Reedición

Varios

Buena Vista Social Club. 25th Anniversary EditionWorld Circuit-BMG, 2021

El productor británico Nick Gold, también dueño de la discográfica World Circuit, estaba deseoso de juntar músicos africanos con intérpretes caribeños; quería manufacturar una operación similar a la realizada con Ry Cooder y el guitarrista maliense Alí Farka Touré en el espléndido “Talking Timbuctu” (1994), registrado en Los Ángeles, California. Problemas de variada naturaleza obstaculizaron que los músicos africanos arribasen a la isla, cosa que impidió que el incipiente proyecto prosperase. Ahí empieza a cuajar la idea de “Buena Vista Social Club” (1997), que toma su nombre de una reconocida asociación cultural de La Habana.

Gold esperaba grabar a unos músicos, casi olvidados, pero que atesoraban un patrimonio singular, una tradición que se consideraba legendaria. El productor estaba dispuesto a difundirla de nuevo, pues varios de esos ejecutantes fueron figuras del son cubano en los años 40 y 50 del siglo pasado. Esa tradición guajira fue interrumpida por un proceso político que los envió al baúl de los recuerdos. Pero el olvido no siempre es perenne.

Un ejemplo es RUBÉN GONZÁLEZ (1919-2003), un pianista de gran calidad musical –como se muestra en “Buena Vista Social Club” y en “Pueblo nuevo” (ambas del gran Israel López, Cachao) que jamás había publicado bajo su propio nombre. Otro símil es el cantante IBRAHIM FERRER (1927-2005), que no teniendo el gracejo de COMPAY SEGUNDO (1907-2003), autor de “Chan Chan”, lo supera en sabor y clave, entonando habitualmente sobre la nota exacta, una cualidad de los cantantes escogidos, como demuestra en “Candela”, “Dos gardenias”, “De camino a la vereda” y “Murmullo”, en la que Ferrer cabalga por la pianística de Rubén González. Sin olvidar “El carretero”, en la voz de ELIADES OCHOA, o a OMARA PORTUONDO en “Veinte años”, ni la lírica de la slide de Cooder y el laúd de Barbarito Torres correteando de aquí para allá. Ellos y compañeros como Manuel “Puntillita” Licea, Pío Leyva, Orlando “Cachaíto” López, Manuel “Guajiro” Mirabal y Amadito Valdés son parte celestial del son cubano. La luz se remonta a Arsenio Rodríguez.

El corpus ya conocido lo encontramos en el primer CD, ahora remasterizado. La grabación obtuvo el Grammy de 1998 en la categoría de Best Tropical Latin Performance, en favor de… Ry Cooder, que años después lo ganaría como productor de “Buenos hermanos” (2003; reeditado el 2020, con cuatro temas extra), de Ibrahim Ferrer Planas.

Esta es la primera reedición ampliada, pues contiene canciones impublicadas y tomas alternativas en los formatos habituales de CD y vinilo, a los que se adjunta un librito. En la segunda placa destacan diferentes piezas “nuevas” de Compay Segundo como A tus pies” y “Vicenta”, esta con Ochoa, como primera voz. También se incluyen los instrumentales “Mandinga” y “Descarga Rubén”: la pianística de González en toda su plenitud.

Antes de BVSC ya existía una música cubana por rescatar y descubrir. Si en 1997 la edición del álbum fue un acontecimiento, que creó una marca –“Buena Vista Social Club Presents...”–, la reedición de 2021 supone una elegante tarjeta de visita, un recuerdo placentero de Cuba y su música guajira. Sin embargo, resulta paradójico constatar que el fenómeno de BVSC deviene una foto fija. En estos años, no ha prendido una semilla, al margen del jazz latino, que reformule el son cubano. ∎

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