Disco destacado

Oliver Sim

Hideous BastardYoung-Popstock!, 2022

El propio Oliver Sim apunta dos claves para entender “Hideous Bastard”. La primera es la necesidad que sintieron, tanto Romy como él, de expresarse por sí mismos más allá de la simbiosis perfecta que forman en The xx tras la liberadora experiencia de Jamie xx en “In Colour” (2015). Pero sobre todo cómo esas experiencias personales sirven para enriquecer a la banda matriz de la que los tres, mejores amigos desde edades inauditamente tempranas, se sienten parte por encima de todo; ahí estaba “I See You” (2017) para demostrarlo. La segunda parte de una crisis creativa: ¿tengo voz propia más allá de The xx?

Su debut en solitario sirve para darle respuesta a esa complicada pregunta y, de paso, en lo que localiza su voz, repasar los condicionamientos sociales que han marcado su vida: los modelos de masculinidad bien a tope de testosterona –“Confident Man”, “Fruit”–, la hipersensibilidad –“Sensitive Child”, “Saccharine”–, la discriminación y, en fin, el miedo a reconocer abiertamente su condición de seropositivo –“Hideous”–. Pero para acometer con honestidad traumas y heridas abiertas, “Hideous Bastard” pasa en primer lugar por esa definición perfeccionista y emocional del espacio vocal: todas las canciones juegan con las armonías y con la conjunción de voces masculinas, contrastando de forma a veces radical la intimidad del susurro grave de Oli, al que tan acostumbrados estamos en The xx, con una mayor expansividad. Y mientras “Never Here” va floreciendo compás a compás desde un tallo de bajo a corcheas, “Unreliable Narrator” mira hacia dentro dibujando un oscuro paisaje sintético de ciencia ficción que tiene algo de los Röyksopp más espaciales.

Fundamental para encontrar ese equilibrio parece la intervención de Jamie xx a la producción, que ha sabido renunciar a su estilo personal –con la excepción de una “GMT” que sí se sirve de ese UK house marca de la casa– sin renunciar a su identidad y ofrece un entramado de minimalismo industrial y sutil electrónica con vocación cinematográfica por el que se cuelan sus características explosiones de soul inflamado. Ahí están “Sensitive Child”, una vibrante y garagera orgía de samples que convoca la densidad del humo que vomitan las alcantarillas de una gran ciudad, o el colapso febril de “Confident Man” y su forma de representar las tensiones del disco. Y aunque la esencia The xx siempre está ahí, manteniéndose aún en la distancia como eje en torno al que orbitar –“Saccharine” podría perfectamente pertenecer al repertorio de la banda, con esa atmósfera post-triphopera y la guitarra doliente pasada de eco y de reverb–, el disco consigue construir un universo sonoro propio y ofrecer una versión hasta ahora desconocida del bajista británico.

De hecho, el mayor descubrimiento aquí es el inesperado talento de Oli como crooner pop, capaz de números tan catchy como una “Romance With A Memory” que se niega a renunciar a un carácter mínimamente experimental o la redonda “Fruit”, en la que habla de la necesidad que nos impone la sociedad de encajar en unos modelos de masculinidad que no aceptan ni la demostración de sensibilidad ni la dualidad intrínseca a la naturaleza humana –“If I’ve got my father’s eyes, I’ve got my mother’s smile”– mientras se acerca al misticismo naif y la danza onírica de Caroline Polachek.

Muy inspirado también en la afición de Sim por el cine de terror –ha establecido una colaboración visual con el realizador Yann Gonzalez para todo el álbum–, “Hideous Bastard” termina matando a Romeo en la escena final. A un Romeo que puede representar ese modelo de masculinidad normativa y muy, valga la redundancia, masculina, pero que también encarna un tipo muy concreto de sensibilidades emocionales. O a un Romeo que tenga más que ver con “El hombre elefante” o con la Bestia de Disney, un Romeo monstruoso e incomprendido que ha tenido que reconstruir su reflejo en el espejo para poder aceptarse como es. Ante sí mismo y ante el mundo. El Romeo de Sim reconoce en “Hideous” que “I have people in my life that really love me”, igual que el Romeo de John Merry muere sabiendo que su vida está completa porque ha amado. Y alentado por esa certeza, encarnada en la voz de Jimmy Sommerville, clama: “Been living with HIV since seventeen, am I hideous?”. El último aliento del monstruo que el mundo le ha hecho creer habita en sí mismo y el llanto con el que le da la bienvenida a una nueva vida. Celebremos. ∎

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