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Haciendo scroll en mi feed de TikTok me sale un vídeo de “Gru, mi villano favorito”, otro de los cientos de edits con música de Taylor Swift de fondo que mi algoritmo ha detectado como perfecto para mí. “What if I told you none of it was accidental [...] what if I told you I’m a mastermind”. No hace falta que lo jures, tía. El equipo de marketing detrás de Taylor Swift es tan calculador que su nuevo disco se puede resumir en un conjunto de semillas que darán como frutos una infinidad de memes y contenido creado por los propios fans. Algunos no funcionarán, pero los que sí… ¡it’s free marketing!
Una que ha funcionado: la portada del nuevo álbum, “Midnights”, con un cuadrado de imagen y formato de letra reconocible, tiene una estructura fácilmente photoshopeable sin perder la esencia del disco al que se referencia. La misma cantante ha lanzado vinilos con diferentes portadas, ahora era solo cuestión de tiempo que los fans pillasen la indirecta, y han tardado bien poco.
La comunidad LGBTI+ siempre se adelanta a todas las tendencias antes de que se pongan de moda. Es un hecho probado. Esta semana, tomándole la delantera a la ola de disfraces virales que nos llegarán la semana que viene, se ha hecho viral el meme pre-Halloween: la foto de un típico disfraz empaquetado que se podría encontrar en cualquier Partyfiesta, editado para ser otros cientos de disfraces-meme.
El meme proviene de un edit falso que hacía un usuario en Twitter. Bajo el título del disfraz “Gay Guy” ponía la imagen de un chico con la bandera arcoíris a la espalda, con el chiste copypastero “My culture is not your costume :(“. Spirit Halloween, la marca detrás del envoltorio original, ha tenido que remarcar que no son trajes reales, pero el meme ha continuado su cauce derivando en versiones como Gay Loser: un chico en chándal con una camiseta de Mitski. Su salto al mainstream ha llegado cuando Lil Nas X ha citado un edit del meme con una foto suya bajo el título “Gay person in a terrible outfit”, diciendo que lo hizo su abuela fallecida y que no se rían del traje (en su línea, mentira).
En mi cabeza imagino el meme del dominó gigante: la primera pieza es el Brexit, la última (por ahora) “una lechuga gana a la primera ministra inglesa”. La corta vida de Liz Truss como primera ministra británica es un preciso engranaje que hace a la gente pensar en memes y en gráficos graciosos.
Viendo que las tensiones en el parlamento británico se acercaban al punto de ebullición, el periódico ‘The Daily Star’ aprovechó el momento para hacer su performance viral: compraron una lechuga por 60 céntimos y desde el 14 de octubre preguntaban a sus espectadores cuál duraría más, si la lechuga o Liz Truss en su cargo. La dimisión de Truss fue recibida con más de 20.000 espectadores celebrándolo y un registro histórico de búsquedas de la palabra “lettuce” en Google.
Antes de que la probable compra de Elon Musk este viernes lo cambie todo, Twitter está pasando por el pico de su era Tumblr. La figura del SJW se ha diluido en el internet de 2022 comparado con la edad dorada de Tumblr en 2012-2014, pero el algoritmo está educando un spin-off de esta figura: el main character.
Este fin de semana la cuenta @lilplantmami publicaba un tuit sobre cuánto le gusta beber café junto a su marido por las mañanas. El contenido del tuit no difería del resto que escribe en esta cuenta feel good sobre una pareja que se ha hecho su propio huerto. El Twitter de la pareja es lo suficientemente nicho como para no llegar a los 20.000 seguidores, bebiendo un poco de la fuerte tendencia cottagecore posconfinamiento, pero manteniendo su función de diario personal. Cualquiera que viese su timeline deduciría rápidamente que sus tuits están dirigidos a sus seguidores, pero por una combinación que involucra tocar los botones exactos del algoritmo de Twitter, el tuit ha llegado a tener 30k RTs, casi la mitad de ellos tuits citados. La viralidad llegó primero por gente que romantizaba el concepto de “café en el jardín”. Y en una segunda ola por gente que se quejaba de que tener tiempo para tomar café en el jardín no era más que síntoma de un sistema explotador, y que ellos tenían que madrugar para ir al trabajo.
Desde hace tiempo Twitter está experimentando con los feeds algorítmicos. Últimamente el algoritmo no para de alimentar la red entera con posts de cuentas Macarrones-Con-Tomatico™, destinadas a hacerse con miles de seguidores a través de tuits que apelan a todo el mundo (de ahí el “¿A quién le gustan unos macarrones con tomatico?”). Y cuando un tuit que no se alinea con esta idea entra en el bucle de la viralidad, llegan los main characters, acusando al post viral de no representar a todas las personas del mundo. A Twitter y a su algoritmo le queda aún un largo camino por recorrer. A sus usuarios también. ∎