Ya sé que el #HaciendoScroll de esta semana ha venido cargadito, pero no podía cerrar la sección sin hacer acuse de recibo de una polémica que ha vuelto a dividir al mundo internetil. La cuestión es que Meg Ryan apareció
tal que así en la proyección del documental de su amigo Michael J. Fox. Y obvio que el hecho de que la actriz esté irreconocible ha suscitado reacciones de todo tipo, desde los habituales
“say no to botox” hasta las que advierten que
“si a Meg Ryan la dejaron así los mejores cirujanos del mundo, imagínate a ti cómo te va a quedar en las manos del Doctor Pérez”, pasando por la que, al final,
sintetiza mi opinión al respecto:
“Meg Ryan está preciosa a sus 61 años. Dejemos de normalizar que las actrices tengan que aparentar 20 años menos para que un Manolo nostálgico pueda cascársela a gusto con el mito erótico de su juventud”. Bueno, a ver, yo no diría que Meg está preciosa, pero sí que digo que dejemos a la gente hacerse las operaciones que les salga del chocho. Y amén.