Reclamando su legado. Foto: Andrew Whitton
Reclamando su legado. Foto: Andrew Whitton

Entrevista

Soft Cell, ahora más cerca


El público los ha reclamado y ellos han vuelto para recoger parte del éxito que les correspondió y que nunca disfrutaron realmente sobre un escenario. Han abrazado el pasado conscientemente en su último largo, “*Happiness Not Included”. Si nunca fueron realmente capaces de dar un paso más lejos de su trío de álbumes clásicos, pero aquellos siguen siendo hoy referencia para varias generaciones de artistas de synthpop, la opción es reclamar el puesto que merecen y que la historia casi les niega. Ahora Soft Cell puede que toquen cerca de tu casa. Este domingo lo hacen en Barcelona, por ejemplo.

Es una mezcla de asombro y ternura lo que se produce cuando se escucha a Soft Cell declarando en las redes que por fin se juntaron los dos dúos de pop electrónico más populares del Reino Unido. Pet Shop Boys acudieron a la llamada de Marc Almond y Dave Ball para subrayar “Purple Zone”, inicialmente incluida “*Happiness Not Included” (BMG, 2022). Que Soft Cell sean tan populares en las Islas Británicas más allá de “Tainted Love” es un concepto que fuera no manejamos del todo. Pero ellos tampoco.

En 2018 anunciaron su retirada de los escenarios con el single “Northern Lights” / “Guilty (Cos I Say You Are)”. El cantante Marc Almond y el multinstrumentista Dave Ball no acababan de llevarse bien. Su anterior álbum, el ya lejano “Cruelty Without Beauty” (Cooking Vinyl, 2002), había sido un intento fallido por sacudirse el sambenito de artistas ochenteros, así que para despedirse volvieron al northern soul y los coros que los transportaban a sus primeros éxitos. Desde muchos puntos de vista se podía leer aquello como un “nos damos por vencidos, hacemos una como ya sabéis que hacíamos y lo dejamos”.

Para retirarse con un último encuentro con sus fans organizaron un concierto en el O2 de Londres. Apunta Almond en la web de Soft Cell que esperaban mucha menos gente de la que asistió, y que se encontraron sobrepasados no solo por los números, sino también por el cariño que les dispensaron en aquel día apoteósico de septiembre de 2018. Y decidieron escuchar a su público, o sospechar que aún podían repetir algún éxito, o que podían hacer un poco de caja. La cuestión es que, aunque fuera mirando hacia atrás sin ira, continuarían, que aún había quien los escuchara y quien consumiera su música.

Poco a poco maduraron la idea de que si los querían tanto en el Reino Unido, seguramente algo también los querrían más allá de sus fronteras. Aparcaron sus diferencias y se plantearon tocar allá donde se sintieran convocados, e incluso se abría la posibilidad de un quinto álbum. Pero el COVID retrasó sus planes. Sin embargo, aquel parón a Almond le inspiró para bosquejar la imagen de este presente, que no es más que el futuro de un pasado en el que creíamos que todo iría mejor, pero no. Una portada distópica con una noria que se levanta sobre los rastros radiactivos de Chernóbil. Como si fuera la cara Z de tantos discos de pop sintético de los ochenta que anunciaban frescura, neón y coches voladores. Pues no, ni lo uno ni lo otro ni lo de más allá.

Ya que el futuro los ha defraudado, y que tampoco parece que tengan musicalmente mucho más que innovar en formato dúo (lo de Marc Almond en solitario es harina de otro costal), se montaron “*Happiness Not Included”, una máquina de nostalgia en la que se reivindica el brillo de tiempos pasados como inspiración para mirar el ahora y el después. ¿Una trampa de espejos a los que quedarse mirando? Puede ser. Pero es innegable que si Soft Cell significan algo es gracias a aquellos viejos tiempos que, en directo, nunca parecen suficientemente explorados. Por lo menos por aquí cerca, donde “Bedsitter” o “Loving You, Hating Me” siguen siendo aún hits semiunderground.

Dave Ball y Marc Almond. Foto: Andrew Whitton
Dave Ball y Marc Almond. Foto: Andrew Whitton

Por eso quisimos aprovechar la ocasión de su concierto en Barcelona de este domingo 23 de julio para ver cómo ha evolucionado su concepto del cabaret con los años, cómo se diferencian las composiciones de Marc Almond para Soft Cell o para sus discos en solitario, en qué consiste que en las composiciones para el dúo se mire más hacia fuera en vez de hacia dentro, por qué ya no les atrae la utopía, en qué antiguos alumnos suyos se ven reflejados, qué nos podremos encontrar en el escenario u otros asuntos que Dave Ball prefirió no contestar. Son las cosas de las entrevistas por mail: no se puede repreguntar, no se puede rectificar el camino de las preguntas, ni se sabe quién está al otro lado. En esta ocasión fue Dave Ball, un 50% necesario para que existan Soft Cell que, sin embargo, nunca se ha caracterizado por su verborrea. De todo lo que pudo ser esta entrevista, esto es lo que quedó.

Estáis tocando en lugares y ocasiones muy seleccionados. ¿Habéis pensado en más festivales o más grandes? ¿Cómo es el futuro de Soft Cell sobre un escenario?

Estamos disfrutando de tocar en grandes festivales al aire libre así como de nuestros propios conciertos. Significa que podemos hacer dos tipos diferentes de shows, unos para los que esperan los grandes hits y otros para quien quiera el material más underground que hemos publicado a lo largo de los años.

Parece que habéis aprendido mucho del amor de vuestro público. Algunas cosas que no queríais hacer de pronto han cobrado sentido, un sentido muy bonito. Así que, en 2023, ¿cuál podrías decir que es la mayor lección que habéis aprendido de ellos?

Que menos es más. Cuando damos conciertos, tratamos de que se transformen en una gran ocasión para la gente, más que hacer giras todos los años para hacer más o menos lo mismo cada vez.

“Nosotros no salimos para escribir comentarios abiertamente sociales o canciones políticas, aunque lo hacemos a veces. Marc escribió las letras de ‘*Happiness Is Not Included’ durante el COVID, cuando había un montón de temas que explorar en aquella situación, durante y después de la pandemia”

Dave Ball

El 28 de julio se publicará una versión extendida de “*Happiness Not Included” con algunas versiones diferentes del material original. Pensando en el concierto de Barcelona, ¿tienen algo que ver esas versiones con lo que preparáis para los directos o son simplemente remezclas?

La nueva versión del álbum es de extended versions, de las que tocamos un par en nuestros directos actuales. La otra parte son más o menos diez temas que no estaban en el álbum original y un par más que sí tocaremos en el concierto.

Un año después de la publicación de “*Happiness Not Included”, hay un peligro muy presente de un retroceso de las libertades en Europa y el resto del mundo. ¿Tendrá esto un reflejo en las canciones de Soft Cell, es material para los discos en solitario de Marc (o nada en absoluto)?

La cuestión que hay detrás del tema que da título al álbum, “*Happiness Not Included”, habla muy alto, como hace “Happy Happy Happy”, pero hay muchos otros momentos en el álbum que hablan sobre el momento que estamos viviendo en el mundo, no solo en Europa.

¿Cómo puedes describir ahora el modo social o político de escribir canciones de Soft Cell?

Nosotros no salimos para escribir comentarios abiertamente sociales o canciones políticas, aunque lo hacemos a veces. Marc escribió las letras de “*Happiness Is Not Included” durante el COVID, cuando había un montón de temas que explorar en aquella situación, durante y después de la pandemia.

Habéis influido a tantos artistas desde el principio que uno podría pensar que, después de tantos años, en vuestro último trabajo tal vez hubierais tomado alguna referencia o influencia de otros artistas que fueron alumnos vuestros con anterioridad. ¿Qué piensas de esto?

No estuvimos realmente influidos por ningún artista en activo en nuestro trabajo más reciente. Más bien la idea fue volver a nuestras raíces para publicar un disco que sonara más que ninguna otra cosa como nuestro primer sonido.

El dúo maravillas del synthpop. Foto: Andrew Whitton
El dúo maravillas del synthpop. Foto: Andrew Whitton

Todavía se recuerda a Soft Cell por algunos amigos como el primer grupo que tocó en Madrid con mucho material pregrabado. Supuso un cierto escándalo en su momento, aunque parece que lo entendimos y lo digerimos, pero la misma controversia aparece una y otra vez, últimamente hasta con Rosalía. ¿Qué piensas sobre que aún exista esta controversia?

Siempre usamos cintas en nuestros primeros conciertos. El magnetófono Revox estaba en el escenario, no escondíamos nada. Tenemos ahora siete músicos en el escenario, todos tocando completamente en directo, aunque para recrear completamente el sonido de Soft Cell sin usar pistas pregrabadas no sería posible. Por ejemplo, no tenemos un batería.

Hubo un momento en el que Soft Cell grabaron varias versiones de los sesenta. Algunas de ellas fueron grandes hits muy queridos por vuestro público, pero de pronto dejó de ocurrir. ¿Qué pasó con eso? ¿Fue parte de vuestra manera de aprender a arreglar canciones, os cansasteis, o sentisteis que aquello ya no tenía sentido?

Hemos hecho un montón de versiones a lo largo de los años y nunca hemos dejado de hacerlo aunque no haya ninguna en el nuevo álbum. En cualquier caso, ahora hemos hecho versiones de “The Day The World Turned Day-Glo”, de X-Ray Spex, y “First Hand Experience In Second Hand Love”, de Giorgio Moroder, que eran bonus tracks y que aparecerán en la versión extendida de “*Happiness Not Included”.

“Northern Lights” parecía un reflejo u homenaje a aquellos días. ¿Qué puedes decirme de este momento, que pareció que sería lo último que grabarían nunca Soft Cell, y sobre la influencia inacabable del northern soul?

El northern soul siempre fue muy importante para nosotros en términos de la dirección que tomamos en nuestros primeros tiempos. Grabamos un vídeo en el legendario club Twisted Wheel en Mánchester, en el que, además de otros lugares, esa escena fue muy importante en los setenta y ochenta.

“Tainted Love”, tal y como la grabasteis, es una canción perfecta de pop desde cualquier punto de vista, no hay discusión sobre esto. Pero a lo largo de los años cabría la posibilidad de que la hayáis acabado odiando. No la escribisteis vosotros, pero serán los dos minutos y pico por los que seréis recordados por la mayoría del público que no ha tenido un minuto en cuarenta años para reconocer vuestras habilidades como compositores. Mucho que agradecer pero un poco injusto, ¿no?

Nos han preguntado muchas veces esto, y por supuesto que hubiéramos deseado escribirla nosotros para no perder todos los royalties de la composición que no cobramos. Había años en los que no la tocábamos, pero nos dimos cuenta de que nos ha abierto muchas puertas y nos ha permitido hacer música para un público más amplio que si nos hubiéramos mantenido con nuestro material más underground. Seguro que no iríamos a dar un concierto en Barcelona 45 años más tarde.

“Tainted Love”, la versión de 1981 del tema grabado originalmente por Gloria Jones en 1964.
(No hubo respuestas a nada más. Para otra ocasión, si llega a existir. Mejor bailar “Frustration” con el volumen al once y seguir pensando que Soft Cell realmente son una máquina de misterio, dramas domésticos y liberación en el pasado; como leer a un clásico de la edad de oro de la ciencia ficción). ∎

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