Álbum

Maika Makovski

MKMKBMG, 2021

Fue el juez Potter Stewart, que estuvo casi veintitrés años en el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, quien dijo sobre la pornografía: “No sé definirla, pero la reconozco cuando la veo”. Lo leí hace unos días en un artículo de opinión de Javier Sampedro en ‘El País’. El mismo ejemplar donde también había otro titular en el que se indicaba que México acusa a Zara de plagiar diseños de pueblos indígenas. Ese mismo día, pero en ‘La Vanguardia’, en una entrevista promocional, el grupo catalán Oques Grasses afirmaba que para los ritmos latinos de su nuevo disco se han inspirado en la serie “Narcos”, “en aquellos temas colombianos de los 80 o los 90”, con el objetivo de darles una sonoridad algo más moderna”.

Voy atando un cabo con el otro mientras le pego escuchas al nuevo disco de Maika Makovski, “MKMK”, su séptimo LP de estudio, y releo varias de las reseñas mayestáticas del álbum que están saliendo estos días por aquí y por allá. Ahí van unos ejemplos: “Esa furia cruda bajo la que palpita el espíritu de Velvet Underground”; Dylan habló en algún momento de aquel 'sonido fino de mercurio salvaje' de su ‘Blonde On Blonde’. Pues aquí, amigos, en este gran disco, tenemos otro sonido fino de mercurio salvaje”; “Un determinado movimiento hacia la unión y no hacia la separación. Un manifiesto de fecundidad artística. Un llamar a la convergencia, indómita de salvaje fertilidad”. Hipérboles con una excitación tan explícita que se antojan pornográficas en su exageración. Las reconozco cuando las veo, que diría el juez Potter Stewart. Porque, ¿hay para tanto? No, no lo hay. Entendámonos: en una escala de 0 a 10 a “MKMK” le correspondería pongamos que un 6 (veo, mientras escribo esto, que en la web “Album Of The Year” está en 6,8: hasta ahora solo lo han puntuado tres usuarios). Bien. Correcto. Por ahí va. No más. Rock de mezcolanza de estereotipos con el que atrapar al oyente medio, agitándolo moderadamente y quedando resultón. Como Zara con sus diseños mexicanos. O como Oques Grasses con “Narcos”. Once canciones que de haberse quedado en cinco habrían dado un mejor EP (con Love You Till I Die”, “I Live In A Boat”, “Place Where We Use To Sit”, “Persian Eyes” y “Center Of The Universe”).

Hace ya una decena de años que la mallorquina Maika ejerce de una especie de musa underground del rock español (ganó el premio UFI a la mejor artista en 2011: el tiempo vuela). Cuando en octubre de 2018 empezó a retransmitirse en La 2 “La Hora Musa”, con ella de presentadora, subió un escalón en el imaginario público y entró a formar parte del universo surrealista de las criaturas de la televisión. Da la sensación que ese brillo catódico ha deslumbrado más de la cuenta al personal. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados