Confirmados como una de las escasas revelaciones consistentes llegadas desde el
underground USA en 1992,
Pavement hicieron un alto en su gira con Sonic Youth y cruzaron los Pirineos para presentar su ya añejo “Slanted And Enchanted”, un álbum descubierto aquí el año pasado pero cuya grabación se remonta a enero de 1991; un álbum convertido en un pequeño
hit dentro de la paupérrima escena independiente hispana: la más que excelente entrada que presentaba KGB en la poco atractiva noche de un domingo así lo atestiguaba.
Escuchando “Slanted And Enchanted” ya queda claro que los de Stockton son un grupo, digamos, diferente: a pesar de las claras influencias que barajan –Mark E. Smith, Lou Reed, Black Francis, J Mascis–, es audible que han encontrado una fórmula para adaptarlas a su propio juego. La diferencia, además, la remarca un batería absolutamente
freaky –Gary Young–, un personaje alucinante –escapado a tiempo de una integral de “Tales From Topographic Ocean”– que, antes del concierto, se dedicó, en la entrada, a repartir “talismanes” a todos los asistentes: aquí nos tocaron trozos de plástico, en otros lugares pueden ser monedas, papelitos o cerillas; cuestiones kármicas y todo eso. Young estaba respaldado por un segundo
drummer, más por cuestiones prácticas que estilísticas: en cualquier momento las baquetas oficiales podían quedarse en las nubes y hundir el entramado rítmico.