Space Afrika: deconstrucción soul. Foto: Óscar García
Space Afrika: deconstrucción soul. Foto: Óscar García

Festival

Eufònic: una década de creación en las periferias

A lo largo de sus primeras diez ediciones, el festival Eufònic se ha caracterizado por unir ideas aparentemente antitéticas y ser, al mismo tiempo, arriesgado y acogedor. Probablemente, su capacidad para armonizar sus actividades con los distintos escenarios de las Terres de l’Ebre en que se celebra es clave en su éxito. Repasamos la reciente aventura, celebrada entre los dos últimos fines de semana del mes de agosto.

El festival Eufònic cumple diez años como referente de creación sonora y artística en vinculación directa con el territorio. Con numerosas sedes en poblaciones de Tarragona y con el río Ebre como eje vertebrador, demuestra que un evento descentralizado, con una programación que incluya conciertos, instalaciones y acciones artísticas, es posible. Y sin perder la pasión por fomentar el riesgo en sus propuestas. Es un ejemplo de creación en las periferias.

Lo ha mostrado en los fines de semana del 20 y 27 de agosto, que concentraron sus actividades. Según los datos de la organización, ha concitado el interés de unas 4500 personas, que han asistido a propuestas ubicadas en el propio Delta de l’Ebre y en espacios como iglesias, ermitas, auditorios y castillos, que otorgan al festival una conexión directa con el entorno en el que se realiza. 

Su director, Vicent Fibla, explica que el festival “nace directamente de la relación con su paisaje; sin este contexto, el Eufònic no tendría sentido”. Aunque en esta edición, y a pesar de la COVID-19, el festival ha crecido, Fibla no quiere valorarlo según criterios numéricos: “No necesitamos de grandes cifras para funcionar, básicamente porque el Eufònic no es solo un festival de música y no hemos de seguir las mismas dinámicas que este tipo de festivales”

La multiplicidad de sedes y de propuestas hace que cada persona pueda vivir su propio festival, asistiendo a las actuaciones de “cabezas de cartel”, que son también sinónimo de vanguardia, como Fennesz o Space Afrika, pero también acudiendo a las intervenciones artísticas en el territorio (sería el caso, este año, de la instalación lumínica de Tomonaga Tokuyama en Lo Pati, en Amposta), los talleres o las jornadas de Eufònic Pro, celebradas el 26 y el 27 de agosto en la Escola d’Art i Disseny de la Diputació, en Tortosa, que propusieron un punto de encuentro entre profesionales y artistas. De entre las conferencias celebradas, una de las más interesantes fue la prueba piloto “Escola x l’Art i la Cultura”, que presentó Pilar Lanau, la directora de la Escola d’Art i Disseny. Se trata de una iniciativa pionera en el país y cuya intención es dinamizar culturalmente el territorio mediante la formación presencial artística en diversas poblaciones de Tarragona. De este modo se constituye una red descentralizada de formación que fomenta la creatividad en un entorno no urbano y cuya estructura puede replicarse en otras zonas.

Tal y como comenta Fibla, el Eufònic “tiene una línea programática que podría parecer errática, aunque creemos que es interesante observar los resultados que nacen de los contrastes”. Por esa razón, se trata de un festival lleno de posibilidades, y esta crónica presenta solamente uno de los posibles itinerarios de un programa musical en el que también tuvieron cabida Joan Miquel Oliver, Playmodes + Quartet Brossa, Tomomi Kubo y Za! i La Banda de la Lira Roquetense, entre otras propuestas. 

Marina Herlop

Viernes, 20 de agosto, Teatre Orfeò Montsià (Ulldecona)

En formato de cuarteto, con percusionista, bajista y el dúo Tarta Relena realizando contrapuntos vocales, la compositora, pianista y cantante Marina Herlop presentó su proyecto “Pairidaeza”, a partir de las composiciones que aparecerán en sus dos próximos discos, todavía inéditos. Con más preeminencia de los sintetizadores, la propuesta volvió a demostrar la capacidad creativa de Herlop, que parece que se comunique con entes de otros mundos para proponer unos pasajes sonoros que utilizan múltiples idiomas u onomatopeyas inventadas con el fin de convertir la voz en otro instrumento más por el simple placer de crear música.

Fennesz

Sábado, 21 de agosto, Església del Poble Vell (Corbera d’Ebre)

Una iglesia, testigo silenciosa de la Guerra Civil, con el techo destruido en la contienda y sustituido por plafones de plástico transparente que permitían contemplar las estrellas. No se podía pensar en un entorno mejor para escuchar el drone terapéutico creado por Fennesz con dos portátiles y diversos utensilios para modificar los sonidos en las diferentes capas sobrepuestas a polirritmos africanos. Solo esgrimió la guitarra en el tramo final de la actuación para deformar su sonido mediante saturaciones y reverberaciones que elevaron la intensidad de sus paisajes áridos.

David Cordero & Miguel Otero / Space Afrika

Jueves, 26 de agosto, Església de la Santíssima Trinitat (Sant Carles de la Ràpita)

En este doble programa, David Cordero y Miguel Otero ofrecieron una actuación de media hora basada en la repetición de notas cristalinas sobre fondos planeadores que surgían de sus portátiles. Música contemplativa para dar la bienvenida al dúo de Manchester Space Afrika, en su primera actuación en nuestro país, que nos brindó un cúmulo de pulsos electrónicos, glitch y soul digital deconstruido sobre bases con progresiones emotivas que otorgaban color a un espectáculo celebrado casi a oscuras, como para obligar a la introspección y a la escucha activa.

dani, hits y suspiros. Foto: Óscar García
dani, hits y suspiros. Foto: Óscar García

Bonitx / dani

Viernes, 27 de agosto, Garbeach (Sant Carles de la Ràpita)

Doble ración de canción emocional para la noche del viernes. Bonitx se presentó en actitud casi rock y se entregó en la interpretación de su repertorio, una invitación a vivir y resistir desde la experiencia no binaria con letras encendidas sobre amores y desamores. Por su parte, dani mostró en directo su característica forma de cantar entre suspiros y su fraseo arrastrado, como en “Me da igual”, improbable hit de la noche. 

AL-V / Björt Rúnarsdóttir / UNO

Sábado, 28 de agosto, Església Nova (Sant Carles de la Ràpita)

Uno de los descubrimientos de esta edición fue la actuación del artistx no binaria de Llinars del Vallès AL-V, que presentó las canciones que conforman su primer EP, “(Non quero morrer)” (2021), cuyo título evidencia su trasfondo metafísico. Daba la sensación de que compartieras vivencias con Ingmar Bergman en un after. Canciones arrebatadas como “Los cuervos” son el material perfecto para que AL-V fusione drama y ritmo a la manera de Marc Almond. Un espectáculo frenético y de una intensidad sobrecogedora.

La chelista islandesa Björt Rúnarsdóttir fue una inclusión de última hora para sustituir a Penelope Trappes, que no pudo asistir por imponderables derivados de la COVID. Su propuesta se sustentaba en la creación de bucles de sonido sampleados en directo, sobre los que rasgaba dramáticamente las cuerdas de su instrumento. A pesar de una cierta previsibilidad de las composiciones, su capacidad de interpretación emocionó al público asistente.

AL-V, arrebato metafísico. Foto: Óscar García
AL-V, arrebato metafísico. Foto: Óscar García

UNO es el ambicioso proyecto multidisciplinar del artista barcelonés León Guallart, acompañado de proyecciones creadas por él (es estudiante de dirección de cine en Los Ángeles) y con el soporte musical en directo de batería, tuba, bombardino y chelo. Sin embargo, el esfuerzo y la dedicación no consiguieron una propuesta a la altura de su ambición. En este sentido, miniaturas como “Morriña” (tema todavía inédito que presentó esa noche) destacaron como cápsulas de oxígeno sobre un conjunto de temas de difícil digestión, a pesar de sus esfuerzos y de su voz, que por momentos recordaba a James Blake. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona su propuesta.  

D.K. / VVV [Trippin’you]

Sábado, 28 de agosto, Garbeach (Sant Carles de la Ràpita)

El productor y DJ parisino Dang-Khoa Chau, D.K., ofreció un set formado por paisajes sonoros sobre bases downtempo a partir de percusiones tradicionales. Abstracto e intimista, quizá demasiado para una sesión nocturna. Pero la tendencia a la introspección se rompió con los gritos de rabia del terceto VVV [Trippin’you], abanderados de la actitud nihilista de una juventud sin futuro y sin presente, a base de post-punk electro de botellón. Adrián Bremner, trastabillando sobre el escenario y con esa dicción oscura, entre Germán Coppini y Ernesto Avelino, ejemplificaba el zeitgeist actual. Volvieron del revés el Garbeach, como era de esperar.

VVV [Trippin’you], zeitgeist nihilista. Foto: Óscar García
VVV [Trippin’you], zeitgeist nihilista. Foto: Óscar García

Cabiria

Domingo, 29 de agosto, Garbeach (Sant Carles de la Ràpita)

Para contrarrestar la oscuridad de la noche anterior, la actuación de Eva Valero, Cabiria, aportó un poco de luz para despedir el festival, a base de un combinado de atmósferas herederas del italo disco y de retrofuturismo ochentero. Al acompañarse ocasionalmente de un saxofonista, hizo todavía más explícita su vocación de crooner del desencanto sobre juguetonas bases bailables. Estábamos tocando la playa y parecía que en cualquier momento fuéramos a embarcar en un crucero en el que estuviera prohibida la tristeza. 

Así de poliédrica fue una de las posibles trayectorias del Eufònic. Como decía su director, qué interesante es apreciar los resultados que se generan a partir de los contrastes. ∎

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