I Am Dive

A aquellos a quienes únicamente les influyen los seguidores y reproducciones que tenga fulano de tal, conviene recordar que el dúo sevillano I Am Dive, conformado por Esteban Ruiz Sánchez (voz, guitarras y teclados) y José A. Pérez Piñas (programaciones, guitarras y teclados), se fundó por ambos al inicio de la pasada década como un tándem efectivo, en todas la acepciones del término. El primero ejerce como letrista y ambos son compositores de los temas. A los dos les encanta viajar y bien es sabido que la movilidad de una pareja ligera de equipaje permite girar más fácilmente. El reciente logro de ser distribuidos mundialmente vía Rough Trade les ha de posibilitar aún más algo la presencia internacional.

Desde que hace un lustro publicaron en su propio sello “Music For Silent Running” (2017), una reelaboración personal del score para la película del mismo nombre dirigida por Douglas Trumbull en 1972, no habían vuelto a configurar un álbum largo hasta el “Fear Of Missing Out” que nos ocupa. Su acrónimo se traduciría por “temor a perderse algo o a dejar pasarlo” y su reflexiva portada es una fotografía de Elo Vázquez, a quien confían la parte visual en esta nueva etapa.

Se trata de su duodécima referencia –cuarto largo, banda sonora al margen–, al que en los últimos cinco años han precedido el par de EPs “Mauve” (2018) y “Kriegszeit” (2019). Compuesto por una docena de temas con autoría y producción propia, cantados en inglés –idénticos aspectos al resto de su discografía–. El propio Esteban reconoce que para ellos la parte lírica es incluso más importante que la instrumentalidad –aunque pueda parecer la contraria a oídos de alguien que se les acerque por primera vez– y ser trilingüe lo hace todo mucho más sencillo ante la decisión de escribir en otro idioma distinto al propio.

Aun conscientes de que lo propuesto requiere escucha, consideran lo que facturan como pop con algo del soundscape. Pero parece obvio que en el estilo ambient, aunque más allá de un sentir ambientalista, se aprecia cierta mala leche ante el cambio de paradigma, tras la normalización vital de las redes sociales y los algoritmos controladores. Algo que puede provocar que a los cuarenta y picos tacos se desconozcan por dónde van los tiros y el consumo.

Esta entrega se abre con “Halo”, una aureola métrica que marca los cuarenta y un minutos que totaliza “Fear Of Missing Out”. Continúa la breve “Radiance” como único pasaje instrumental, y a esta los cinco singles digitales (como el resto del disco) que nos fueron destacando mensualmente. “Anymore” fue un anzuelo con el que se aproximan a sonar como una banda indie; “Crooked Narrative”, con su hipnótico minuto final, concluye con una sensación de no retorno; “Worship”, con lindas voces superpuestas que recuerdan a los mismísimos Beach Boys, rebaja la intensidad al mínimo tempo y aumenta el preciosismo al máximo; “Mirror Brain” nos habla de lo que realmente importa, de lo que sucede y de lo que por contra destacamos en nuestras RRSS, mientras que “Neon”, con su título y brillante rasgueo de guitarra, es paradójicamente bastante oscura. En el primer tercio se encuentra el tema homónimo, tan atmosférico que despeja los posibles miedos. Al escuchar en “Bloom” el tipo de efecto vocoder, parecen querer recordar a los recién llegados que los analizadores y sintetizadores aplicados al instrumento humano ya eran usados muchísimo antes del imperante Auto-Tune. Se despiden con “Thanks For Sharing”, una advertencia más que agradecimiento para no descuidarnos en la vida real aunque compartamos… ¿conocimiento?

Si bien es cierto que el paso de los años debiera ser garantía de reconocimiento, ellos aún son uno de esos proyectos “independientes” sumergidos en el calmo mar de la escena nacional, esperando a ser rescatado por quien quiera pararse a escuchar y sentirlos. ∎