El engranaje de Primavera Sound se acopla ahora mismo sobre muchas áreas y especialidades, algunas de poca visibilidad pública. Si el festival es el gran aparador y el motor, hay un metaverso donde el grupo y el equipo que forman Primavera Sound refrenda el crecimiento de estos casi veintiún años de historia. Esta actividad paralela no resulta menos valiosa por ser más discreta. Es el caso de la Fundació Primavera Sound, nacida en junio de 2021 con la voluntad de implicarse en el tejido cultural y social del barrio de La Mina y la ciudad de Barcelona. Una forma de trasladar el valor del equipo humano, técnico y artístico que habilita la macrocita musical fuera de los límites del Parc del Fòrum. “Empecé como director hace medio año. Mi trabajo consiste en organizar proyectos de acción social a partir de todo el valor añadido que supone el grupo Primavera Sound. Actualmente trabajamos en tres líneas. Una de proyectos propios, otra de alianzas con otras organizaciones y otra de sensibilización. Y, además, ya meramente a nivel interno de la marca Primavera Sound, somos una herramienta para la reinserción social durante el festival”. Quien habla con el entusiasmo propio de un proyecto incipiente que va adquiriendo noble consistencia es Ramon Garriga, actual responsable de la fundación. Y añade: “Nuestra filosofía concibe la música como un espacio comunitario y de crecimiento personal”.
Su otra área de acción compromete lo que denominan “proyecto impulso”, cuyo objetivo es proporcionar herramientas para alentar a los estudiantes a emprender sus propias acciones de servicio a la comunidad mientras asumen un aprendizaje. En esta línea se enmarcan las “Primaveras Experiències”, unas actividades extraescolares que la fundación articula para un grupo reducido de alumnos convocados mensualmente para asistir a la charla de un músico-ponente que, mientras explica su desarrollo profesional y la herencia musical adquirida, contagia a los participantes con los valores implícitos en la música y el acto de la escucha. Esta suerte de listening party formativas se llevan a cabo en la sala Apolo de Barcelona y la Clamores de Madrid. Por la sede barcelonesa han pasado Turu Fernández (Clams), Laia Torrents (CaboSanRoque), el ingeniero, músico y productor Roger Rodés, y Edi Pou (Za!, Los Sara Fontán). Por su parte, en Madrid se inauguraron el pasado 18 de abril con el bautismo ofrecido por lil paoli, de Cariño.
En la última de estas citas, que ha tenido lugar en Barcelona –la próxima está prevista para el 15 de mayo, con el músico Miqui Puig tomando la batuta–, Edi Pou fue el responsable de orquestar el encuentro. El músico también se involucra en la fundación en calidad de asesor. En ese equipo consultor comparte espacio con Vicky Laguía, experta en consejos de infancia y juventud; su misión es la de generar entornos para que los adolescentes puedan decidir autoorganizarse. Luego está Ramon Crespo, que es especialista en proyectos sociales y se ocupa de la efectividad de las acciones y la validación en resultados. “A mí se me reclama por mi vinculación con la música en su vertiente comunitaria. Tengo experiencia en proyectos en prisiones y con niños en escuelas. Y no es solo mi propia experiencia, sino las que pueda aportar mediante el conocimiento de actividades similares que ya estén implantadas en otros lugares del mundo. Así que me ocupo de proporcionar ideas”, explica Pou sobre su lazo con la fundación minutos después de completar su “Primavera Experiències”.
Todo este entramado de acción social que repercute en el espíritu de los barrios y de los jóvenes que los habitan formaliza su concreción mediante alianzas con entes privados y públicos. Desde colaboraciones con organizaciones como ONCE e Ilunion para mejorar la movilidad de personas con discapacidad durante el festival o la creación de puntos de información y experiencias sensoriales para los que sufran discapacidad auditiva u ocular hasta la financiación del “Programa Vitamina”, una iniciativa de liderazgo ético y transformación social con el fin de convertir a jóvenes de barrios de renta baja en promotores del cambio social de su entorno.
“Aparte del tema de las subvenciones, estamos colaborando muy estrechamente con el Consorci d’Educació, que lo forma un 60% la Generalitat y un 40% el Ayuntamiento de Barcelona y que nos está apoyando mucho con el curso que impartimos y que el año que viene extendemos a tres institutos. A nivel de alianzas, estamos también con La Benéfica, en Asturias, generando un teatro”, señala Garriga.
La tercera pata sostenida por Garriga incumbe a la sensibilización, aprovechando el tirón del festival en Barcelona –y su llegada a Madrid este año– para dar a conocer realidades que conviven con las ciudades pero que, por un motivo u otro, quedan invisibilizadas para la mayoría de la población. “La idea es elegir cada año a un colectivo. Y durante el festival invitaremos a organizaciones que trabajen con estos colectivos para que expliquen su labor. Este año, el colectivo elegido es el de migrantes. Y vamos a tener tres organizaciones en Barcelona y Madrid que velan por este colectivo. Proyectaremos también un corto que se llama ‘Furias’, dirigido por Rubén Sánchez, que trata sobre las cuarenta y ocho horas posteriores a la expulsión de un joven menor sin tutela de un centro de menores al cumplir la mayoría de edad. Y organizaremos una charla con la música como eje de denuncia y espacio de acogida para gente en similar situación. La campaña tendrá su continuidad pasado el festival, con un pódcast”.
Labores con las que la Fundació Primavera Sound se esfuerza para que el peso del festival no se mida exclusivamente en impacto económico y cultural, sino también social. Aunque cabe recordar, como recalca su director, que“todo es a largo y medio plazo. Todos los proyectos sociales necesitan tiempo para que puedas crear vínculos”. De momento ya hay alguien velando para que estos se hagan realidad. ∎