Dream pop expansivo. Foto: Marika Kochiashvili
Dream pop expansivo. Foto: Marika Kochiashvili

Entrevista

Daughter, dar un paso atrás para seguir hacia delante

En su primer disco en seis años, el trío (no solo) dream pop demuestra saber mejor que nunca lo que quiere y lo que no, tanto a nivel de grupo como personalmente. “Stereo Mind Game” es su disco grabado de forma más deliberada, el más maduro, que no el menos atrevido. Y esa madurez se extiende a unas letras que apuestan por la reflexión antes que la conmiseración. “Cuando das un paso atrás y observas las situaciones desde arriba, entiendes que nada es definitivo”, nos cuenta Igor Haefeli, guitarrista y productor, en esta extensa entrevista.

Desde su revelación con el inicial “If You Leave” (4AD, 2013), Daughter no han dejado de complicar bellamente su (dream) pop melancólico pero poderoso, que echa raíces melódicas en el folk y extiende sus ramas hacia la electrónica atmosférica y la clásica contemporánea. O los aromas de banda sonora, justo lo que había sido su último disco hasta la fecha: “Music From Before The Storm” (4AD, 2017), concebido para el videojuego “Life Is Strange. Before The Storm” (2017).

“Stereo Mind Game” (4AD-Popstock!, 2023) empezó a germinar por aquellas fechas, pero hemos tenido que esperar seis años para escucharlo. La culpa fue del interés de los miembros del grupo por seguir otros intereses –en el caso de Elena Tonra (voz, guitarra, piano) un proyecto en solitario, Ex:Re, con el que lanzó “Ex:Re” (2018) y “Ex:Re With 12 Ensemble” (2021)– sin dejar de pensar en Daughter. Su compañero Igor Haefeli (guitarrista, pero también teclista y productor) habla de reuniones de trabajo serias a finales de 2018, principios de 2019. “Pero desde el principio pensamos en darnos todo el tiempo necesario, en dejarnos espacio para evolucionar”, nos explica a través de Zoom. “Además, Elena compone canciones sentidas, que vienen de lugares reales, y esa clase de inspiración no sucede cada día. Por otro lado, la pandemia también ralentizó un poco las cosas”.

Igor Haefeli (guitarra), Elena Tonra (voz) y Remi Aguilella (batería). Foto: Marika Kochiashvili
Igor Haefeli (guitarra), Elena Tonra (voz) y Remi Aguilella (batería). Foto: Marika Kochiashvili

¿Cómo dirías que han cambiado vuestros procesos entre vuestro anterior disco puramente de canciones, “Not To Disappear”, de 2015, y este último en el que, según tengo entendido, el batería Remi Aguilella grabó desde el otro lado del Atlántico?

Cuando empiezas a hacerte mayor, como es nuestro caso, te vuelves más consciente de lo que quieres. Tienes ideas más claras y sabes comunicarlas mejor. Eres también más consciente del conjunto; de lo que es una canción, de lo que es una mezcla, de lo importante que es saber cómo escucha música la gente y los pasos que has de dar para acabar una grabación. Acabamos trabajando muy lejos de Remi porque ahora vive en Estados Unidos y había tenido una hija con su mujer. Obviamente eso era una prioridad para él. Grabó sus partes con un ingeniero y luego fue cuestión de ir intercambiando archivos online y hablar por Zoom y Facetime y todas esas cosas.

Cuando entrevisté a Elena por vuestro concierto en la sala Apolo de Barcelona en noviembre del 2013, me confesó que muchos de vuestros sonidos surgían por accidente y luego no podíais llevarlos al directo. ¿Todavía es así o ahora actuáis de forma más deliberada?

Todo lo hacemos de forma más deliberada. Los accidentes siempre pasan y suelen ser geniales. Pero en términos de proceso de pensamiento o equipo, dispusimos las cosas de manera que pudiésemos crear accidentes en lugar de dejar que nos sucedieran.

“Tampoco es que hubiera la intención de sonar grandes. Sobre todo queríamos que el álbum tuviera más pegada, con un poco menos de reverb que nuestros discos anteriores. Hemos trabajado con cuerdas unas cuantas veces, sobre todo en cosas en directo, y queríamos aportar ese elemento al álbum”

Igor Haefeli

El primer single del álbum, “Be On Your Way”, aporta un nuevo ímpetu cinematográfico al sonido del grupo, sobre todo por las cuerdas del 12 Ensemble. Sonáis grandes sin perder la intimidad.

Tampoco es que hubiera la intención de sonar grandes. Sobre todo queríamos que el álbum tuviera más pegada, con un poco menos de reverb que nuestros discos anteriores. Hemos trabajado con cuerdas unas cuantas veces, sobre todo en cosas en directo, y queríamos aportar ese elemento al álbum. Además, yo llevaba un tiempo componiendo mucha más música con cuerdas, desarrollando ideas con sonidos de cuerda en el ordenador. “Be On Your Way” es interesante porque empieza íntima pero se vuelve mucho más épica, y ese nos parecía un equilibrio interesante para trabajar: alcanzar esa épica sin perder del todo nuestra intimidad.

¿Hubo algo que os sorprendiera a vosotros mismos mientras hacéis el disco? Pienso, por ejemplo, en los efectos que aplicáis a las guitarras en “Dandelion”, que se convierte en algo puramente psicodélico.

El final de “Dandelion” es psicodelia loca. Los sonidos vienen de un pedal que funciona a la vez como sampler granular y delay. Capturas pequeños fragmentos de sonido y te los escupe otra vez troceados y nerviosos y todas esas cosas. Después los recortábamos un poco más para colocarlos por todas partes. En este disco hemos manipulado mucho el sonido. En “(Missed Calls)”, que es como el interludio, pasamos notas de voz por samplers granulares y estiramos el audio de mil maneras. Supongo que desde un punto de vista artístico, lo que hacemos es volver a explorar recuerdos, volver a explorar aquellos tiempos, estirándolos, acelerándolos… Es un poco como en la peli “Minority Report” pero volviendo al pasado, rebobinando.

“Nos interesan un montón de músicas, sobre todo las que solo son posibles a través de las tecnologías actuales”. Foto: Marika Kochiashvili
“Nos interesan un montón de músicas, sobre todo las que solo son posibles a través de las tecnologías actuales”. Foto: Marika Kochiashvili

También resulta sorprendente lo musculoso de “Swim Back”, que tiene mucho de krautrock hinchado de esteroides.

Fue muy divertida de hacer. Como otras canciones del disco, ha existido en versiones distintas a lo largo del tiempo. Era muy distinta al principio. Remi ayudó mucho a reinventarla; cuando colocó su ritmo de batería, de repente vimos que podía ser un tema completamente diferente. Es lo más krautrock que hemos hecho; las dinámicas son constantes en lugar de bajar y volver a subir más o menos todo el tiempo.

Lo que no resulta tan nuevo es que otro disco de Daughter suene a invierno de principio a fin. La primera canción de vuestro primer disco se llamaba “Winter” y parece claro que era una declaración de principios. ¿De dónde viene esta fascinación por lo invernal?

Curiosamente con este disco no buscábamos algo invernal, sino algo más soleado. Aunque, bueno, esas eran las intenciones. Luego empiezas a trabajar y todo eso se difumina. Sigues el hilo, sigues tu sensibilidad e intentas no quedar atrapado en algo predefinido. Desde luego la primera parte de “Neptune” me parece muy fría, muy solitaria.

¿Soléis trabajar frente a un collage de escenarios nevados y largas noches frías?

Yo trabajo mucho visualmente. Y al principio tenía muchos vídeos para acompañarme durante la composición: imágenes del espacio, del mar, de tormentas… Después, rápidamente, me olvidé por completo. Te preparas tanto como puedes, pero cuando estás en el meollo de las cosas te olvidas del mapa, te olvidas de todo y simplemente dejas que tus instintos empiecen a hacer efecto.

“Supongo que desde un punto de vista artístico, lo que hacemos es volver a explorar recuerdos, volver a explorar aquellos tiempos, estirándolos, acelerándolos… Es un poco como en la peli ‘Minority Report’ pero volviendo al pasado, rebobinando”

Igor Haefeli

“Be On Your Way” es una canción bella e interesante también a nivel de letra, como un “adiós” y un “hasta pronto” al mismo tiempo. Habéis dicho que en este disco queríais abandonar los absolutos. ¿Esta canción sería un ejemplo de eso?

Sí, así es. Supongo que tiene que ver con ser algo más viejo y quizá algo más sabio. Aprendes que nada se acaba nunca definitivamente. Elena quería expresarse de otra manera y no dejar que los sentimientos la consumieran y se convirtiera, de algún modo, en ellos. Quería dar un paso atrás, adoptar una cierta vista de pájaro y entender que nada es definitivo.

No es la única canción en la que Elena parece tomar conciencia de algo. Está también el precioso indie rock de “Party”, en la que canta sobre el miedo a olvidar “la peor noche de mi vida o, aún peor, la mejor”. Al parecer es una canción sobre darse cuenta de que debe alejarse del alcohol. El disco es distinto a los anteriores en esa apuesta por el amor propio antes que por las emociones negativas, estéticamente fértiles pero negativas.

Creo que sí. Es algo que se puede conectar con nuestro acercamiento creativo al disco, con esa mejor comprensión de los procesos musicales o de mezcla o lo que sea. Dicho de otro modo: no solo sabemos cómo funcionan las cosas a nivel técnico, sino también cómo funcionamos nosotros como personas individuales. Y si algo no te sienta bien, no te funciona, a lo mejor sería conveniente que tomaras distancia de ello.

“No solo sabemos cómo funcionan las cosas a nivel técnico, sino también cómo funcionamos nosotros como personas individuales”. Foto: Marika Kochiashvili
“No solo sabemos cómo funcionan las cosas a nivel técnico, sino también cómo funcionamos nosotros como personas individuales”. Foto: Marika Kochiashvili

El álbum también habla sobre la necesidad de acortar distancias con quienes sí te hacen bien. Hay una canción explícitamente titulada “Isolation”. Y escuchamos notas de voz de la sobrina y el sobrino de Elena en otro tema de título muy pandémico: “Wish I Could Cross The Sea”. ¿Es un disco marcado por el COVID?

En realidad “Wish I Could Cross The Sea” se compuso antes de la pandemia, pero recuerda mucho a aquella época, claro. “Isolation” se compuso antes también, creo. Por un tiempo ni siquiera iba a formar parte del disco. Pero al final creímos que tenía algo que las otras no ofrecían. Nos gusta porque parece que suene en una habitación. En parte porque es así: la voz se grabó en el dormitorio de Elena.

Eres de Suiza, ¿verdad? ¿Cómo acabaste en Inglaterra y por qué elegiste estudiar en el Institute Of Contemporary Music Performance, donde conociste a Elena y a Remi?

Soy francés y suizo. Crecí en Suiza y cuando tenía veinte años decidí mudarme a Londres para estudiar composición de canciones. Era el único diploma de ese estilo que existía en Reino Unido en ese momento. Pensé que era genial y era lo que quería. Al sacarme el diploma, que me llevó un año, unimos fuerzas y empezamos Daughter. Me fui a Reino Unido porque es un país increíble a nivel musical y en aquel momento era fácil entrar. Desde luego bastante más que ahora. Catorce años después, sigo aquí. Ahora vivo en Bristol y me siento como en casa.

“El folk es una base, sobre todo en términos compositivos, pero no diría que nuestra música reciente es folk, aunque los medios no dejen de usar ese adjetivo con nosotros. Cada nuevo álbum ha sido menos folk que el anterior”

Igor Haefeli

¿Qué escuchas últimamente?

Voy por fases. A veces me da por escuchar mucha música instrumental. Tony Allen & Jeff Mills sobre todo por “The Seed” (incluida en “Tomorrow Comes The Harvest”, de 2018), me encantan las baterías y el groove. Park Hye Jin tiene canciones realmente guay. También hay un cuarteto folk irlandés, Lankum… Lo suyo es precioso. Intemporal y a la vez muy moderno, no sé por qué. Canciones que suenan antiguas, pero muy bien grabadas.

¿Sigue siendo el folk una influencia en Daughter?

El folk siempre ha sido una influencia, sobre todo para Elena. Es algo que escuchó mucho de niña y adolescente, en parte gracias a sus padres. Pero nos interesan un montón de músicas, sobre todo las que solo son posibles a través de las tecnologías actuales, como la música electrónica o ciertas cosas neoclásicas. El folk es una base, sobre todo en términos compositivos, pero no diría que nuestra música reciente es folk, aunque los medios no dejen de usar ese adjetivo con nosotros. Cada nuevo álbum ha sido menos folk que el anterior. ∎

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