Hasta aquí, todo normal. Lo extraño del caso es que dicha colaboración se inspira en el concepto de Satán (bautizadas –pun intended– como Satan Shoes), presenta numerosa imaginería satánica (como, por ejemplo, un pentagrama dorado en los cordones) e incluiría ¡una gota de sangre humana en la mediasuela! Las zapatillas se comercializarían en unidades limitadas y numeradas (666 para ser más exactos) y el precio de salida sería de 1018 dólares, referenciando así el versículo 10:18 del Evangelio según San Lucas: “Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo”.
Todo el que conozca mínimamente cómo funcionan las empresas, especialmente las norteamericanas, sabe que este movimiento era demasiado arriesgado incluso para una organización acostumbrada a la polémica, como puede ser Nike. Y en efecto: la colaboración no se trataba de un acuerdo oficial, sino de un trabajo del colectivo artístico MSCHF (pronúnciese como mischief, concepto que se podría traducir por equivalentes como “travesura” o “gamberrada”).
El trabajo previo de MSCHF ya había incluido performances que utilizaban como base el calzado (por ejemplo, con las Jesus Shoes, exactamente el mismo concepto pero inspiradas en la figura de Jesús, con agua bendita y crucifijos), así como iniciativas que reflexionaban sobre la figura del influencer. La diferencia es que, en este caso, las reacciones en redes y a nivel mediático han sido mucho más subidas de tono, con las ya clásicas llamadas al boicot de la marca por parte de aquellos que creyeron que esta colaboración era una iniciativa oficial de Nike.
Todo esto llevó a Nike a presentar en el Tribunal del Distrito Este de Nueva York una demanda contra MSCHF el pasado 29 de marzo (el caso Nike, Inc. v. MSCHF Product Studio, Inc., con número 1:21-cv-01679) por conceptos como infracción de marca o competencia desleal. En la misma, la marca solicita al tribunal que “detenga de forma inmediata y permanente a MSCHF de efectuar los pedidos de las zapatillas no autorizadas Satan Shoes”, aduciendo para ello que MSCHF está “engañando a los consumidores, haciéndoles creer que Nike fabrica o aprueba las Satan Shoes”. En la misma, Nike solicita –entre otros requerimientos– que MSCHF entregue a la marca todo el material para su destrucción, así como una indemnización por daños y perjuicios.
A partir de ahí se han ido sucediendo una serie de hitos, como la puesta a la venta (y posterior retirada) de una camiseta que ironiza sobre la situación, la publicación de declaraciones, en la que destaca la carta emitida por MSCHF en la que aluden a conceptos como la libertad de expresión, al hecho de que desde el colectivo han dejado claro que no cuentan con afiliación ninguna con Nike y se remiten al anterior modelo de Jesus Shoes y a que la figura de Satán comprende un personaje histórico y a que esta colaboración representa una conversación sobre el concepto del culto a la marca y el papel que juegan en la misma los lanzamientos en unidades limitadas. El 1 de abril tuvo lugar la vista relacionada, saliendo Nike beneficiada de la misma, ya que se le concedió la orden de restricción temporal, a la espera de que MSCHF comparezca el próximo 12 de abril.
En cualquier caso, si la intención era la de generar una conversación, el éxito está asegurado. El lanzamiento de la zapatilla, que ha estado conectado con el último single de Lil Nas X, titulado “MONTERO (Call Me By Your Name)”, y a que pudimos ver al cantante hablando sobre ella en un contenido de Complex, ha superado las expectativas iniciales de repercusión en medios, ya que ha gozado de la atención de todas las cabeceras generalistas, tratándose de una performance artística que, de no haber sido por la demanda, difícilmente habría salido de los círculos especializados.
Curiosamente, no es la primera vez que vemos un caso similar. A mediados de los 2000, Ari Saal Forman, un diseñador aficionado al mundo de las zapatillas, decidió hacer su propia sneaker basándose en las Nike Air Force 1 y utilizando el concepto de la icónica cajetilla de tabaco de una conocida marca, también como una especie de declaración de intenciones artísticas. La zapatilla, denominada Air Menthol 10s, se comercializó en la famosa tienda alife de Nueva York en una tirada limitada a 252 unidades y contaba con un packaging especial. Las cosas no acabaron bien para el bueno de Ari: tuvo que pasar por un complicado proceso judicial, hasta el punto de que en la actualidad no puede ni poseer una imagen de sus zapatillas, ni siquiera en formato digital.
A la espera de lo que pueda suceder con los pares de Satan Shoes que ya se han vendido y que supuestamente ya estaban distribuidos, podemos aventurar que en el futuro nos encontraremos unidades de este modelo a la venta en el mercado secundario de zapatillas por cantidades astronómicas. Y, en cualquier caso, las Satan Shoes forman parte ya del olimpo de historias míticas del mundo de las sneakers. ∎