El señor del sonido crudo.
El señor del sonido crudo.

Entrevista

Nick Cave: más vale tarde que nunca

Documento Rockdelux. Entrevista a Nick Cave en 1984, cuando vino a actuar a España por primera vez. El australiano nos soltó que iba a dejar la música para siempre… Leído ahora, suena a guasa, pero aquí queda el testimonio de un delirio (o de una broma): eran tiempos de heroína en el duro mundo de Mr. Cave…  El recuerdo del, en aquel momento, señor del sonido crudo sigue vivo entre nosotros. Afortunadamente, como bien sabemos, no fue la última actuación del cantante de los extintos Birthday Party. Sin embargo, en 1984 asistimos a sus conciertos en Barcelona y Madrid como si de un testamento se tratase (no se pierdan el revelador pasafotos).

Nick Cave ha tenido siempre una idea central que lo ha acompañado a lo largo de todos estos años, desde The Boys Next Door hasta este momento, y es la de ser honesto y decir lo que salía del fondo del corazón. Más que nada le interesa seguir su propio instinto. Nick Cave tiene un pensamiento permanente en su cerebro: la bondad, y es lo que le guía. En cierto sentido, es religioso, pero no en el sentido habitual, sino en su propio sentido, ya que su anhelo es buscar lo que considera bueno, pero no lo encuentra casi nunca. Nick Cave soy yo”.

Hay un evidente contraste entre lo que de él sabíamos y lo que él considera de sí mismo. Desde la disolución de Birthday Party, muy poca gente ha tenido acceso a la obra de Nicholas Cave, y se le recordaba con la aureola de violencia y escándalo que le rodeaba con su anterior grupo.

Al final, opiniones diversas. En Madrid, 24 de noviembre de 1984, precios realmente populares, lo que favoreció que Rock-Ola se llenase como en sus mejores tiempos (hay que reconocer su evidente decadencia desde que Lorenzo abandonase las tareas de contratación). El numeroso público salió, en su mayoría, totalmente rendido ante la sobriedad de la puesta en escena y lo simple y rotundo de su música.

“Nick Cave tiene un pensamiento permanente en su cerebro: la bondad, y es lo que le guía. En cierto sentido, es religioso, pero no en el sentido habitual, sino en su propio sentido, ya que su anhelo es buscar lo que considera bueno, pero no lo encuentra casi nunca. Nick Cave soy yo”

Sin embargo, no faltaron los nostálgicos que echaban de menos los guitarreos de Rowland S. Howard en Birthday Party, y que aún no se han dado cuenta de que la evolución es patrimonio de seres pensantes que no se quedan sumidos en la repetición de sí mismos. Nick Cave ha dirigido sus pasos hacia la abstracción. La música de The Bad Seeds es comparable a la pintura de Modigliani o a la escultura de Brancusi: la máxima expresividad con los mínimos rasgos. Nick Cave ha desnudado su música y nos muestra el esqueleto, la estructura de la canción, en su estado más puro. Su obra propone una búsqueda de su esencia: la simplicidad como máximo atributo. Simplicidad que no es un fin, sino un medio para aproximarse gradualmente al significado más profundo de las cosas. Tal vez no sea más que un ejercicio de autopsicoanálisis. “Una cosa he tenido siempre muy clara: solo puedo colaborar con gente que se acerque realmente a mis puntos de vista, o con la que nos mueva un objetivo común. Con Birthday Party nos unía el alcohol, y así salían nuestras canciones... Bueno, hablando en serio, no hay nada en especial que nos haya influido en la creación de nuestro estilo. Nos motivábamos a nosotros mismos. Unos a otros. También nuestra experiencia. El sonido fue cambiando con el transcurso del tiempo. The Boys Next Door era un producto de unos chicos muy jóvenes. Birthday Party supuso el situarse en la cima de nuestra carrera, y The Bad Seeds es el punto final. Cuando me refería a la experiencia, puedo incluir los viajes. Inglaterra es un sitio muy bueno para vivir, pero no tanto para llegar. Berlín era un sitio con lugares abiertos veinticuatro horas al día, mucha gente interesante, que siempre tiene algo que aportar a tu cosmovisión, y además me enamoré varias veces allí, y todo esto influye para ir moldeando un estilo”.

En la mítica sala 666 (Barcelona), 23 de noviembre de 1984. Fotos: Francesc Fàbregas
En la mítica sala 666 (Barcelona), 23 de noviembre de 1984. Fotos: Francesc Fàbregas

El último concierto

Estas palabras nos hablan claramente de una obra que responde más a inquietudes personales que al reflejo de un momento. La música de Nick Cave funciona y se explica en sí misma, como fruto de una individualidad recia y muy acusada. Las concesiones a la moda están totalmente ausentes y no se pretende en absoluto agradar. De hecho, la postura vital de Nick Cave se suele oponer a los gustos de sus fans; prescinde de sus opiniones para establecer su propio criterio, que, por supuesto, es el más acertado: si la música es suya, con ella puede hacer lo que le venga en gana. Abandonemos tópicos fariseos como “El músico-se-debe-a-su-público” y otras patrañas que han sido explotadas hasta la saturación y centremos nuestro enfoque en la persona que es capaz de abandonar todo para mantener la honestidad consigo mismo.

“También por eso te puedo decir que el concierto de Madrid va a ser el último, no solo de The Bad Seeds, sino de mi vida. Creo que ya no tengo nada más que decir en el campo musical, y lo dejo aquí. Ahora voy a regresar a Australia, para terminar una novela que trata acerca de la soledad”

“Birthday Party fue el punto más alto de mi trayectoria. A veces me gustaría creer que el abandonar fue un error, pero no fue así, ya que era consciente de que la creatividad se estaba agotando y no queríamos convertirnos en nuestras propias marionetas. También por eso te puedo decir que el concierto de Madrid va a ser el último, no solo de The Bad Seeds, sino de mi vida. Creo que ya no tengo nada más que decir en el campo musical, y lo dejo aquí. Ahora voy a regresar a Australia, para terminar una novela que trata acerca de la soledad, la alienación, el aislamiento. También quiero rodar una película sobre los presos, sobre los presos condenados a cadena perpetua, en la que voy a incluir entrevistas en plan documental. Me preocupa el tema de la soledad y la alienación. Me considero un solitario, pero, al igual que en lo religioso, no en el sentido usual, sino en mi propio sentido”.

De hecho, algo se podía prever acerca de la despedida de The Bad Seeds y Nick Cave, ya que Hugo Race, antiguo guitarrista de los australianos Play With Marionettes, y también de The Bad Seeds en el LP “From Her To Eternity” (1984), no acompañó a la banda en su gira europea. Por otra parte, Blixa Bargeld, también guitarrista de la banda de Nick Cave, vuelve a tomarse en serio su carrera de Einstürzende Neubauten, y emprende una gira europea este mes de enero.

Pero ¿qué es de sus antiguos colaboradores? “Hace ya tiempo que Lydia Lunch y yo no nos dirigimos la palabra. Más o menos desde los tres conciertos que dimos junto a Marc Almond. Blixa va a continuar al frente de su propia banda, y Mick Harvey y Barry Adamson creo que regresan a Inglaterra, para unirse a la nueva banda de Rowland S. Howard. Como sabrás, él colaboró en el último LP de Fad Gadget y ahora prepara su propio grupo, que se llama Crime And The City Solution. El cantante es australiano también. Se llama Simon Bonney”.

Desde luego, no hay forma más honesta y honrada para despedirse de la música que desde un pedestal. Egoístamente, no querría que fuera así. Nick Cave tiene aún mucho que decir, y espero que esta despedida solo sea temporal, hasta recobrar fuerzas. Pese a todo, aún nos queda Crime And The City Solution y Einstürzende Neubauten como continuadores de la saga. Prometo teneros informados al respecto. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados