La curiosidad a partir de una base indie. Foto: Rocío Mascayano
La curiosidad a partir de una base indie. Foto: Rocío Mascayano

Entrevista

Gepe: bacán en la calle

El mejor disco chileno de 2020 para Rockdelux está basado en contradicciones. De un lado, al aislamiento hogareño e incertidumbre por la COVID-19 le precedieron meses de reivindicaciones callejeras y esperanzas de cambio. Del otro, frente a la presencia de un productor ganador de Grammys y un sello multinacional, un temario basado en grafitis y problemáticas sociales. Concordantemente, Gepe en “ULYSE” también cambió de escenario: del seguro hogar a las movidas vías santiaguinas.

Muchas cosas suceden en la casa de Gepe. Tiene un té calentito, pa’ tomar desayunito (“Fruta y té”), es el mejor lugar donde uno se puede esconder (“Bacán tu casa”) y se abre para invitarte cuando algo anda mal (Abrir la puerta”). Una suerte de refugio compartido que ha estado presente en la música de Daniel Riveros desde sus inicios en la escena indie en 2004 con su banda Taller Dejao. Entremedio, ha salido para bailar y montar ese desprejuiciado carnaval que lo ha llevado por el mundo. Siempre regresando al final del día, por cierto.

“En mi generación, la de los 2000s, siempre decíamos que la música la hacíamos desde nuestra habitación. Por eso es que los sonidos son más íntimos, como que no quieres molestar a nadie. Y de ahí vengo yo, creo que nunca me lo he podido quitar”, comenta Gepe desde, efectivamente, su casa. Aunque esté la tentación de darle un sentido metafórico, más bien es la práctica realidad: aún estamos en pandemia y el músico de 39 años conversa con Rockdelux desde un hogar acondicionado como estudio y escenarios de conciertos online.

“Hay un sentido no como de encierro, pero sí de resguardo, referido a la casa”, confirma Gepe, justo antes de comenzar un relato que no va de introspección hogareña forzada, sino de enfrentamientos callejeros, despertares sociales y movimientos por la ciudad (cuando se podía, claro). Ese es el trasfondo de “ULYSE” (Sony, 2020), octavo álbum del cantautor y mejor disco chileno del año para Rockdelux. Un registro partido en dos, como la historia reciente de Chile: la primera fase a mediados de 2019 en Buenos Aires con el cotizado productor Cachorro López (Julieta Venegas, Andrés Calamaro), y la segunda este 2020 en Chile, con un país que justo se desperezaba cuando tuvo que regresar puertas adentro.

“Las circunstancias influyen en lo que se está haciendo. Es ineludible. Nadie ha podido omitirlo”, comenta sobre la importancia del estallido social de 2019 en el temario de “ULYSE”. Fue algo demasiado fuerte, nos sentimos supervulnerables y a la vez muy vivos. La situación vino a llenarlo todo de significados políticos. Había una sensación de euforia y fragilidad, al mismo tiempo. Era un ‘qué bueno es estar vivo’ combinado con la posibilidad de que en cualquier minuto mataran a alguien. Piensa en Gatica o en Campillay, por ejemplo”.

“En mi generación, la de los 2000s, siempre decíamos que la música la hacíamos desde nuestra habitación. Por eso es que los sonidos son más íntimos, como que no quieres molestar a nadie. Y de ahí vengo yo, creo que nunca me lo he podido quitar”

Si yo me cuido, te cuido a ti

Gustavo Gatica y Fabiola Campillay fueron dos de los heridos por la represión policial en los días que siguieron al 18 de octubre de 2019. Ambos perdieron la vista en circunstancias aún sin aclarar por parte de las autoridades. Un silencio que contrasta con las expresiones en la calle. Incluyendo los muros. Había un rayado que apareció en un momento, que era precioso y gigante, que decía ‘tu pena es mi pena’. Después caminando por otra calle, entre medio de los restos de un enfrentamiento, el único rayado no intervenido decía ‘tu dolor es mi dolorY abajo decía ‘usa tu poder’ . Yo dije: ‘Esa es la idea. Todo lo que te pase a ti, termina incidiendo en mí. A partir de esa frase terminé construyendo la mitad del disco”.

La idea no solo derivó en “tupenaesmipena” con Princesa Alba, sino que recorre otras canciones de “ULYSE” escritas antes (“Confía”) o después del estallido social (“Por favor avisa”). “Ese es un puente también con lo que pasa con la pandemia ahora. Si yo me cuido, te cuido a ti también. Inclusive si no eres mi amigo o mi vecino. O si solo compartimos el bus. Ahí hay un paralelismo que está presente”.

Gepe feat. Princesa Alba: “tupenaesmipena” en versión acústica y hogareña.

Otro indicio de comunión surge de algo habitual en la carrera de Gepe: las colaboraciones, generalmente tan dispares como los estilos que presenta en sus discos. Si antes fueron Javiera Mena, Congelador o Wendy Sulca, esta vez la invitación fue para Vicentico y Natalia Lafourcade. Todos unidos por una lógica implacable. Cuando empecé hacía colaboraciones para no sentirme tan solo. Necesitaba alguien que pusiera lo suyo para que no se aburriesen de mí o no aburrirme a mí mismo. Me terminó gustando la sensación y cada vez tiré la piedra más lejos”.

Una piedra desprejuiciada, aclaremos, que llegó hasta la ventana de la folclorista María Esther Zamora, quien, tras participar en “Ciencia exacta” (Quemasucabeza, 2017), generaría el contacto con los músicos acompañantes en su disco de raíces más explícito,Folclor imaginario” (Quemasucabeza, 2018). Los mismos que se mantienen al lado de Gepe en esta última entrega, que sigue acercándose al sonido folclórico desde un costado extraño. Perdonando la palabra sacrílega: ¿indie, quizá?

“Yo soy del indie. Ahí mantengo el corazón. Y el resto es curiosidad, ganas de expandir los límites. Curiosidad con sentido, eso sí. Para mí el indie conforma un tipo de personalidad que implica apertura de mente. No sé, pienso en Yo La Tengo o Animal Collective, que son superversátiles, pero nunca dejan de ser ellos mismos. Todo lo que voy absorbiendo en instrumentos o géneros y sirve para expandirme va a quedar en mi música para siempre”

Mientras comenta esto, muestra el tambor bagualero o las gaitas colombianas que han sonado en sus últimos discos y que adornan su casa-estudio. Acá se ha presentado virtualmente con su banda, mientras graba demos y compone para otros artistas. Es cierto que ha vuelto al hogar, obligado por las circunstancias, pero está más atento que nunca a lo que ocurre tras su ventana. “Hay una realidad que nos tiró en la calle. Ahí nos unimos, fue inevitable. Por eso estamos trabajando desde fuera y hacia fuera. Como una especie de sensación colectiva de apoyo. Lo que rescato es que la gente se empezó a mirar y a decir ‘no estoy solo’”. Más amplia que nunca está la casa de Gepe. ∎

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