Porque lo que ha pasado ya lo sabemos todos: cinco ricachones pagan una millonada para meterse en un submarino de juguete con el que visitar el Titanic, pero la cosa sale regulinchi y acaban todos
kaput después de que el aparato implosione a una profundidad considerable. Entonces internet se pone a funcionar a plena potencia y decide que el respeto por los muertos si lo he visto no me acuerdo, como certifican bandas sonoras alternativas como las propuestas por
este tuit cumbiero o esta
burbujeante versión de la canción de Céline Dion para la película de James Cameron. También hay quien ha imaginado a los fantasmas del Titanic recibiendo a
sus nuevos compañeros y quien ha sacado a colación la
peculiar forma en la que el Caballero del Cisne visitaba a su madre muerta. Aunque, a quién voy a engañar, tengo que reconocer que me veo seriamente retratado por
este tuit.
Lo mejor del caso Titán ha sido, sin embargo, descubrir que el viaje en submarino por el que los millonetis habían pagado una suma desorbitada era controlado por un mando de videojuegos
que puedes comprar en Amazon. Las redes se han cebado en este punto con reacciones gloriosas como
esta o esta
otra, además de sacarse de la manga juegos inexistentes como
este o este con final
poco feliz. Hay que reconocer, sin embargo, que internet siempre sorprende con las sofisticadas formas en las que coge algo dramático y lo transforma en algo divertido… Y, en esta ocasión, no puedo parar de rastrear comentarios falsos dejados en Amazon por compradores que protestan sobre el mando en cuestión, como ocurre también
aquí.
“Only goes down, up doesn’t work”. Muero.