Charlie Steen (centro): resistencia ante el derrumbe. Foto: Sam Gregg
Charlie Steen (centro): resistencia ante el derrumbe. Foto: Sam Gregg

Entrevista

Al mal tiempo buena cara: Shame

En 2018, Shame publicaron su debut, un disco crudo que hizo sonreír de nuevo a los nostálgicos del sonido de The Fall. Ahora acaban de publicar su segundo álbum, un trabajo que llega con retraso y en mal momento, pero que resulta tan necesario para el grupo como para quienes disfrutamos con su música.

En este momento prefiero no pensar en echar de menos demasiadas cosas. No quiero ser nostálgico o indolente, prefiero mantener la sensación de agradecimiento por todo lo que habíamos conseguido hasta llegar a… esto”. Quien habla es Charlie Steen, vocalista de Shame, el quinteto londinense llamado a revivir el punk de corte inglés más descarnado y punzante. Establecemos contacto a través de videollamada para hablar de la salida de su nuevo disco, “Drunk Tank Pink” (Dead Oceans-Popstock!, 2021). Él desde su casa en Londres, donde permanece confinado. Yo desde mi casa en Madrid. Charlie no se preocupa ni lo más mínimo por el plano y se le ve a medias, con su cara muy cerca de la lente y de barbilla para arriba la mayor parte del tiempo. Está iluminado solo por la poca luz de tarde que entra por la ventana que tiene a un lado y eso provoca mucho grano en la imagen, como en una conexión de hace diez años. Su tono de voz y su forma de expresarse son los de alguien con humor afilado, mordaz, inteligente. Es joven y educado, y hace gala de una experiencia vital forjada a base de giras en duras condiciones. Antes de la parada de máquinas global en la que aún estamos inmersos, ofrecía titulares en los que hablaba de la locura y el desgaste que le provocaban esas giras, ¡qué tiempos aquellos!

Rabia en tiempos confinados. Foto: Sam Gregg
Rabia en tiempos confinados. Foto: Sam Gregg
Hoy, después de meses inmersos en el descampado existencial donde nos hallamos, es fácil pensar que esta separación forzosa pudiera haber hecho mella en las relaciones internas entre los cinco miembros de Shame. Pero sus lazos de amistad y camaradería parecen ser lo suficientemente fuertes como para soportarlo. En algunos aspectos ahora estamos incluso más unidos que antes. Cuando estás de gira es fácil terminar odiando a tus compañeros porque estás junto a ellos cada minuto del día, y estar separados digamos que nos ha hecho valorar más nuestra relación. También ha sido una cura de humildad que ha rebajado aquellos egos que estaban comenzando a inflamarse, porque nuestra situación ha cambiado drásticamente en muchos aspectos, empezando por nuestras finanzas, que se han visto muy dañadas porque no podemos hacer conciertos. Pero hay que pensar en otras cosas. Cuando te ves obligado a dejar de hacer aquello que sueles hacer, es fundamental mantenerte ocupado para no volverte loco, afirma.

“En algunos aspectos ahora estamos incluso más unidos que antes. Cuando estás de gira es fácil terminar odiando a tus compañeros porque estás junto a ellos cada minuto del día, y estar separados digamos que nos ha hecho valorar más nuestra relación”

Charlie Steen

En mitad de esta situación dominada por la incertidumbre, han decidido no esperar más para editar su segundo disco, que llevaba ya cerca de un año grabado y guardado en un cajón a la espera de que pasara la pandemia. Son tiempos imposibles para sacar un disco, pero el ‘feedback’ que estamos recibiendo es muy bueno. Además, estamos haciendo bastante entrevistas. Si no estuviera encerrado en mi casa casi podría pensar que todo ha vuelto a la normalidad, dice con sorna y pesadumbre. Para un grupo de directo como ellos, lo más duro debe de ser no poder presentar el disco frente a su público, en concierto. Totalmente. La parte que más nos gusta de este negocio es tocar en directo. Pero sí vamos a hacer diferentes presentaciones a través de internet, afirma.

Mientras redacto este texto, asisto como espectador a su particular presentación del disco en YouTube, “Shame: Making Heat”, un directo de doce horas de duración sin un guion prestablecido donde responden preguntas del público e intercalan improvisaciones, charlas insustanciales e intervenciones en directo de fans y compañeros invitados como Geordie Greep, de black midi. Pero lo más interesante de ello termina siendo ver cómo Steen realiza desde cero una pintura de la portada del disco. Es el miembro que más miradas atrae dentro del quinteto. Hay quien podría llamarlo liderazgo. Oh, no, para nada. Cada cual tiene su rol dentro de la banda. Yo disfruto haciendo entrevistas y a los otros no les gusta tanto. Cuando eres la persona que está en contacto con la prensa y ejerces de ‘frontman’ pasas a ser la cara más reconocible, pero eso no afecta necesariamente a la jerarquía. Nosotros somos un grupo muy democrático… Yo no diría que soy el líder… Eddie (Green, guitarrista) es probablemente el más organizado de todos y el que se encarga de hacer que todos estemos a tiempo en el aeropuerto, por ejemplo”, dice antes de guardar silencio mientras parece meditar durante unos segundos antes de continuar. Su expresión, por un instante, es de duda. Se recompone antes de seguir y termina su respuesta. La verdad es que es algo que no me había planteado, pero diría que no. No me siento un líder ni pretendo ejercer una posición de privilegio con respecto a mis compañeros, concluye con firmeza.

Antes de la despedida, expreso mi deseo de poder asistir a uno de sus conciertos (¡a cualquier concierto!) en condiciones normales. Como todo el mundo, ambos esperamos que la situación vaya normalizándose poco a poco y que lo peor haya pasado ya. Hay que pensar que se trata de un año perdido. En un año pasan muchas cosas pero, hostia puta, ¡en 2020 ha pasado de todo y nada al mismo tiempo!, remata. No se me ocurre un mejor resumen. ∎

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