Deafheaven, contundentes y con una puesta en escena intensa y memorable, abrían aquí una serie de conciertos por España que hoy, 10 de octubre, hace escala en Vitoria-Gasteiz y el miércoles, 12 de octubre, recalará en Madrid. Presentando su último trabajo de estudio,“Infinite Granite” (2021), el quinteto californiano demostró que shoegazing y black metal pueden convivir, nutrirse y excluirse a partes iguales. Con muy buena acogida –aunque sin convencer del todo a sus fans de base: los cambios drásticos no siempre son bien recibidos–, siguen siendo igual de intensos, caóticos y catárticos en esta nueva fórmula sonora, de la que prácticamente han desterrado al black metal. Sus anteriores cuatro discos de estudio sentaron las bases y establecieron el estilo único del que se despiden con “Infinite Granite” y que reservan para momentos muy puntuales de sus directos. Si bien el disco brilla por la ausencia de guturales, que solo son rescatados para el tema final, el vocalista George Clarke alterna voces limpias con agudos broncos y desgarradores a su antojo durante el concierto. Abrieron con tres de sus nuevos temas, en una clara declaración de intenciones. A “Shellstar”, “In Blur” y “Great Mass Of Colour” les siguió un breve repaso a sus anteriores discos. Expresivo, casi agresivo, los movimientos rápidos y cortantes de Clarke cobran más sentido aquí que en su último trabajo de estudio, al que regresaron con “The Gnashing” y la brillante “Mombasa”, una de las favoritas recientes precisamente por su dualidad y por representar a la perfección ese puente entre los dos mundos que habitan. Deafheaven no reniega del black metal, es parte de su evolución. El amor, la pérdida, fantasmas personales y otras cuestiones filosóficas se amplifican en sus letras, melodías y puesta en escena en un verdadero apocalipsis emocional. Evitando lo explícito, sugiriendo más que narrando. La penetrante voz de Clarke continúa evocando los niveles más altos del dolor humano, pero ahora lo hace de forma más sutil.

Después de una breve pausa –el AMFest puede enorgullecerse de haber creado un programa sin coincidencias horarias en sus tres escenarios– empezaron puntuales Godspeed You! Black Emperor, post-rock con influencias que van del rock progresivo al punk, pasando por la música clásica o la vanguardia. Las fechorías de una banda de moteros japoneses, los Emperadores Negros, dan nombre a aun grupo que lleva emocionando con sus composiciones instrumentales y evocadoras piezas visuales –entre el cine experimental, las imágenes de revueltas callejeras, los símboles del capitalismo y la naturaleza– desde hace un cuarto de siglo. En su caso, también se trataba del primer concierto en España de una tanda de cinco. Zaragoza (10), Valencia (11), Madrid (12) y Bilbao (13) son las ciudades en las que tocarán esta semana. Abrieron su show con ‘Hope Drone’, entre proyecciones distorsionadas, luces y efectos de texturas orgánicas en estado cambiante, a las que se superpone la palabra “Hope”. Durante “Job’s Lament” proyectan colosales construcciones de hormigón y edificios a medio construir que se alternan con imágenes de la bolsa y del mundo finanzas, vaticinando el fin del capitalismo y de las leyes del mercado: después de décadas, vemos que GY!BE no ha abandonado su claro posicionamiento político.

El colectivo de Montreal presentaba en AMFest “G_d's Pee AT STATE'S END!” (2021), su último álbum. La construcción minimalista y progresiva de los temas, combinada con la añadida capacidad narrativa que le confieren los mencionados visuales, se vuelve hipnótica y emocional. Cuatro proyectores sobre una inmensa lona nos muestran a manifestantes en las calles siendo rociados con mangueras de agua, disturbios en los Estados Unidos de la era Trump, bosques fríos e inhóspitos, las luces de la ciudad, las calles, los semáforos, avionetas heridas cayendo vertiginosamente desde el cielo, incendios que levantan cortinas de humo negro, bosques en llamas… Todo ello mientras melodías más optimistas se alternan con ritmos frenéticos y más melancólicos. Experimentación y arte en estado puro que finalizó con una imponente interpretación de “The Sad Mafioso”. ∎