Pat Fish (1957-2021). Butch o The Butcher. The Jazz Butcher. Jazz Butcher Conspiracy. The Jazz Butcher And His Sikkorskis From Hell. Patrick Guy Sibley Huntrods (su nombre real). Muchas personalidades en una sola, pero nada de escisiones a lo Jekyll y Hyde. The Jazz Butcher, el grupo, fue una de las mejores cosas que le pasó al pop británico de la primera mitad de los ochenta junto a The Woodentops. De hecho, el líder de estos, Rolo McGinty, fue miembro ocasional de The Jazz Butcher. El pasado 3 de octubre, Fish canceló un concierto online aduciendo que no se encontraba bien. Tres días después fallecía por la noche, repentinamente.
Pat Fish (1957-2021) jugó a confundirse como identidad individual y como ente grupal. Él era Jazz Butcher, oculto tras unas gafas de sol, de día y de noche, y durante muchos años luciendo una gorra de marinero. Su banda, consistente a veces en él solo, se llamaba The Jazz Butcher. Aunque durante mucho tiempo tuvo como pareja de baile al guitarrista Max Eider, el grupo era el reflejo de su personalidad esquiva, irónica, ingeniosa, nada british en el sentido clásico del término, pero al mismo tiempo muy británica. Su forma de entender el indie pop no era precisamente pura. En su tarjeta de presentación, “In Bath Of Bacon” (Glass, 1983), hay jazz, swing, rock y muchas cosas más. En estudio y en directo sonaban de vértigo y también con elegancia extrema.
Hubo en su discografía experimentación y juegos lúdicos como el homenaje al actor Peter Lorre aparecido en “Conspiracy”, uno de sus cuatro 12” de 1986; porque The Jazz Butcher fue un grupo/personalidad de álbumes y de maxis, cuando este formato no era el simple recipiente de caras B y temas desechados, sino que incluía piezas tan o más representativas que los LPs. Así se enfrentaron también en directo con el clásico “Speedy Gonzalez”, o le dieron la vuelta al “Knockin’ On Heaven’s Door” de Bob Dylan y al “May I” de Kevin Ayers. Lidiaron con iconos culturales y políticos: en “Sex And Travel” (Glass, 1985) se las tuvieron con Ronald Reagan –“President Reagan’s Birthday Present”–, en “Hamburg” (Glass, 1985) invocaron al vampiro clásico en “The Jazz Butcher Meets Count Dracula” y en el recopilatorio “The Gift Of Music” (Glass, 1985) desempolvaron “The Jazz Butcher Vs The Prime Minister”. Versionaron con pulcritud, y un poquito más de aceleración, el “Roadrunner” de Jonathan Richman y el “Sweet Jane” de la Velvet Underground. Lou Reed fue siempre una influencia, en la composición, los arreglos y, esporádicamente, en la entonación, aunque versionaron también al John Cale de “Leaving It Up To You”. Le dedicaron una canción a Roky Erickson, “The Devil Is My Friend”, y otra al líder de The Fall, “Southern Mark Smith”. Fish no tenía una gran voz, pero cantaba muy bien. Y sus músicos, de Max Eider al saxofonista Alex Green, de la teclista Alice Thompson (también en The Woodentops) al batería Owen Jones, ampliaron la panorámica de una música que, pese a tantos y renombrados referentes, fluyó siempre muy libre, ajena a las modas del viejo continente. No pasó de ser una banda secundaria y de culto, pero los intérpretes de carácter se comen, muchas veces, a los protagonistas.
También coquetearon con el pop oscuro y siniestro de la época, pero su citado encuentro con el conde Drácula, grabado en 1984, poca relación guarda con el “Bela Lugosi’s Dead” registrado por Bauhaus dos años antes: la canción de Fish, Butch, Butcher o The Jazz Butcher –él jugó a lo que nos pareciera mejor– sería un acercamiento al temario vampírico estilo Abbott y Costello, mientras que la de Bauhaus tenía la solemnidad gótica de un Tod Browning. En esta época incorporó a la banda a dos miembros de Bauhaus, David J y Kevin Haskins, aunque aproximándose más a lo que estos hicieron en los grupos paralelos Tones On Tail y Love And Rockets. Una de sus últimas grabaciones, a nombre de Pat Fish, fue para el disco de tributo a David J “Kanreki” (2017), con una versión de su tema “Mess Up”.
The Jazz Butcher grabó en su mejor etapa para dos sellos que marcaron la línea: Glass y Creation. Su productor más habitual fue John A. Rivers (Swell Maps, The Pastels, Eyeless In Gaza, Dead Can Dance, Felt, Jacobites, Spacemen 3, Richard Youngs). Y dejó muchas maravillas solo en formato 12”. Mi preferida siempre ha sido “Conspiracy (You’ll Be All Right)”, publicada por Butch y Eider en 1986, bajo y caja de ritmos, guitarras acrisoladas, fina ironía en los juegos vocales. En los 90, Fish abrazó la causa de la música dance, ambient y electrónica, formando Sumosonic, sin mucha repercusión. El último disco de The Jazz Butcher, el autoeditado “Last Of The Gentleman Adventurers”, es de 2012 y, a lo largo de la última década, el sello Fire ha reeditado sus álbumes y ha publicado diversas cajas que recopilan su discogafía, la tercera de las cuales verá la luz el próximo noviembre.
Rastreando por internet tras su muerte, he encontrado esta actuación con una maravillosa versión a dos guitarras de una de sus mejores canciones, “Partytime”, interpretada con Eider en un pequeño local de Nueva York en junio de 2013. Una buena despedida. ∎
Aunque después hicieron muy buenos discos y excelentes canciones, este debut es difícil de superar. Toda una declaración de principios, nada solemne, muy jugosa y socarrona, de género en género, del indie pop brioso al rock subterráneo estilo Suicide. “Gloop Jiving”, “Jazz Butcher Theme”, “Partytime”, “Chinatown”, “Zombie Love”, “Grey Flanellette” y “La Mer” (esta, cantada en francés) son de lo mejor surgido de la pluma de Butch. Si él se apodaba Fish y era un hombre orquesta (aquí toca guitarra, batería, bajo, xilófono, flauta y órgano), su banda en esta ocasión se llamó The Cats: Eider, Lionel Brando (batería) y Louis Leroi (saxo) más colaboraciones de distintos bajistas que, como Rolo McGinty (The Woodentops), Ian Sturgess y M. K. Daley, le aportaban rock, swing y funk.
Se abre con “Southern Mark Smith (Big Return)” y se cierra con “The Desert”, del pop con teclados líquidos a una canción de barra de pub. En medio, un divertimento con guiños ska y balalaika de jocoso título: “Marnie (Muscovite Mix)”; el proto-punk acerado de “Caroline Wheeler’s Birthday Present”, con unos coros y estribillo vocal inspirados directamente en Frank Zappa y un toque a lo Jim Morrison, y una de sus preciosas y sulfuradas melodías pop, “Girlfriend”. Para esta segunda entrega del ideario butcheriano, la banda renovada tomó el nombre de The Sikkorskis From Hell y estuvo formada por Eider, David J y Mr. Jones.
Tras la partida de Eider por desavenencias personales después de grabar el anterior “Distressed Gentlefolk” (Glass, 1986), Butch reclutó a un nuevo guitarrista, Kizzy O’Callaghan (fallecido a causa de un tumor cerebral en 1990). Pero quien define el sonido de este disco, el único en el que aparece el seudónimo de Fish de algún modo, es el saxofonista Alex Green, uno de los miembros más estables del grupo. Más homogéneo estilísticamente, se acerca a un pop a veces sedoso, en otras tejiendo lazos con el soul de Marvin Gaye (“Get It Wrong”). Sonic Boom proporciona un feedback de guitarra en la balada “Susie”, perversa anomalía en un recorrido que también se permite un funk rapeado (“Chickentown”) y una ración de power pop con referencias a Thomas Pynchon (“Looking For Lot 49”). ∎