recoge la actuación del trío en Filadelfia el 17 de noviembre de 1997, pocas semanas después de la salida a la venta de “nimrod.”. Producido por Rob Cavallo y el propio grupo y mezclado por Chris Lord-Alge, el mismo equipo que dio forma al álbum original, recoge la energía desbordante de la banda en todo su esplendor. Veinte canciones en setenta y seis minutos que son puro disfrute.

Para completar el paquete, se incluye un parche para ropa y una reproducción de un pase “all access” del concierto en The Electric Factory. En conjunto, es una reedición con todo lo necesario para contentar a los fans y un disco que pese a contar ya con veinticinco años sigue sonando tan fresco y lozano como el primer día. ∎