Baile a cámara lenta. Foto: Nathan Bajar
Baile a cámara lenta. Foto: Nathan Bajar

Entrevista

Helado Negro: fantasmas del pasado

Tras un disco que generó unanimidad y lo encumbró, Helado Negro avanza del ambient de dormitorio a su propia interpretación de la música de baile. Pero “Far In” es exactamente lo que cabría esperar del neoyorquino: dance music que suena como filtrada por un caleidoscopio, de cadencia borracha y texturas legañosas. Hablamos con Roberto Carlos Lange sobre el horóscopo, tradiciones familiares heredadas y los retos de la diáspora latina en Estados Unidos.

“This Is How You Smile” (Rvng Int., 2019) consagró a Helado Negro con una electrónica ambiental que era a partes iguales un homenaje a la familia en su sentido más amplio y un testamento de las vicisitudes de lo que significa ser latinoamericano en los Estados Unidos contemporáneos. Tras un trabajo con escasa sección rítmica, Roberto Carlos Lange decidió darle una continuación que nada tuviese que ver: con batería y bajos con presencia, que sonasen fuerte en la mezcla, explorando unas estéticas más decididamente dance. “Para mí fue como un lugar al que nunca había ido, algo superdiferente. Es supersimple, pero a la vez exploro paisajes sonoros distintos”, explica por videoconferencia desde su nuevo estudio en Asheville (Carolina del Norte), al que llegó tras dejar en junio esa Nueva York de cuya escena underground se convirtió en tótem a lo largo de la última década.

De hecho, “Far In” (4AD-Popstock!, 2021) podría no haber llegado a ocurrir de no ser por la intervención de 4AD, que llamó a su puerta para encargarle el álbum que verá la luz el 22 de octubre. “Ni siquiera me lo planteé antes de su llamada. Estaba en lo que estábamos todos el año pasado, la pandemia. Fue una oportunidad increíble y quería ver qué podíamos hacer juntos”. En el disco, Lange danza entre dos aguas: hay un componente claramente bailable en canciones como “Outside The Outside” (muy en la línea de cómo Nicolas Jaar concibe la dance music y con ecos del Erlend Øye más bailongo), pero Helado Negro plantea un baile a cámara lenta, sin llegar nunca al frenesí.

Citas como fuente de inspiración para “Far In” todo lo que escuchabas de pequeño: música de club de los 80 y su retorno sampleado a los 90. ¿Qué recuerdas de todo eso?

Hice una playlist que te puedo mandar ahorita por chat. Grupos como iLevel me influenciaron mucho para esta canción. Crecí en Miami y en el sur de Florida. Durante los años 80 había un sonido diferente: el Miami Bass, el electro, el freestyle… Supertarde de noche, podíamos escuchar por la radio italo disco. En ese momento yo no sabía qué era, para mí solo eran canciones, pero, cuando empecé a hacer mi música, todo ese sonido estaba en mi cabeza. Los samples, los 808s… todo ese formato siempre me ha gustado y así aprendí a hacer música. El sampling y construir cosas a partir de sonidos fue siempre mi escuela. Nunca fui al colegio para estudiar música. Así fui aprendiendo.

“Crecí en Miami y en el sur de Florida. Durante los años 80 había un sonido diferente: el Miami Bass, el electro, el freestyle… Supertarde de noche, podíamos escuchar por la radio italo disco. En ese momento yo no sabía qué era, para mí solo eran canciones, pero, cuando empecé a hacer mi música, todo ese sonido estaba en mi cabeza”

La letra de “Gemini And Leo” habla de una pareja de baile encerrada en casa. Fue algo premonitorio, porque empezaste a componerla antes del confinamiento, aunque en tu caso particular no es que acabases encerrado con tu pareja en casa, pero la residencia que debías tener en Marfa se acabó alargando meses.

Empezó como una idea superabstracta alrededor de Géminis y Leo. En Marfa, lo pude terminar y creo que tanto la ubicación como el hecho de estar en confinamiento marcó definitivamente el concepto de la canción.

La canción me hace pensar que quizá te interesa la astrología y el horóscopo. Lo digo porque yo apenas le he prestado atención en mi vida, pero últimamente me han rodeado señales, gente a mi alrededor hablando de caminos de la vida, mi pareja interesada por ver en qué ascendente de Escorpio nacerá mi hija, fases lunares, etcétera.

Me interesa bastante. Además, tiene base en algunas cosas científicas. La luna se mueve y cambia las mareas. Está basado en una realidad, pero también tiene un componente muy espiritual. Como la religión, te ayuda a creer en algo. De ahí coges lo que puedes y quieres para ayudarte en un momento puntual.

Un monumento a sus ancestros latinos. Foto: Pooneh Ghana
Un monumento a sus ancestros latinos. Foto: Pooneh Ghana

En este disco sigues insistiendo con algunas canciones en español. ¿Cuáles son los retos de un músico perteneciente a la diáspora latina en Estados Unidos buscando un público angloparlante?

La identidad es una constante en mi carrera. Hablo de ser latinoamericano (Lange es hijo de migrantes ecuatorianos) y gringo a la vez. Vivir en Estados Unidos siendo de piel morena. Siempre pienso en eso, estos son los fantasmas que viven conmigo. Los primeros discos de Helado Negro solo eran en español. Fue algo importante para mí, porque así fue cómo encontré mi voz. Cuando empecé a hacer Helado Negro es cuando aprendí a cantar. Antes no sabía. Esos fueron mis primeros experimentos. De pequeño empecé hablando español, luego ya el inglés dominó mi vida y esto fue como un retorno para mí. Me di cuenta de que podía utilizar todas estas palabras de una forma creativa. Ahora canto en español e inglés porque es una herramienta para poder expresar más cosas que tengo en mi cerebro.

Habitualmente te rodeas muy bien de amigos para tus discos. Esta vez Kelly Moran, L. Rain, Buscabulla, Jen Wasner, Kacy Hill… te imagino con una agenda que sería la envidia de cualquier nerd de la música alternativa.

Después de tantos años dedicándome a esto he podido hacer muchos amigos. Con tantas giras, siempre te encuentras a alguien de ciudad en ciudad. Es increíble tener esas amistades porque hay un respeto a su creatividad, pero también hacia ellos como seres humanos. Cuando colaboro con alguien quiero pensar que vamos a servir a la canción, que el ego y el orgullo se quedan fuera de ella. Quiero que salga la mejor forma de la idea, y no que una de las partes imponga un solo de bajo.

Hablando de colaboraciones, la que tienes con Buscabulla, “Agosto”, es un prodigio a la hora de crear y sobre todo describir atmósferas. Es algo en lo que también sobresalen ellos con su música. ¿Cómo surgen este tipo de canciones?

“Agosto” salió superrápido. Estaba en Marfa escribiendo todos los días y cuando salió esta me di cuenta de que tenía que ser para Buscabulla. Se lo mandé rápido y ellos me lo devolvieron también muy rápido. Fue una explosión estar en el desierto y tener esa inspiración.

Respondiendo la llamada de 4AD. Foto: Nathan Bajar
Respondiendo la llamada de 4AD. Foto: Nathan Bajar

El videoclip de “Outside The Outside” incluye metraje de fiestas familiares en los 80, aquellas de las que hablábamos antes. Me recuerda un poco al genial capítulo de “Small Axe” “Lovers Rock”, que presenta una fiesta reggae en el Londres de los 80.

Siempre había fiestas bailables en mi casa. Todos los fines de semana de mi vida, la gente llegaba a casa a comer, a tomar, luego a bailar y ya bien tarde cantando folclore latino. Tengo otra playlist de lo que sonaba en ellas: canciones latinoamericanas y caribeñas de Juan Luis Guerra, Óscar D’León, salsas viejas de Willie Colón…

Tu música suele tener un componente nostálgico, explora la idea de los fantasmas del pasado. A menudo es como una fotografía de tu yo en aquel momento. ¿Cómo es volver a ella pasado el tiempo?

Siempre es extraño porque ando fijándome en los errores técnicos que hacía, pensando qué podría haber cambiado. No quieres abrir ese mundo porque te crea algo de vergüenza. Pero a la vez me gusta ver dónde estaba y dónde estoy. Es bonito ver que era una persona completamente diferente mientras estaba haciendo cada álbum.

Entre tu anterior disco y “Far In” ha pasado una pandemia global y también has cumplido 40 años. ¿Crees que ambos acontecimientos han cambiado tu perspectiva y prioridades?

La pandemia fue algo que nos conectó a todos. Creo que es la primera vez que hemos vivido una misma experiencia juntos a nivel global. Es algo que me gustaría pensar que nos ha unido bastante; le he dado muchas vueltas, también en este disco. En “La naranja” planteo la idea de que tú y yo podemos salvar el mundo, pero hablo de un tú y yo como el extranjero que no conozco. En cuanto a la edad, lo único negativo es que tu cuerpo cambia y ya no puedes hacer según qué cosas. Pero para mí es una edad increíble, la mejor. Los 30 fueron complicados y a los 20 no sabía nada. Piensas en los buenos y malos momentos que han cambiado tu vida. En esta edad ya has pasado por bastantes de estos cambios difíciles y ya estás cómodo contigo mismo. Es algo nuevo para ti. En este disco siento que nunca he estado más a gusto conmigo mismo. ∎

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