¿Cómo ha influido Sintra en tu música?

Me mudé aquí hace seis años. Es un lugar hermoso y muy inspirador. La luz, la biodiversidad y el terreno son alucinantes. Saco bastantes vibraciones de ahí. Creo que el entorno siempre ha influido y afectado todo mi trabajo. Antes acostumbraba a viajar para hacer las mezclas en lugares que me inspiraran, pero ya tenía que viajar por trabajo más de lo que creo que es bueno, así que decidí trasladarme a algún sitio con ese tipo de poder. Es importante intentar tener un bienestar ambiental a nuestro alrededor, llevamos ya varios siglos con gente viviendo en las ciudades, rodeada de cemento y una vegetación más o menos simbólica. La gente está naciendo en esos ambientes y cree que eso es lo normal mientras se pregunta por qué sus almas están gritando. Me trasladé aquí porque Portugal todavía está relativamente descomercializada y el impacto de las marcas globales es mínimo. Ya viví en el Reino Unido mucho tiempo y era el momento de cambiar un poco las cosas. Prefiero esto.

En estas canciones hay una fuerte presencia de la naturaleza y también de la memoria. ¿Cómo hiciste fluir las ideas para darles forma?

Simplemente seguí mi instinto y fui cortando y pegando lo que me salía hasta estar contento con ello. Quería utilizar muchas partes de sintetizadores modulares que sonasen orgánicas, que pudiese ver que se conectaban de manera sinestésica con las formas de las plantas que estaba viendo. Las plantas se parecían a los sonidos, así que decidí que ambas cosas tuviesen una conexión natural potente en el disco. Siento que la mayoría de la gente ha perdido el contacto con las plantas y esas cosas sencillas que son la fuente de casi todo lo que comemos y del aire que respiramos. Hemos evolucionado desde ellas. Si le preguntas a un niño, incluso a muchos adultos, de dónde viene la miel, probablemente te dirá que de las abejas, no de las flores. Yo creo que todo está conectado y quería darle una especie de profundidad psicodélica a la conectividad del disco. Todo eso empezó con loops de sintetizador, que crearon el esqueleto de las canciones.

¿Sigues utilizando las drogas como herramienta creativa del mismo modo que antes?

Supongo que es diferente según el día. Sobre todo fumo costo y mucha hierba, y consumo sustancias psicodélicas cuando estoy en la onda. Creo que la sensibilidad psicodélica podría ser nuestra gracia salvadora, reestructura nuestra mente sutilmente y ayuda a ver las interconexiones de todo. Yo solo la utilizo de modo semirrecreativo. La terapia psicodélica estructurada es un factor de deformación en nuestra habilidad para reiniciar las rutas neuronales en el cerebro, lo cual puede llegar a ser crítico.

En este álbum te has inspirado en cantantes melódicos del pasado como Sam Cooke o The Everly Brothers. ¿De qué modo sentiste que tu música podía mejorar si recuperabas esos viejos discos?

Siempre me ha encantado esa era del rock’n’roll y del soul, es mi alma mater. Pienso que fue un período excepcional en la música, muy rico en vibraciones, y yo quería intentar infundir eso. No quería emularlos, pero sí invitarlos a la fiesta y aprender unos cuantos trucos de ellos.

En tu página de Facebook estás poniendo viejas fotos tuyas, de toda tu vida, y en los créditos del álbum le das las gracias a toda la gente que ha trabajado contigo. Suena todo un poco a despedida, pero ¿cuál es tu motivación tras eso?

Pienso que prácticamente todos nuestros comportamientos son aprendidos y, del mismo modo, todas las personas con las que he trabajado han sido parte de una experiencia de aprendizaje que ha llevado a “All Things Being Equal”. Quería dar las gracias a toda la gente que ha viajado conmigo y con la que yo he viajado. Era algo complicado, porque he trabajado con cientos de personas en este tiempo y me preocupaba que pudiese ofender a alguien por omisión no intencionada, pero al final fue algo apreciado, así que estoy contento de haberlo hecho. Yo nunca sé si el que acabo de grabar va a ser mi último álbum, no es algo que decida de antemano, así que pensé que era tan buen momento para hacerlo como cualquier otro. Y a la gente le gusta rastrear entre las viejas fotos, supongo. Es bastante guay revolver en ellas y básicamente estoy intentando proyectar una vibración. Tengo sentimientos bastante contrapuestos sobre las redes sociales en general, utilizo Instagram esencialmente como un mecanismo promocional que expande y subraya el espíritu de lo que estoy haciendo, pero no sigo otras cuentas y este año decidí no jugar al juego de los “likes”. Creo que, en verdad, es bastante peligroso para la salud mental de la gente, demasiado pulsar botones y jugar con los pulgares. Siempre respondo a las preguntas que me hacen, pero no quiero ser parte de las reacciones de emoticonos sonriendo con corazones en los ojos. Cuantas menos razones tengas para estar con un móvil en tus manos, mejor. Es cierto que estas cosas empiezan de una forma totalmente benigna, pero nos llevan a un lugar complicado, con un montón de implicaciones que no nos ayudan sociológicamente. Hemos retrocedido hacia unos jeroglíficos exageradamente simplificados en lugar de las interacciones cara a cara con conversaciones reales. Se ha vuelto ya algo sin apenas sentido.

En los últimos años, has producido o mezclado a gente como Beach House, MGMT y Panda Bear. ¿Les aportaste cosas en el sentido creativo? ¿Cómo fue el diálogo artístico con ellos?

Es diferente en cada caso. Yo no estoy ahí para imponer o dominar, y solo intento trabajar con artistas a los que pienso que puedo aportar algo. A veces es algo tan simple como animarlos con lo que están haciendo, ser un buen oyente. Otras veces tiene más que ver con compartir cosas que he aprendido o descubierto a lo largo de los años: técnicas, organización, música que considero relevante… Intento encargarme de otros aspectos mientras ellos se preocupan del proceso compositivo. Yo siempre pienso que los discos deberían ser lo más intemporales que puedan ser, y miro más al futuro inmediato que al momento presente.

Panda Bear vive en Lisboa, ¿os veis a menudo?

Sí, intentamos quedar para cenar cada dos semanas si ambos estamos en casa. Es uno de mis mejores amigos, una persona muy generosa y con la que siempre es divertido trabajar. Grabamos un disco juntos el año pasado y saldrá en verano. Suena como doo-wop futurista.

A lo largo de tu carrera has trabajado también con Delia Derbyshire, Silver Apples, Kevin Shields, Stereolab… Con ellos se podría casi trazar un árbol genealógico de la música psicodélica, futurista y de vanguardia. ¿Cómo te ves a ti mismo dentro de ese árbol?

Todos ellos son visionarios y llevaron la música al futuro de un modo interesante y cool, básicamente reescribiendo las reglas. He conocido y trabajado con muchos de mis artistas favoritos y me siento afortunado por ello. ∎