Risueña hermandad.
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Entrevista

Black Country, New Road: caminos inescrutables

Para la mayoría de bandas que empiezan, dos canciones no son más que un discreto primer paso. Para Black Country, New Road, dos canciones supusieron un contrato discográfico y atención a nivel mundial. Ahora entregan un debut desbordante e imprevisible que los confirma como la última revelación salida del Windmill londinense.

Los caminos que transitan Black Country, New Road son inescrutables. Empezando por la senda a la que alude el nombre de la banda, una sugerente manera de plantear una buena escapatoria de un lugar horrible. A grandes rasgos, algo así debe ser que tu disco de debut vea la luz en plena pandemia. La cosa viene de lejos, pues solo dos canciones publicadas precedían a este primer largo, una anomalía en la era del streaming. La duración media de las seis canciones que contiene “For The First Time” (Ninja Tune-[PIAS] Ibero América, 2021) es de siete minutos. De alguna manera, defender un álbum así en 2021 es ir a contracorriente. “Este disco en concreto era una colección de canciones a la que dimos forma tocando en directo, y normalmente la gente alarga las canciones cuando actúa, por lo que no es un álbum tradicional en ese sentido”, concede Tyler Hyde, bajista de la formación, al otro lado de la pantalla.

El encargado de moldear ese repertorio fue Andy Savours, a quien el septeto confió el mando de la grabación. “Nos vino a ver al BBC 6 Music Festival el día antes de grabar ‘Opus’ –recuerda Luke Mark, guitarrista de la banda–. Nos dijo que la tocáramos como la noche anterior y eso es lo que intentamos, igual que hicimos con el resto de canciones. Son tal como las estábamos tocando en directo en el momento de grabar el disco, que puede resultar un poco diferente de las versiones anteriores”. En este trabajo prima otra manera de entender la intensidad, presentando una concepción del espacio renovada. No es la única novedad que registran las reinterpretaciones de “Athen’s, France” y “Sunglasses”, sus dos singles, ambos de 2019. Isaac Wood, cantante y letrista del conjunto, ha descartado las explícitas referencias sexuales que contenían las letras y ha trabajado en su voz, combinando el spoken word de los inicios con una sutil manera de cantar. “Ha sido muy inspirador ver cómo la desarrollaba. Lo escuchábamos en el escenario hacer cosas nuevas noche a noche, que es como se perfeccionan las cosas”, recapitula Luke.

“Track X”, clip dirigido por Bart Price.
“For The First Time” se abre y se cierra con dos cortes en los que la música klezmer es protagonista. Para Tyler, ajena hasta ahora al género, ha sido interesante aprender de sus compañeros Lewis Evans y Georgia Ellery. “Ambos son estudiantes que han adquirido mucha habilidad para improvisar tocando en bandas de klezmer”. Algo que también distingue la propuesta de Black Country, New Road es el name-dropping en sus textos, puntos en los que convergen figuras tan dispares como Kendall Jenner y Slint, en las antípodas los unos de la otra. La amalgama de referencias resultante es distintivamente propia de la manera en que la generación de estos veinteañeros entiende la cultura pop. Eso sí, Tyler asegura haberse enterado recientemente de que en la portada del compacto puede verse una camiseta de Coldplay. “Cuando nos juntamos y cantamos ‘The Scientist’, siento como si estuviéramos subiendo esa colina de la portada del disco”, confiesa Luke. No es la única curiosidad que nos deja la carátula, cuya fotografía, como explicitan, ha sido extraída de un banco de imágenes. “Tiene que ver con las reproducciones que habíamos utilizado hasta ahora, que eran capturas de YouTube, y con la idea de seguir usando el vasto imaginario que la gente crea en internet”, razona Tyler. “Bart [Price] vino con la idea de crear una gran red de gente alrededor del mundo que sea parte de esto, algo casi colectivo”.

“Está en juego la posibilidad de que músicos que no han tocado en directo tengan un ambiente en el que desarrollar sus habilidades” 

Tyler Hyde

Pese a que su intención era trasladar a la grabación el sonido de los directos –directo que se pudo disfrutar en el Primavera Weekender de Benidorm en noviembre de 2019–, algo en lo que Dan Carey se ha mostrado sobresaliente, afirman que en ningún momento se plantearon contar con el reputado productor británico, con quien sí trabajaron en su primer sencillo. “Había venido a varios conciertos nuestros en el Windmill y había prestado la suficiente atención como para conocer nuestra música y poder decir: ‘No, volved a empezar, esto no es todo lo bueno que puede ser’”, recuerda Tyler. La bajista tuerce el semblante cuando toca abordar la crítica situación que atraviesan las salas y el devastador impacto que puede tener para la escena la pérdida de esos espacios. “Son totalmente vitales. El Windmill es la segunda sala en la que tocamos en Londres. Tras aquello, fuimos invitados una y otra vez. Tim Perry, quien la dirige, ha creado un espacio donde la gente se pueda conocer y programar conciertos. No te encuentras muchas salas que te permitan llegar siendo un completo amateur, aprender y sentirte seguro y cómodo haciéndolo”. La progresión natural es tocar en The Lexington. “Da bastante miedo que cierren estas dos –prosigue Tyler– porque está en juego la posibilidad de que músicos que no han tocado en directo tengan un ambiente en el que desarrollar sus habilidades”. Hay mucho en juego, como matiza Luke. “El hecho de que ahora el Windmill sea tomado tan en serio lo hace más importante. Si eres una banda que está empezando y tocas allí la gente te presta atención, mientras que si tocas en la esquina de un pub medio lleno la gente solo quiere ver el fútbol”. Del devenir de esas salas depende que el testigo que ahora recogen Black Country, New Road tenga próximo destinatario. ∎

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