El nombre de James Brandon Lewis (Búfalo, Nueva York, 1983) lleva varias temporadas subrayado en las agendas de los más avispados rastreadores del escaparate jazzístico. Al margen de la más que recomendable discografía a su nombre, proyectos como el quinteto An UnRuly Manifesto (con Jaimie Branch a la trompeta), el dúo con Chad Taylor o el ecléctico trío No Filter han dejado rotundas muestras de su potencial. Ahora, sin apenas tiempo para degustar el excelente “Jesus Wagon” (2021) a la cabeza de su Red Lily Quintet, el saxofonista, compositor, productor y arreglista asentado en Nueva York ofrece la segunda entrega de la alianza con el suizo Intakt Records, sello con el que acordó en 2019 la publicación de tres discos a la cabeza de un cuarteto de nivel integrado por el gran pianista cubano Aruán Ortiz, el contrabajista Brad Jones y la batería del citado Taylor.
“Molecular” (2020) inauguró el ciclo ratificando una filosofía que examina la música no como un hecho hermético y exclusivamente artístico, sino como esfera interconectada con otros perímetros creativos. De hecho, el disco se inspiró en la estructura helicoidal del ADN, fruto del interés de JBL por la biología, mientras que “Jesus Wagon” utilizó como referencia al multidisciplinar George Washington Carver (1864-1943) a modo de reivindicación del legado cultural afroamericano. “Code Of Being” reitera ahora esa lógica, convertido en “una historia de resiliencia en tiempos inolvidables”, donde no faltan guiños a artistas como el pintor, también afroamericano, Norman Lewis (1909-1979), cuya obra homónima de 1951 bautiza el tema “Every Atom Glows”.
La música de JBL traza esa ruta que parte de la herencia recibida –con rastros que van de Sonny Rollins a John Coltrane–, pero que encuentra su combustible en el impulso contemporáneo ajustando la proporción entre método y percepción. Y estas ocho composiciones propias exponen con holgura una dinámica paleta de gamas y sinergias que sabe fajarse tanto en paisajes de reflexivo calado como en trincheras que exigen eficacia en el cuerpo a cuerpo, siempre desde un prisma compensado y clarividente. Forjado en la academia pero despegado de sus rigores, el poderoso tenor del JBL guía una propuesta penetrante y certeramente estructurada, surcada por una veta melódica que localiza puntos de fuga en el pianismo de Ortiz, siempre sorprendente e imaginativo, y en el ajuste de Jones y Taylor sobre el terreno que modula el tempo de este magnífico trabajo. Pero, en realidad, “Code Of Being” no esgrimiría estos logros sin la apretada cohesión de un cuarteto que parece construido para perdurar en paralelo a una trilogía cuyo postrera entrega esperamos desde ya con los brazos abiertos.∎