Dan Whitford, protagonista. Foto: Alfredo Arias
Dan Whitford, protagonista. Foto: Alfredo Arias

Concierto

Cut Copy: nostalgia ageneracional

Aunque Cut Copy tuvo que retrasar la presentación de “Freeze, Melt” (2020) dos años a causa de la pandemia, el público presente en La Riviera –era el cierre del tramo español de la gira tras los conciertos de Barcelona y Valencia– constató que su interés radicaba, más que nada, en los primeros trabajos.

Tras la apertura con “Standing In The Middle Of The Field”, “Feel The Love” fue la reminiscencia tecnostálgica que los de Melbourne sabían que el espectador deseaba. Pese a tratarse de la gira de presentación de “Freeze, Melt” (2020), casi la mitad del repertorio estuvo inundado por “Zonoscope” (2011), un álbum que, por sus melodías de adecuada simpleza y su dance-rock eufórico, consiguió reclutar hace poco más de un decenio a su público de ahora. Ese mismo trabajo define la línea editorial de Cut Copy hasta el momento, como también su planteamiento a la hora de afrontar un concierto: a caballo entre el indie pop introvertido y la cultura de DJ. Si bien Dan Whitford se formó musicalmente como pinchadiscos, el concierto de Cut Copy, más que una sesión, consistió en una enumeración de canciones con un claro principio y un claro final: no fue así el desarrollo dentro de las mismas, donde Tim Hoey pudo demostrar su versatilidad como instrumentista a través de unos puentes donde hacía uso del sampler, la guitarra y el bajo a partes iguales. El desarrollo más cercano a un concierto tradicional de rock contrastaba con el set dispuesto en el escenario: las guitarras de Hoey eran acompañadas ingeniosamente con capas de bases disparadas y una iluminación precisa para el ambiente deseado por todos los agentes de la velada.

El espacio para “In Ghost Colours” (2008) tuvo lugar a partir de la quinta canción, con “Out There On The Ice”, cuyo sintetizador casi eclipsaba la voz de un Whitford que lo solventaba con gestos y posturas protagónicas. Así, la alternancia entre lo viejo y lo nuevo hizo del concierto una cordillera y no un valle, apaciguado solo por el carácter de club del formato: el house francés y la electrónica alternativa que caracterizan al trío provocaron, cuando era necesario, el trampantojo de pub y no de concierto. Por ello, la propuesta de Cut Copy puede ser interpretada como ageneracional y descontextualizada al mismo tiempo: la electrónica (y su correspondiente cultura) se nutre diacrónicamente de la misma sociología, si bien el dance ochentero no está pasando por su mejor momento.

¿Euforia de tiempos pasados? Foto: Alfredo Arias
¿Euforia de tiempos pasados? Foto: Alfredo Arias

En el ecuador del concierto asistimos a una recta final progresiva y oportuna: la esperada “Lights And Music” fue seguida de “Sun God”, composición de más de quince minutos que roza el trance, vaticinando un cierre digno para una de las bandas más canónicas de la new rave dosmilera. Así, el trío se reafirma como uno de los máximos exponentes de un sonido al que, siendo un eco de lo que fue, merece la pena seguir el rastro. Una falsa despedida tuvo lugar con “Need You Now”, con la que ya se marcharon en aquel concierto dado en Madrid en 2011. Sin embargo, la estructura en crescendo de la canción procura una descarga de tensión idónea para, a falta de cadenciar por completo, volver con un bis. “Hearts On Fire” fue la elegida para culminar la noche dentro del álbum predilecto de blog house que publicaron los australianos en 2008, cuyo directo constata que no han terminado de superar el electroclash: la new wave, el electropop y el synthpop inundaron La Riviera como si del año 2006 se tratara.

Veinte años después de su debut, poco queda de la escena de Cut Copy más que el elogio de un movimiento anterior y su pertinente reconocimiento. Las hibridaciones entre el rock y la electrónica hoy son radicalmente opuestas tanto en forma como en contenido y la etiqueta “new wave” es en sí misma una paradoja. Anoche Cut Copy dio un concierto para un público mayoritariamente nostálgico, si bien la banda parecía existir fuera de su propio tiempo: echar la vista atrás es una de las causas fundamentales para generar un ciclo. Aunque el hieratismo de los australianos poco puede variar la definición de su música, en La Riviera demostraron que, aunque su escena primigenia esté desactualizada, evoluciona de forma coherente. El blog house tuvo un momento efímero, pero el rock y la electrónica se siguen comunicando gracias al legado que sigue retumbando en las cabezas de muchos. ∎

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