La cuenta de Instagram de Deuxmoi es, para aquellos que hayan conseguido evitarla desde su ascenso a la estratosfera social en el 2020, un “Gossip Girl” de la vida real. Un simple vistazo a sus posts y parece la típica cuenta de memes relacionados con celebrities, pero en sus stories la cosa cambia. El drama se cuece. Publica avistamientos y cotilleos que los seguidores mandan a los dueños de la cuenta de forma anónima. Su relevancia en la cultura pop se extiende más allá de su millón y medio de followers y un tick azul: “deuxmoi” es adjetivo y nombre común para la generación Z y para todo el que esté extremadamente online. Para darle perspectiva: el subreddit que se dedica a comentar sus posts tiene 119.000 seguidores.

Como toda cuenta de cotilleos sin base ni pruebas –conocido en el mundo online como blind items–, Deuxmoi tiene seguidores y detractores. La lista de figuras públicas que se habían manifestado contra las faltas de la cuenta a su privacidad y por acusaciones infundadas ha ido creciendo a medida que Deuxmoi cogía fuerza. Solo era cuestión de tiempo que alguien interviniera para igualar el poder de ambas partes.

El periodista Brian Feldman ha hecho una sencilla investigación de información pública y ha desvelado en su newsletter el nombre de las dos personas que llevan Deuxmoi: Meggie Kempner y Melissa Lovallo, dos chicas próximas al mundo de la moda –la primera es nieta de la socialité neoyorkina Nan Kempner y la segunda exmodelo– que no ocupaban la primera línea del famoseo.

Por ahora Deuxmoi sigue trabajando como siempre, construyendo su imperio más allá de la cuenta, con un pódcast en marcha y un libro en camino. Pero la humanización de una sombra digital como esta tendrá sus consecuencias a la larga. A la corta, están los memes.

En medio de la tormenta global del cryptocrash, nuestro embajador nacional de tokens digitales Willyrex ha hecho un vídeo explicando por qué los NFTs están cayendo en picado. Con los comentarios de YouTube cerrados, la repercusión del vídeo se ha visto sobre todo en Twitter, plataforma en la que el streamer lleva meses asumiendo el rol de abogado defensor de los NFTs como llave al metaverso prometido. Willyrex anima a todos los que han perdido dinero comprando NFTs a usarlo como lección vital: mejor ser estafado antes que después.

En el vídeo pasa de puntillas por el estado de sus propios rude golems, que a pesar de no haber desaparecido siguen bajando: su precio ronda ahora los 200 euros, similar al de lanzamiento, pero en diciembre pasado se podían vender por más de 60.000 euros. Cabe remarcar que Willyrex ha ganado royalties con cada transacción hecha con ellas.

En los dos últimos días, internet se ha volcado en una discusión sobre el poder que ejercen las discográficas sobre sus artistas. Todo comenzó cuando la cantante Halsey subió un vídeo en el que acusaba a su discográfica, Capitol Records, de impedirla publicar un single sin que este se convierta antes en sonido viral de TikTok.

Desde que TikTok tomó el relevo al resto como primera red social de la generación Z, no es un secreto que empresas de todo tipo utilizan la plataforma para conectar con este público. Su uso nativo de la música –cada vídeo va acompañado de una canción– la convierte en una golosina para la industria discográfica. Hace pocos meses hablábamos de “ABCDEFU”, que destapó como viralización confeccionada en laboratorio.

La relación turbulenta entre los músicos y las discográficas –que ahora dicen asumir tareas que parecen extraídas de LinkedIn, como viral marketing specialist– lleva tiempo gestándose. Artistas como Florence Welch (Florence + The Machine)  o Charli XCX también se han quejado estos últimos meses de estas prácticas en TikToks dirigidos a sus fans.

Otros usuarios le dan una vuelta más a esta situación y se preguntan si todas estas quejas de artistas en TikTok no serán una capa más en la estrategia de marketing que busca viralidad, incluso cuando esta llega a costa de convertir en villanos a unas sellos discográficos a los que les importa bastante poco su estatus público. Por el momento, el vídeo de Halsey acumula ya 1,2 millones de likes y casi 9 millones de reproducciones. ∎