Los métodos de composición empleados por Stereolab a lo largo su dilatada historia –el primer single de la banda data de 1991–, basados a menudo en la repetición, la experimentación y la improvisación, unido a la atractiva presentación gráfica de sus productos, les ha permitido explotar como nadie los mecanismos de la mercadotecnia independiente, aun dirigida a un relativamente limitado grupo de seguidores caracterizados, eso sí, por su enorme fanatismo y fidelidad. Como resultado de tal estrategia de supervivencia, el grupo anglo-francés goza de una discografía repleta de rarezas que se han ido recogiendo poco a poco en los correspondientes recopilatorios.
“Pulse Of The Early Brain” es el quinto y probablemente el último de la colección “Switched On”, siguiendo de cerca al volumen 4, “Electrically Possessed” (2021). Momento que aprovechamos para recordar que el subtítulo es un guiño a la obra clásica de Wendy Carlos –“Switched On Bach” (1968)–, pionera del sintetizador Moog, uno de los instrumentos favoritos de la banda. Abundando en su sonido, aunque penetrando ya en la veta setentera de Stereolab, uno de los cortes que ahora se recupera es “Yes Sir! I Can Moogie”, recuerdo, suponemos que involuntario, a nuestras queridas Baccara.
La mayor debilidad de esta nueva recopilación se debe a razones obvias: el mejor material sobrante ha ido apareciendo en volúmenes anteriores o en las reediciones dobles de todos sus álbumes auspiciadas en prepandemia por Warp. Aun así, podemos saborear las delicias krautrock de “Simple Headphone Mind” (1997), procedente de su segunda y más intensa colaboración con Nurse With Wound, aquí recuperada al completo. El coche escoba de “Pulse Of The Early Brain” circula entre 1992 y 2008, recogiendo así una muestra representativa de todas las sonoridades imaginadas por Tim Gane y compañía –donde aún permanece el recuerdo de la malograda Mary Hansen, fallecida en diciembre de 2002–.
Reflejo de la época dorada de Sterolab es “Robot Riot”, descarte inédito de sus colaboraciones con el escultor neoyorquino Charles Long, pero creada en un contexto diferente al de su mejor EP: “Music For The Amorphous Study Body Center” (1995). Especialidad de la casa fueron también los llamados split singles o sencillos compartidos. Bombones para coleccionistas donde encajaban breves pulsos magnéticos como “XXXOOO” –para una revista francesa en 1992– o la exótica –con mosquito eléctrico a lo Martin Denny– “Symbolic Logic Of Now!”, de 1998. Al final, el detector de metales preciosos que es la serie “Switched On” cumple su siempre bienvenida función. ∎