Cuando le preguntamos a
Arto Lindsay dónde quería grabar esta entrevista, nos contestó que en un sitio
“con mucho ruido, donde cueste oír lo que digo”. Creímos que era una broma, pero, efectivamente, tras terminar su concierto en el Auditori Rockdelux del Primavera Sound el que fuera una de las células determinantes de la no wave neoyorquina quiso explorar la nocturnidad del Fòrum en busca del jaleo. Tras unos primeros intentos en los que la escandalera hacía impracticable la grabación, logramos encontrar un término medio entre el sonido ambiente y su propia voz.
Puede parecer un simple capricho excéntrico, pero, si uno atiende al discurso de Lindsay, aparentemente disperso y fragmentado, se da cuenta de que uno de sus principales intereses es perder el control sobre su propio arte. Que cada paso le lleve a un sitio distinto, inesperado.
Probablemente por eso también quiso, tras declararse fan de James Blake, hacer una versión a capela de “Invoke”, canción que titulaba su disco de 2002, en un lugar de paso entre varios escenarios del festival, sin amedrentarse por la gente que iba de un lado a otro, invadiendo el espacio de su delicada y extrañamente hermosa voz. ∎