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Puede que el interés de Burning Man sea menos que cero en lo que respecta a la prensa musical… Pero, este año, y este fin de semana específicamente, hay que reconocer que Burning Man ha sido del interés de todo el mundo. Al fin y al cabo, las lluvias torrenciales (impropias de esta época del año, fuck cambio climático) dejaron varados a 70.000 asistentes que no tenían forma de salir de un “recinto” (por llamarlo de alguna forma) completamente embarrado. “Barro” aquí viene a significar “no puedes salir pitando con el coche con el que has entrado en el desierto de Nevada”. Y también viene a significar “que empiece el armagedón mediático”.
Lo ocurrido en Burning Man se ha convertido en un fenómeno viral por múltiples motivos. El primero de ellos es, obviamente, la espectacularidad de las imágenes. ¿Cómo no pensar inmediatamente en “Mad Max” cuando contemplas las vistas en dron de la gente intentando escapar del desierto o del impactante éxodo final?
El segundo motivo para esta viralización es porque, como suele ser habitual, ha servido como excusa para que el internet oscuro vuelva a dar el do de pecho. Al fin y al cabo, no solo se ha extendido la noticiafake de que circulaba el ébola por el recinto del festival (porque ya tú sabes: al parecer un diluvio no es suficientemente apocalíptico para los malrolleros habituales). Sino que, sobre todo, resulta que alguien soltó que el Burning Man se ha convertido en punto de reunión para ricachones que pagan 4000 euros por entrada (lo que es totalmente falso, ya que existen tiques con descuento a partir de 225 dólares y el precio normal es de 575 dólares) y el resto de Twitter no solo se lo creyó, sino que aprovechó para dar rienda suelta a su instinto de “muerte a estos ricos gilipollas”. Los hay que incluso se han montado unas teorías conspiranoicas que te dejan tiesa.
Sea como sea, es necesario confinar a estas alimañas en su rinconcito particular de Twitter (o como se llame ahora) y concentrarse en que también hay quien se ha tomado lo de Burning Man con bastante humor. Los hay que han recurrido a imágenes de un mítico desfile de Balenciaga para chotearse de los modelazos lucidos en el festival, otros han ofrecido métodos de transporte muy peculiares a precio de oro y hay quien ha pedido que por favor no hagamos bromas del drama de los influencers que no han podido subir a redes el contenido patrocinado por el que ya han sido pagados.
Y luego está el momento cringe absoluto, que no ha sido otro que un trend en el que, bajo el texto “crazy that she died at Burning Man”, se ha dado por muertos a Barbie, a los sobrinos del tío Gilito o a este ser que soy incapaz de describir, entre muchos otros.
Ya sé que esta sección colgó el cartel de “cerrado por vacaciones” conmigo repitiendo una y mil veces que el Haciendo Scroll no es una sección política… Pero el embolado político sigue bien revuelto y dando buenos fenómenos virales. En serio, es que los últimos meses de la política de nuestro país parecen guionizados por Armando Iannucci (ya sabes: “Veep”, “The Thick Of It”, “In The Loop”), con especial mención para este reciente twist shyamalanesco en el que, de repente, el rey le dijo a Alberto Núñez Feijóo que la investidura era suya y el gallego fue y se lo creyó.
Vamos, que Fakejóo y su compañero de cama política se vinieron tan arribísima como retrata este tuit, por mucho que esta otra foto deje claro que no tardó en perder la energía. Me apena, por cierto, que esta imagen no se haya convertido en meme, por mucho que haya quien lo esté intentando con choteos como “Feijóo atando apoyos para su investidura” o como este nuevo formato de contrarios con ejemplo preclaro de los discos de Lorde. Sea como sea, tenemos broma para rato, ya sea para reírse del “Pocoapoyo” que Feijóo tiene de cara a su investidura o para debatir sobre de quiénes pueden ser los cuatro votos que le faltan para ser investido.