Shabaka, qué bueno que viniste. Foto: Óscar García
Shabaka, qué bueno que viniste. Foto: Óscar García

Concierto

Atrapados en el fragor rítmico de Sons Of Kemet

El grupo liderado por Shabaka Hutchings, bastión de avanzada para el jazz contemporáneo europeo, desplegó anoche en Barcelona una exhibición de ritmo y energía que desafía cualquier límite genérico. Un ejercicio de sincretismo que nos dejó exhaustos.

Cuando Shabaka Hutchings nos visita es obligado extender la alfombra roja para recibirlo. Estamos hablando de una de las mayores personalidades del nuevo jazz británico y, por extensión, mundial. Pero ¿en qué consiste esa etiqueta que lleva ya años aireándose en la prensa musical especializada? A juzgar por las producciones de este heraldo del saxo, no hay normas ni límites que valgan. Se trata de una exploración franca y frontal de las posibilidades del jazz entendido en su plasmación más visceral.

Si el nombre de Kamasi Washington luce por derecho propio en lo que respecta al nuevo jazz gestado en los Estados Unidos, el de Hutchings lo hace al mismo nivel pero en coordenadas diferentes, en la escena británica y europea. De sus tres aventuras artísticas paralelas –también lidera a Shabaka & The Ancestors y The Comet Is Coming–, Sons Of Kemet podría situarse como la espina dorsal de una propuesta radical y sin concesiones que lo ha llevado a ser reconocido como pieza clave de la actual vanguardia del género, entendiendo que el concepto de género se nos queda corto cuando nos referimos a un francotirador musical de tal calibre.

Edward Hick y Theon Cross, el ritmo y la furia. Foto: Óscar García
Edward Hick y Theon Cross, el ritmo y la furia. Foto: Óscar García

Con su último “Black To The Future” (2021) aún calentito, los Hijos de Kemet han pisado dos de nuestras principales plazas escénicas, Madrid y Barcelona. En la primera, desgraciadamente, tuvieron que hacerlo sin la esencial aportación de Theon Cross, el hombre que sopla la tuba y ofrece el perfecto contrapunto a los desbocados fraseos de Hutchings al saxo. Parece ser que un problema de visados lo dejó fuera de juego en Madrid, pero no así en el pequeño escenario de La (2) de Apolo en Barcelona, donde el cuarteto salió a por todas y pisando fuerte desde el minuto cero.

Probablemente ninguno de los asistentes podía esperarse el fragor de las acometidas del grupo. Bien es verdad que la maquinaria rítmica nos traía ecos afrocaribeños de corrientes como el samba, el calipso, la plena o los ritmos del Mardi Gras de Nueva Orleans, y que podríamos echar mano del free jazz para intentar explicar lo que allí estaba sucediendo. Pero las similitudes y los paralelismos acaban ahí a la hora de enfrentarnos a un sonido para el que no sirven mapas ni etiquetas.

Los dos baterías –Edward Hick y Tom Skinner– fabricaban incesantes armazones de trepidante ritmo alrededor del cual Hutchings y Cross se enroscaban como enfervorecidas serpientes de fuego, dando dentelladas al aire y explorando el eslabón perdido entre sonido y ruido. Podríamos hablar de una especie de duelo de intensidad extrema, que se vio suavizada en un corto solo de flauta –a la que Hutchings está últimamente muy dedicado, tal como demuestran los vídeos que va colgando en redes– y en la evocativa “Adonia’s Lullaby”. Cross, por su parte, nos ofreció su particular excursión hacia los límites expresivos de la tuba con un tour de force en el que se dejó la piel y el aliento.

Shabaka Hutchings y Tom Skinner: la furia y el ritmo. Foto: Óscar García
Shabaka Hutchings y Tom Skinner: la furia y el ritmo. Foto: Óscar García

El repertorio consistió, casi al completo, en el que da forma a su último trabajo, el cuarto de su discografía, que amplía su paleta de tonos para conectar con el grime, el afrobeat o las esencias jamaicanas, siempre desde un prisma absolutamente propio. Sonaron “Pick Up Your Burning Cross”, “Think Of Home”, “Hustle”, “For The Culture” o “Throughout The Madness, Stay Strong”, con la única aportación de “My Queen Is Harriet Tubman” de su anterior y decisivo “Your Queen Is A Reptile” (2018).

Sons Of Kemet volvieron a conquistar la plaza con un show de una inusitada intensidad expresiva y dejándonos a todos con ganas de volver a presenciar algo así. Seguro que la próxima vez volverán a sorprender. ∎

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