Claud Mintz, amor e intimidades. Foto: Angela Ricciardi
Claud Mintz, amor e intimidades. Foto: Angela Ricciardi

Radar

Claud: monstruos y superhéroes

“Super Monster”, el debut de Claud, es también el primer lanzamiento del sello que dirige Phoebe Bridgers. Saddest Factory edita este álbum de pop confesional que en su aparente sencillez guarda su mayor virtud: una cercanía que hace de estas trece canciones un lugar donde, seas quien seas, poder sentirte vulnerable, comprendido y arropado.

En el año en el que todo se hundió, la carrera de Phoebe Bridgers despegó definitivamente. Durante esos meses en los que parecía no ocurrir mucho, a ella le dio tiempo a hacer prácticamente de todo: firmó uno de los mejores discos del curso, se las apañó para ser una de las personalidades destacadas y puso en marcha su propio sello discográfico. Saddest Factory Records, un juego de palabras con “satisfactory”, luce su personalidad desde el propio nombre. El personaje online de la californiana, extrovertida, ácida y con un gran dominio del humor self-deprecating, también asoma por la página web de la disquera, un espacio interactivo que toma la forma de un escritorio de ordenador donde has de rebuscar en diferentes carpetas para acceder a la información. Mientras tanto, en la parte superior derecha de la pantalla van apareciendo mensajes de una tal Phoebe preguntando por su café o instándote a un encuentro en la máquina de agua de la oficina.

Bajo el paraguas de Dead Oceans, donde Bridgers publica su música, Saddest Factory nace con una visión definida: buenas canciones, independientemente del género. El pop confesional de Claud, el primer fichaje del sello, está más cerca del “Immunity” (2019) de Clairo, con quien mantiene una gran amistad, que del “Punisher” (2020) de Phoebe. Pese a su juventud –tiene tan solo 21 años–, Claud Mintz cuenta con una trayectoria que avala su aterrizaje en la recién nacida discográfica. Desde 2018 viene publicando música bajo el nombre de Toast, un proyecto que empezó siendo la unión de fuerzas entre elle y Josh Mehling. Sus caminos nunca se llegaron a separar, pues Mehling continúa siendo su más estrecho colaborador, pero cuando el calendario de giras obligó a elegir entre conciertos y universidad, Josh eligió lo segundo. Mintz se echó entonces a la carretera, moldeando un repertorio que cristalizaría en un par de EPs y un puñado de singles. De entre todos esos lanzamientos destaca “Wish You Were Gay”, un pequeño éxito en el que abordaba cuestiones identitarias que más adelante aparecerán de nuevo en su discografía. A finales de 2020, además, el supergrupo Shelly reuniría a Claud y Noa Frances con los ya mencionados Clairo y Mehling en un doble single gestado en cuarentena.

“Please, can you tell me what you mean? Can you spell it out for me?”. Foto: Angela Ricciardi
“Please, can you tell me what you mean? Can you spell it out for me?”. Foto: Angela Ricciardi

“Super Monster” (Saddest Factory-Popstock!, 2021), primera referencia del catálogo, llegaba a las tiendas el pasado 12 de febrero. La expectación generada no solo se explica por la entidad de las madrinas de Claud; sería injusto obviar la contribución de los adelantos que han precedido a la publicación del álbum. “Gold”, “Soft Spot”, “Cuff Your Jeans” y “Guard Down” son una excelente puerta de entrada a su mundo al condensar en cuatro cortes las virtudes de este largo: solidez compositiva, estribillos adictivos e irresistibles y un acercamiento al amor que de tan sencillo que parece acaba por resultar abrumadoramente cercano. Esta manera tan personal de exponer sus confidencias es una constante a lo largo de todo un trabajo en el que explora las diferentes caras del romance. En “Pepsi” hay lujuria (“I hate that you told me to masturbate instead of coming over”); en “Overnight”, efervescencia (“I fell in love like a fool overnight”); en “This Town”, frustración (“I don’t wanna live in this town / I’ll be on the next train out”); en “In Or In-Between”, dudas (“Please, can you tell me what you mean? Can you spell it out for me?). En otro de los highlights del disco, “That’s Mr. Bitch To You”, canaliza la ira de un incidente sufrido en sus carnes convirtiendo esta canción en una celebración de su identidad no binaria.

Si bien el proceso de grabación tuvo lugar en diferentes dormitorios, la mezcla se llevó a cabo en los míticos estudios Electric Lady de Nueva York. Además de resultar determinante para el acabado sónico del LP, en la última jornada de su estancia allí surgió el título del disco, una referencia a un dibujo de Daniel Johnston llamado “Claud The Supermonster”. Monstruos y superhéroes, una dualidad presente en todos nosotros que, lejos de resultar una fuente de tormentos para Claud, es afrontada aquí con lucidez, honestidad y valentía. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados