Panda Bear & Sonic Boom: ecos del futuro. Foto: Ian Witchell
Panda Bear & Sonic Boom: ecos del futuro. Foto: Ian Witchell

Entrevista

Panda Bear & Sonic Boom: de la angustia a la exaltación

Amigos y colaboradores desde hace mucho tiempo, Panda Bear y Sonic Boom comparten protagonismo por primera vez en “Reset”, un álbum hilvanado en plena pandemia a partir de samples de discos de doo-wop y rock’n’roll de los cincuenta y sesenta, expandiéndolos al presente en un entramado pop de juguetonas armonías, texturas soleadas, lírica inquietante y exultante psicodelia. Tras el lanzamiento de su versión extendida en noviembre pasado (con instrumentales y remezclas), conversamos sobre su proceso creativo y cómo quisieron transformar la crudeza de nuestros tiempos en energía reparadora.

Los entramados de samples, armonías, reverberación y psicodelia no son nada extraños para Panda Bear –alias artístico de Noah Lennox, miembro de Animal Collective– y Sonic Boom, aka de Peter Kember, músico de amplia trayectoria que formó parte de Spacemen 3 y ha trabajado también bajo los pabellones de Spectrum y Experimental Audio Research. Tampoco los intercambios creativos. Tras la mezcla de Kember del álbum de Panda Bear “Tomboy” (2015), produjeron a cuatro manos “Panda Bear Meets The Grim Reaper” (2015). Y más recientemente Lennox prestó su voz a “All Things Being Equal” (2020), el primer disco en solitario de Sonic Boom en treinta años. Pero esta vez la confabulación es extrema.

Engendrado en tiempos de pandemia a partir de intros de canciones de doo-wop y rock’n’roll de finales de los cincuenta y principios de los sesenta, “Reset” (Domino-Music As Usual, 2022) es su primer álbum de oficial coautoría y equivalente protagonismo. Inicios de temas clásicos como “Three Steps To Heaven” (Eddie Cochran), “Love Of My Life” (The Everly Brothers) o “Save The Last Dance For Me” (The Drifters) sirvieron de base para su tejido pop de soleadas melodías, juguetonas armonías a lo Brian Wilson, sintetizadores espaciales y exultantes ritmos, palmas y efectos que fluyen entre colores saturados, cruzados por tinieblas de lírica inquietante. En febrero van a presentarlo en directo en Madrid (8) y Barcelona (9), y está confirmada su presencia en el festival Canela Party de Torremolinos a finales de agosto.

“Cuando estábamos escribiendo los créditos nos dimos cuenta de que de alguna manera habíamos estado componiendo junto a personas que son leyendas para mí. Aunque esos músicos estuvieran muertos, estaban allí. Fue una cosa mágica”, confiesa Kember de la experiencia de extraer pistas de su vieja colección de álbumes. Trasvasados en loops de apenas dos o tres acordes, los expandieron al presente con letras originales, electrónica de capas gruesas y texturas orgánicas, en una psicodelia pop tan de ellos que por momentos parece madurada del “Person Pitch” de Panda Bear –mejor álbum internacional del 2007 para Rockdelux– o del “All Things Being Equal” de Sonic Boom.

Reseteando el concepto pop. Foto: Thyra Dragseth
Reseteando el concepto pop. Foto: Thyra Dragseth

“Reset” nació en plena pandemia. En alguna entrevista dijisteis que buscabais crear algo que fuera una especie de nostalgia por un pasado que nunca existió y un futuro que nunca existirá. ¿Creasteis un vórtice temporal para poder sobrevivir?

Noah: Algo así. Es literalmente un producto de esos tiempos de pandemia, pero también siento que abarca preguntas mucho más grandes. Las raíces las plantamos hace mucho. La pandemia nos permitió enfocarnos. Pero no queremos que el álbum esté siempre atado a ella. ¡Quién querría estar encerrado para siempre en ese lugar!

Peter: Fueron tiempos muy duros y locos, pero creo que hay muchas cosas positivas que salieron de allí. Creo que, como en las leyes de la física, para cada acción hay una reacción de igual magnitud en el sentido opuesto. Es algo casi universal, pasa en las relaciones, con la energía y en muchísimos otros aspectos. Y creo que muchas cosas que habíamos estado pensando se exacerbaron en la pandemia, como nuestras preocupaciones acerca de cómo la computación, la inteligencia artificial, las redes sociales y otras cosas no siempre son benignas. Muchas de ellas son útiles y buenas, pero otras son más bien psicológica y sociológicamente muy perjudiciales. Quizá es algo que se remonta a la revolución tecnoindustrial y tenemos que ver cómo logramos salir de la trampa.

A partir de unas intros de discos de los cincuenta y sesenta fuisteis hilvanando diferentes instrumentos y sonidos de distintos estilos y épocas: armonías vocales a lo Brian Wilson, sintetizadores, filtros analógicos, güiro, campanas de trineo, guitarra acústica sampleada…

Peter: También hay bases de dub y reggae, líneas de bajo que la gente no necesariamente nota.

“Cuando estábamos escribiendo los créditos nos dimos cuenta de que de alguna manera habíamos estado componiendo junto a personas que son leyendas para mí. Aunque esos músicos estuvieran muertos, estaban allí. Fue una cosa mágica”

Sonic Boom

Sí, habéis comentado que os sorprendía cómo en el ska, el reggae y el rocksteady jamaicano de mediados de los 60 podían hablar de sus problemas y miserias desde cierta paz y alegría. ¿La referencia en “Reset” es también de espíritu o proceso de abordaje?

Peter: Sí. Ambos admiramos su modus operandi. Ellos no estaban haciendo canciones simples, canciones bubblegum estúpidas. Eso es lo más fácil cuando estás en tiempos difíciles. Pero ellos hablaban de sus problemas, de cosas realmente jodidas y las discutían de una forma positiva. Escucharlos hace bien.

Noah: Tener una actitud negativa frente a una experiencia negativa no produce ningún resultado. Ser superpesimista o sombrío no ayuda a nadie. Entonces nuestra idea fue tratar de abordar las cosas malas pero de una manera que fuera reparadora y energizante. Aunque hablemos de cosas oscuras, hay semillas de esperanza en todas las canciones. Es la única manera de resolver muchas de estas cosas o de al menos sobrellevarlas, de encaminarnos hacia otro lugar.

¿Creéis que si vivierais en Estados Unidos y el Reino Unido en lugar de en Portugal este disco existiría? ¿Ha sido un alivio vivir a distancia cosas como el asalto al Capitolio, el mandato de Trump, el Brexit o la crisis de primeros ministros?

Peter: Para mí es muy difícil vivir en el Reino Unido, es un ambiente muy duro desde el Brexit. También el mercantilismo es intenso. Las personas cambian de coche cada dos o tres años, solo consumiendo, consumiendo y consumiendo. No hay nada para mí allí. Portugal por alguna razón es más relajado al respecto. Una de las motivaciones de venir aquí fue precisamente salir de ese ambiente.

¿Portugal tuvo impacto estilístico en el sonido del álbum?

Noah: Sí, creo que para ambos Portugal sin duda ha tenido un efecto. Pero para mí es difícil cuantificar esa influencia. Si viviéramos en Estados Unidos y el Reino Unido, creo que hubiéramos llegado a algo bastante similar líricamente. Pero también hay algo de haberse mudado lejos y de mirar las cosas desde la distancia que afecta mucho a cómo pensamos. Para mí este lugar tiene una energía muy particular y única que no había sentido en ningún otro lado. Estoy seguro de que eso influencia e inspira no solo las cosas que he hecho, sino la forma como pienso. Pero es difícil describir o definir esa influencia, solo sé que está ahí.

“Edge Of The Edge”, vídeo de Danny Perez.

En una primera escucha, en este disco prevalece Panda Bear. Luego se hace más clara la amalgama, sobre todo en temas como “Edge Of The Edge”, “In My Body” o “Whirlpool”. Desde vuestra perspectiva, ¿qué lo hace un disco de Panda Bear & Sonic Boom?

Peter: Los dos nos involucramos con la escritura de las canciones de una forma que no habíamos hecho antes, los dos cantamos. Para ser honesto, yo no pensaba que cantaría nada. Fue idea de Noah. Y tuvo que convencerme porque no es que sea fácil tratar de poner tu voz al lado de esa puta maravillosa voz. Pero, curiosamente, encontramos la manera de que la voz de una generación y la voz de una degeneración (risas) de alguna manera se fundieran de una forma interesante.

¿Cómo pensasteis que podrían encajar las voces? ¿Esa capa oscura que da Peter es como un ancla terrenal a lo etéreo de Noah en “Go On” o “Everyday”?

Peter: Yo quería complementar y contrastar. Nuestros estilos de composición son distintos y creo que complementarios. No estaba seguro de que las voces funcionaran. Pero sabía que si había una oportunidad de lograrlo, era tomarlo de forma diferente, Noah tomando la ruta alta y yo la baja, tratando de expandirnos. Noah fue apuntándome cosas: “Aquí puedes cantar e intentarlo así”. Y creo que él también tomó sus riesgos en algunos tonos más bajos que no suele cantar. Recuerdo haber oído esos tracks y pensar: “¡Wow! Esto es maravilloso, otra dimensión”.

Noah: Mucho es instintivo. No conversamos demasiado al respecto ni teníamos un gran esquema. Sí le dije: “Sería ‘cool’ que cantaras algunas canciones y ver hasta dónde nos lleva, como un ejercicio creativo”. Para nosotros se trata más de probar: qué puede sonar bien en esta canción, qué puede funcionar aquí y vamos a por ello y ver qué pasa. Si se siente bien, sigues yendo en esa dirección. Si no, pruebas una dirección diferente.

“Go On”, vídeo de James Siewert.

El proyecto se inició con pistas creadas a partir de intros de canciones de los cincuenta y sesenta de la colección de Peter, a las que luego Noah agregó voces y letras. A eso fuisteis añadiendo capas y elementos, hasta campanas de trineo o un teléfono marcando. En este proceso, ¿cómo saber cuándo parar y cómo trabajáis espacios y silencios?

Noah: Para mí se trata de ver cuáles son los elementos mínimos que puedo producir para obtener los resultados deseados, para sentir que está acabado de alguna manera. Creo que ambos tenemos esa manera de ver las cosas: tratar de usar la menor cantidad de elementos posibles para crear algo que suene completo, o que lo sientas completo. La menor cantidad de piezas para completar el rompecabezas. No quiero decir que esa sea la forma de hacerlo. Hay muchas, pero esta la sentimos mejor para nosotros.

Peter: Noah busca la menor cantidad de cosas, pero las esenciales para vibrar y conectar. Creo que algo importante es que cada cosa tiene que tener una razón para existir, para estar ahí. Por ejemplo, las campanas de trineo o las palmas están ahí para traer cierta energía o propulsión. Nada está ahí sin sentido, sino para pulsar un determinado botón de disfrute y buena vibración.

El arte de la recontextualización. Foto: Ian Witchell
El arte de la recontextualización. Foto: Ian Witchell

¿Os gusta Quentin Tarantino? Algo interesante de su cinematografía son las referencias: cuadros, imágenes y hasta escenas completas que se articulan con otros guiños para contar una nueva historia distintivamente suya. ¿Os sentís identificados con este mecanismo? Viéndolo así, ¿qué historia queríais contar?

Noah: Me gusta esa perspectiva de trabajar, de recontextualizar. Otra cosa que realmente me gusta de Tarantino es que no importa de lo que esté hablando, siempre trata de hacerlo entretenido, emocionante y cautivador. Puedes tener la cosa más maravillosa para decir, pero si lo haces de una forma aburrida el mensaje no llega. Nunca será tan efectivo como si lo contaras de una forma interesante o placentera. En cuanto a la historia del álbum, creo que es solo la idea de tomarse un momento para considerar cosas que quizá no habíamos considerado demasiado o que no habíamos visto de esa manera antes, con la esperanza de que pueda llevarnos a lugares mejores.

Peter: Además, Tarantino tiene sus fetiches por diferentes estilos de hacer películas de los sesenta, setenta y más allá. Yo tengo fijación por el pop de los cincuenta y sesenta, la era del pop. Y fue muy agradable trabajar en esos territorios, jugar en las mismas cosas aparentemente tontas, pero trayéndolas a este otro contexto.

“Tener una actitud negativa frente a una experiencia negativa no produce ningún resultado. Ser superpesimista o sombrío no ayuda a nadie. Entonces nuestra idea fue tratar de referirnos, de abordar las cosas malas pero de una manera que fuera reparadora y energizante”

Panda Bear

Sónicamente, “Reset” extrae alegría de tiempos terribles con una ligereza juguetona. Pero las letras, breves y a veces crípticas, resultan como un ancla de contemporaneidad o un baño de realidad, con referencias a la explotación capitalista, la desigualdad, la angustia digital. ¿Cómo se maneja ese contraste? ¿Os consideráis artistas más evasivos o combativos?

Noah: Esto puede ser como lo que hablábamos de Tarantino, en el sentido de que quiero reflexionar sobre cosas importantes o que me parecen útiles, pero quiero decirlo de una forma que se entienda y que la gente quiera escuchar. De otra manera el mensaje se pierde, la comunicación no se da.

Pero ¿os importa que las personas entiendan a dónde vais, más allá de la afinidad melódica o rítmica? ¿O importa más que sientan algo, aunque interpreten algo muy diferente?

Noah: Para mí la conexión es lo que más me interesa. No importa que el sentimiento que puse o la intención que yo tuve sea exactamente lo que la gente saque de ahí. Prefiero que cada persona tenga su propia experiencia. Para mí la experiencia creativa empieza conmigo, pero termina con la gente afuera, con lo que las personas sienten. Y me gusta que se integren ellas mismas. Al final, siempre nos podemos encontrar en algún lugar intermedio.

Peter: Yo creo que el álbum es una cosa y cómo reaccionan las personas es otra. Algunos álbumes no sabes realmente a dónde van o no sabes si te van a gustar. Una de las grandes cosas de la música que amo es compartirla y que se vuelva parte de mi vida. Y eso lleva tiempo. Pero con este disco creo que la gente tiene una reacción muy inmediata. Es algo más instintivo, creo que es difícil leerlo mal. Y creo que este trabajo contiene algunas de las letras más refinadas que Noah ha escrito, como pequeños telegramas sobre el estado de las cosas. ∎

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