Transgresora hasta el final.
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Fuera de Juego

Rita Lee, flor de Tropicália

Pocos meses después de la muerte de Gal Costa, llega la noticia de la desaparición de la otra gran dama del movimiento tropicalista. Con Os Mutantes o en solitario, Rita Lee, fallecida el pasado día 8, ha marcado durante más de medio siglo el devenir de la música popular brasileña. El presidente Lula da Silva ha decretado tres días de luto tras su fallecimiento. Seguro que Bolsonaro no lo habría hecho.

Cuesta mucho despedirse de alguien que ha significado tanto para la música brasileña. Su icónica imagen, tanto en el swinging São Paulo de su juventud como en la excéntrica elegancia de su madurez, representa algo que está muy unido a la ética y la estética del rock: la rebeldía permanente. Adorada por las huestes del rock alternativo americano, que la tomaron como musa, Rita Lee podía presumir y presumía de ser el símbolo ideal de ese tropicalismo rupturista y alegre, la inmarchitable flor del jardín de Tropicália.

Procedente de una familia burguesa de São Paulo, donde nació en 1947, era hija de padre norteamericano y de madre italiana. Pero muy pronto la oveja negra de la familia (“Ovelha negra” es uno de sus temas más conocidos), siendo todavía una adolescente, decidió enrolarse en las filas del naciente rock brasileño, formando parte de varios grupos, entre ellos las Teenage Singers. En su misma ciudad, al mismo tiempo, los hermanos Arnaldo Baptista (bajo, teclados y voces) y Sérgio Dias Baptista (guitarra y voces) militaban en otro grupo, The Wooden Faces. Fue en 1966 cuando los tres se juntaron para crear Os Mutantes, que no tardarían en recibir la influencia de los vientos lisérgicos que llegaban de Estados Unidos. Dos años después lanzaban su primer álbum, “Os Mutantes” (Polydor, 1968), piedra fundacional de la psicodelia brasileña que los llevaría a establecer conexión con los otros abanderados del tropicalismo, con quienes ese mismo año editarían el seminal disco “Tropicália ou panis et circensis” (Philips, 1968) en el que compartían protagonismo con Gilberto Gil, Caetano Veloso, Gal Costa, Tom Zé y Nara Leão, la otra diva del movimiento, fallecida en 1989. El disco, en el que los arreglos y orquestaciones de Rogerio Duprat jugaron un papel muy importante, era un exuberante collage en el que tenían cabida la música bahiana, la psicodelia, la música concreta, el mambo, el pop, la lounge music y la experimentación más exacerbada. Un mosaico sonoro que llevó a David Byrne –gran apasionado de Os Mutantes– a definir su proceso de composición como “canibalismo creativo”. En definitiva, todo un disparo en la línea de flotación de la bossa nova, que, por entonces, era el sonido hegemónico y el producto musical más exportable de un país ahogado por la dictadura. De hecho, Caetano Veloso y Os Mutantes se unirían para, reafirmando el célebre lema de Mayo del 68, grabar el tema “É proibido prohibir”, que dio pie también muchos años después a la edición del recopilatorio “Tropicália. A Brazilian Revolution In Sound. É proibido proibir” (Soul Jazz, 2005).

Os Mutantes, magos del tropicalismo.
Os Mutantes, magos del tropicalismo.
Su rebeldía, su adhesión al movimiento hippie y su conexión con las drogas los llevaría en más de una ocasión a la cárcel, los enfrentaría a la censura y a algunos de ellos, como a Gilberto y Caetano, los conduciría incluso al exilio. Hasta 1971 Os Mutantes publicaron cuatro discos, y ese mismo año se incorporó al grupo el célebre músico y productor Liminha, gran Rey Midas de la música popular brasileña, aunque lo abandonaría tres años después. Por su parte, Rita Lee, que se había casado con Arnaldo Baptista en 1971, dejaría al año siguiente a Os Mutantes –cada vez más orientados al rock progresivo– para iniciar una fructífera, vastísima e irregular carrera en solitario que, en todo caso, arrancó estando todavía en el seno del grupo con un primer disco, “Build Up” (Polydor, 1970), al que siguió “Hoje é o primero dia do resto de sua vida” (Polydor, 1972), que, en realidad, era otro álbum de Os Mutantes. Una carrera que siempre estuvo marcada por los altibajos causados por su relación con las drogas; llegó a declarar en su día que mis mejores temas fueron compuestos en estado alterado. Y los peores también”.

Más adelante, Rita Lee alternaría su labor musical con su aparición en películas y programas de radio y televisión que le granjearían una gran popularidad en su país, más aún cuando compuso “Amor branco e preto”, que se convirtió en himno del Corinthians, equipo de fútbol paulista. Durante la primera mitad de la década de los años setenta publicó varios discos con el grupo Tutti Frutti y en 1977 se separó de Arnaldo Baptista. Justo al año siguiente se disolverían Os Mutantes, que reaparecieron casi treinta años después, en 2006, sin Liminha y sin Rita Lee (sustituida por Zélia Duncan), con motivo de la exposición que el Barbican Arts Centre de Londres le dedicó al fenómeno Tropicália. Desde entonces, Os Mutantes no han dejado de girar por todo el mundo, aunque en la actualidad solo Sérgio Dias Baptista permanece de la formación original.

Reina de la Tropicália.
Reina de la Tropicália.
A lo largo de toda su carrera en solitario, festoneada por un caudaloso número de discos, Rita Lee ha atravesado todo tipo de etapas musicales y ha abordado numerosos estilos: reggae, ska, folk-rock, samba, pop edulcorado, disco music, bossa nova, funk. En 1998 publicó uno de sus discos más emblemáticos, “Acústico MTV” (Mercury, 1998), grabado en directo, que entre otros temas incluía una versión reggae de uno de sus mayores hits, “Lança perfume”. Un tema que, a pesar de su aire liviano y de haberse hecho muy popular tanto entre el público adulto como el infantil, se refiere en realidad al lança-perfume, una droga inhalante con un poderoso efecto desinhibidor, parecida al popper, que se ha utilizado mucho en los carnavales brasileños. De hecho, en España se hizo también enormemente popular la versión que realizó en castellano Rita Irasema, hija de Miliki y hermana de Emilio Aragón. Entre sus últimos trabajos, cabría destacar “Rita Lee em bossa n’ roll” (Som Livre, 1991; uno de sus mayores éxitos, con colaboraciones de Cazuza y Gal Costa) o el álbum “Aquí, ali, em qualquer lugar” (Abril Music, 2001), en el que se dedicó a realizar versiones variopintas de los grandes temas de los Beatles. Inquieta y polifacética, Rita Lee también publicó cuatro libros para público infantil. Falleció a los 75 años el 8 de mayo, de un cáncer de pulmón que le había sido diagnosticado el año pasado. Deja tres hijos, fruto de su matrimonio con su segundo marido, Roberto de Carvalho, coautor de muchos de sus temas. Su refulgente estrella, en cualquier caso, sigue brillando en el cielo de Tropicália. ∎

Rita Lee, en 2008, en Lisboa. Foto: Rui M. Leal (Getty Images)
Rita Lee, en 2008, en Lisboa. Foto: Rui M. Leal (Getty Images)

Una diva libertaria

OS MUTANTES
“Os Mutantes”
(Polydor, 1968)

El debut largo de Os Mutantes es una rutilante joya que comienza influida por el “Sgt. Pepper’s” de los Beatles (“Panis et circenses”), continúa bajo los efectos del funk psicodélico y disruptivo de Pierre Henry y Jean-Jacques Perrey (“A minha menina”) y deriva hacia un orgiástico maremágnum de influencias que van de la música infantil al folk pastoral, pasando por la lisergia más regocijante y el desbarre experimental. Puro canibalismo creativo contra la adormecedora sedación de la bossa nova.

RITA LEE
“Rita Lee”
(Som Livre, 1980)

Editado justo un año después de otro disco titulado igual, este de 1980 es sin duda uno de sus trabajos más emblemáticos. Instalada en el mainstream, la diva libertaria no renuncia a la provocación aunque sea con un envoltorio de rock comercial, pop de consumo o funk ligero. El álbum incluye algunos de sus hits, como “Baila comigo”, “Caso sério” o, sobre todo, ese delicioso y pícaro “Lança perfume” en clave de soft disco que a buen seguro sirvió después de inspiración al city pop japonés.

OS MUTANTES
“Everything Is Possible! The Best Of Os Mutantes”
(Luaka Bop, 1999)

Compilado y publicado en su sello por David Byrne, uno de los mayores fans del grupo, fue el disco que hizo que mucha gente se fijara por primera vez en Os Mutantes, en su música poliédrica y fascinante. Incluye todas las grandes joyas de su primera etapa, con hincapié especial en el primer álbum. Una guía perfecta para introducirse en el proceloso universo de Os Mutantes y en la exquisita voz de Rita Lee, la gran sacerdotisa tropicalista. Una mujer de una personalidad inmensa que continúa subyugando. ∎

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