En todas sus entrevistas, la cantautora folk Lauren Spear, alias Le Ren, acaba retratada como una artista humilde y honesta, incapaz de adjudicarse demasiados méritos y con espíritu de perpetua estudiante. Lo cual contrasta (o quizá no: dudar es de sabios) con la precoz madurez que demuestra en “Leftovers”, debut largo tras un EP (“Morning & Melancholia”, de 2020) con las mismas dosis de posibilidad y tristeza prometidas en el título.
El nombre del álbum, traducible como “Sobras”, invita más a pensar en recopilatorio tardío de caras B, bocetos inacabados y tomas en directo que en un primer disco. Es casi cómico y, a la vez, es algo bastante serio. En la cabeza de Spear, las sobras tienen doble sentido: pueden ser trozos de comida que saben distinto (quizá mejor) al día siguiente, o pueden ser, como en el disco, fragmentos de tiempo que, al ser recordados y vueltos a procesar, adquieren otro significado. En nota de prensa, Spear define el álbum como “una colección de sentimientos y momentos del pasado que siguen siendo relevantes para mi presente”.
Le Ren revisa esos recuerdos con una guitarra acústica espartana (ella, tan autocrítica, la llamaría “limitada”) y una maravillosa voz cristalina (onda Karen Dalton) con la que construye todo el tiempo sutiles armonías. Las guitarras del también productor Chris Cohen y Buck Meek de Big Thief, los banjos de Kori Miyanishi y Kaia Kater o la pedal steel de Aaron Goldstein enriquecen las canciones sin cargarse el minimalismo.
“Leftovers” es uno de esos discos que apetece escuchar todo el tiempo, de tener siempre cerca a modo de colchón emocional y compañía cálida. Spear canta con suave determinación sobre muchas clases de amor, a veces con tranquilo rencor (“Was I Not Enough?”), pero casi siempre con voluntad de acercamiento y homenaje. La inicial “Take On Me” (no es versión de a-ha) habla de un amor que cambió de forma, pero no dejó de existir. “Dyan” es para su madre; “I Already Love You”, para una descendencia propia todavía por nacer. Para sus amigos quedan “Friends Are Miracles” o el dueto con Tenci “Annabelle & MaryAnne” (dirigido específicamente a la cineasta Ali Vanderkruyk, autora del vídeo de la antigua “If I Had Wings”). Si todo esto les parece íntimo, todavía lo es más la final “May Hard Times Pass Us By”, compuesta originalmente como regalo para una persona cercana, no para ser consumida por todos nosotros.
Son, en su gran mayoría, canciones que parecen haber existido siempre, intemporales baladas folk con vistas al country y el bluegrass, ajenas al descuido, la aleatoriedad o la banalidad de demasiada música de 2021. Es normal que durante su conversación en ‘The Talkhouse’, la gran Bria se sorprenda al saber que el vals country “Willow” no es, no, ningún estándar, sino una composición de su amiga. Digna de aparecer versionada en una futura continuación de “Cuntry Covers Vol. 1”. ∎