Girl Ultra y su mánager caminan por el centro de Madrid poco antes de este encuentro con Rockdelux: “¿Dónde podemos tomar algo?”, preguntan. La conversación trascurre en una cafetería, con el negro imperando en su indumentaria y la percepción de que quien va a hablar es Mariana de Miguel (Ciudad de México, 1995): “Yo soy una persona más tímida y siento que Girl Ultra no es un alter ego, pero sí es potenciadora de esta energía y de todo lo que pienso, veo y escribo. Girl Ultra es la mensajera”. Y Mariana está pensando en un cambio profundo. “Punk”, single de adelanto del “El Sur” (Finesse, 2022) grabado junto a sus compatriotas Little Jesus –con los que repite tras “Fuera de lugar”–, ya nos permitía vislumbrar este nuevo rumbo: “Me alejé un poco del R&B y eso es muy reconfortante. Fue más refrescante en el proceso creativo no poner estas barreras de géneros musicales”.
“El Sur” retrata ese vínculo íntimo con la zona meridional de Ciudad de México. Y permanece su obsesión con el amor pasional, algo que “siempre es un tema de estudio que no termina, no topas con pared nunca porque cada quien tiene sus interpretaciones y va cambiando, va fluctuando, y creo que me he topado con nuevas perspectivas y colores”. Y en cuanto al enclave geográfico, asegura que allí encontró todos esos sentimientos: “Lo vinculo con todo, esta rebeldía del amor, cuando estás estudiando y las cosas pasan, hay pasión, hay sexo y hay como ese desenfreno que se queda encapsulado en un lugar”.
La tarea consistía en salir del R&B de etimología latinoamericana y abrasiva sensualidad que tan buenos réditos le ha dado con solo un largo, “Nuevos aires” (Finesse, 2019), más un puñado de EPs y sencillos que la han convertido en referente del género en el ámbito castellanoparlante. Se ha encontrado con vocalistas españolas como Paula Cendejas, con quien canta en “Ojos negros”, y ha unido fuerzas a artistas de popularidad emergente como Cuco. De hecho, califica “DameLove” como su colaboración más especial. Un accidente de carretera del compositor de bedroom pop provocó que reventara el ordenador que contenía las pistas originales y solo quedaron los stems –varias pistas ya mezcladas– con los que finalmente se apañaron: “Esa canción que hicimos ese día es como lo pueden escuchar ahorita, fue cosa del destino que se salvara”.
Para conseguir alejarse de sus producciones previas, “El Sur” no toma una sola dirección. El primer avance fue “Amores de droga”, una canción bailable para “regresar a esas influencias de la música club de los 2000”. Con este EP también ha buscado “guitarras más limpias, que podrían sonar en la radio, en un disco de Madonna como el ‘Ray Of Light’, o de los Cardigans, o de Audioslave”. Se trata, a fin de cuentas, de rememorar “todo lo que pasaba mientras el R&B estaba en su auge”, para lo cual se ha rodeado de Kidd –integrante de la banda Noah Pino Palo– y del dúo argentino Abc Dialect, dos formaciones que apuntan a la música de baile con raíces funk.
Esa heterogeneidad musical le viene de familia. A pesar de la separación de sus padres, Mariana tuvo “una infancia muy divertida”. Su padre quería “que fuera fan de Pink Floyd, y no le funcionó. Me traía ‘soundtracks’ de Ennio Morricone, REO Speedwagon, rock de papás y Aretha Franklin; me nutrió mucho musicalmente”. Con su madre, exploró otras posibilidades y quizá de aquello quedó grabado su tema predilecto: “Era fanática de una estación de radio que se llama ‘Amor 95.3’, en México. Su eslogan es ‘solo música romántica’. Me sé todas las canciones de Luis Miguel”.
Más que la contemporaneidad de Solange o Kelela, finalmente ella optó como influencia principal por el new jack swing que en los 80 ejecutaban Janet Jackson o Bobby Brown. En canciones como “If I Should Die”, junto a Niia, combina inglés y español, pero la intención no es abrirse a nuevos mercados: “Hay muchos mexicanos de segunda y tercera generación de migrantes en Estados Unidos que están buscando regresar a sus raíces o a las raíces de su familia a través del lenguaje. Hay muchos que no saben muy bien español. Es como si fuera una clase de inglés básica con una clase de español básica, y creo que se sienten muy identificados”.
No hay que olvidar que lo que hasta ahora ha venido haciendo Girl Ultra está circunscrito a una escena reducida, la mexicana, “un nicho pequeño, aunque el R&B se ha infiltrado en el pop en español y en el pop mexicano. Hay artistas como Danna Paola que de repente tienen melodías de R&B. La gente ya ve al R&B como un movimiento, puedo decir que ya está en el mapa desde hace un par de años”. Y ella es una de las responsables. Sus colaboraciones con Jesse Baez –que también pasó por Finesse Records– en “No” o “Sabor” se pueden considerar impulsos importantes en esa dirección.
Además de habitar en la misma persona, Mariana y Girl Ultra comparten una fijación: “Siento una responsabilidad, no sé si a veces la quiero, pero simplemente intento elevar el estándar de calidad para mí y hacer las cosas que quiero. No lo veo como una meta, sino como una consecuencia de un buen trabajo”. ∎