Tenía que pasar: la quizá más seguida “power couple” del pop actual (así es, pop, sin prefijos ni sufijos reduccionistas) sigue los pasos de The Carters y se marca su particular “EVERYTHING IS LOVE” (2018), por desgracia de menor metraje que aquel. “RR” es un EP de tres canciones, nueve cortos minutos que sirven, sea como sea, para diseñar un arco conceptual: según ha explicado Rosalía en nota de prensa, cada tema representa “una etapa diferente del amor”.
¿Una etapa o un ángulo diferente de un amor sólido como una roca? A lo largo de todo “RR”, Rosalía y Rauw Alejandro se muestran felizmente presos de una pasión ya palpable en sus poco velados homenajes respectivos en “Motomami” (2022) y “Trap Cake Vol. 2” (2022), es decir, cosas como “Hentai” y “Museo”. Cada uno de ellos ya llevaba tiempo presente en la música del otro, y no solo como inspiración, sino también creativamente: Raúl aparecía acreditado como compositor en “Chicken teriyaki”. Solo faltaba escuchar sus voces juntas.
Ellos se han querido tomar su tiempo, fortalecer su relación amorosa antes de dejar constancia discográfica de la misma. Cantar “te quiero” demasiado pronto puede ser muy arriesgado. Y en lugar de intercambiar featurings, han preferido cofirmar una verdadera colaboración con diversas disfrutables partes: tres canciones en las que se evidencia su enorme química a muchos niveles, en las que intercambian versos o armonizan sus voces con la facilidad con que deben acabarse las frases en el día a día.
“BESO” es, ya desde el título, una defensa casi descarada del amor, o de esa cosa tan vilipendiada y en realidad tan maravillosa que es la codependencia emocional. “Estar lejos de ti es el infierno / estar cerca de ti es mi paz / y es que amo siempre que llegas / y odio cuando te vas”, canta Rosalía en este hit de reguetón soft. Llega acompañado de un videoclip no recomendado para quienes estén solteros o solteras no por vocación: se basa, sobre todo, en grabaciones personales de viajes por las mejores ciudades, backstages cálidos, fiestas de todo tipo, camas de ensueño, besos, caricias, más besos o, finalmente, lo que parece una pedida de mano. “Y todo el rímel aquí corrido”.
En su reciente charla con Ibai, R&R prometieron un tema para “perrear en la discoteca”. Rauw debía hablar de “VAMPIROS”, alucinante reguetón abierto de miras, con una producción de regusto industrial y sintetizadores zumbantes pero melódicos; se diría que el coproductor Noah Goldstein está aquí aprovechando su experiencia construyendo el “Yeezus” de Kanye West (2013). Cerca del segundo minuto, lo que parece una batería real ligeramente distorsionada empieza a imponer su ley de forma tan sofocante como en “Black Skinhead”.
Para el final queda “PROMESA”, bolero de sonido progresivamente más enrarecido: a los obligados bongos les acaba comiendo terreno un bajo sintético distorsionado que, de nuevo, es puro Ye. Lo que no se enrarece es la pureza del amor entre estos dos, entregados ahora a lo que parecen casi votos matrimoniales: ella quiere vestirse mal y desvestirse mucho; los dos, cantar y hacerse dibujos. A ver si hacerse un álbum también. ∎