A los hermanos Jack y Lily Wolter la pandemia los sorprendió de gira por Estados Unidos. Penelope Isles veía interrumpida la presentación de su ópera prima de melodioso noise pop, “Until The Tide Creeps In” (2019), por lo que el dúo rector de la banda de Brighton optó por volver a Inglaterra para refugiarse en una casa de campo en Cornualles. Y permanecieron dos o tres meses allí, acompañados por los nuevos miembros Henry Nicholson y Hannah Feenstra (luego Joe Taylor), que habían sustituido a Becky Redford y Jack Sowton al bajo y a la batería. Tiempo suficiente para componer y grabar este “Which Way To Happy” que, hijo de su época, rezuma melancolía, pierde pegada respecto al debut pero gana en múltiples matices.
Basta con escuchar la inicial “Terrified” para saber que la procesión y la angustia subyacen bajo el alegre rasgueo guitarrero que la impulsa. O la descorazonadora “Sailing Still”, con ese vídeo filmado por Jack con su hermana de protagonista cruzando por escenarios muy diferentes que los dos recorrieron juntos durante una semana: campos, puentes, pubs, estancos o túneles del metro… Una forma de volver a la añorada carretera. Dicho single, en sus más de cinco minutos (suelen explayarse), quizá sea el mejor tema del álbum, a lo que contribuye la gran Fiona Brice (Placebo, Kanye West, John Grant…) con su violín obsesivo, mucho menos frágil que el que muestra, por ejemplo, en “Pink Lemonade”. El de la limonada abre un colofón de cortes progresivamente sutiles y ensimismados: la calma acústica de “11 11” y el minimalismo espacial de “In A Cage”, con Jack de repente al micro, cierran el círculo.
Antes destacan la delicadeza en la melodía de “Have You Heard” o de “Rocking At The Bottom” y el casi slowcore de “Sudoku”, un guiño a la afición de su progenitor por puzles y maquetas, como tiernamente refleja el videoclip. Esta última llevaba años concebida: es de cuando aún vivían en la Isla de Man en la que se criaron y tenían otra banda, Your Gold Teeth. Y no menos adictivo resulta el ritmo sincopado y maquinal que vertebra “Iced Gems” sin privarla de su poder de ensoñación, llena como está de refrescantes efectos de teclado y tintineos.
Jack repite como productor, pero probablemente sea el papel como mezclador del reputado Dave Fridmann (Mercury Rev, The Flaming Lips…) lo que vuelva aún más sugerente en su variedad canciones como “Miss Moon”. Afirmar que este segundo álbum sobrepasa por un gran trecho el interesantísimo estreno de Penelope Isles sería exagerar. Aquí no hay pelotazos instantáneos como entonces “Chlorine” o, sobre todo, “Leipzig”. Si acaso “Terrified”, aunque el disco, además de muy satisfactorio, corrobora que no estamos ante el enésimo grupo shoegazer y demuestra que lo suyo posee cada vez mayor amplitud de miras. Simon Raymonde, el ex Cocteau Twins y jefazo del sello Bella Union, seguro que estará orgulloso del surtido de exquisiteces de “Which Way To Happy” y del talento de Penelope Isles. No en vano los invitó a participar en 2020 en el segundo trabajo de Lost Horizons, su actual banda, donde Lily bordó la excelente “Halcyon”. Ella y su hermano siguen en racha. ∎