Recuerda su nombre: Brittany Parks aka Sudan Archives. Foto: Òscar Giralt
Recuerda su nombre: Brittany Parks aka Sudan Archives. Foto: Òscar Giralt

Concierto

Sudan Archives: como una ola

Impacto muy serio el pasado viernes 25 de noviembre con el primer concierto de Sudan Archives en Barcelona. Muchos ya sabían de las virtudes de “Natural Black Prom Queen”, su extraordinario segundo álbum, pero aun así La (2) de Apolo no estaba llena del todo. Los que decidieron no comprar el tique o se dejaron llevar a última hora por la pereza se perdieron un show tremendo y quién sabe si el nacimiento de una nueva estrella del black pop o de como diablos llamemos a lo que hace Brittany Parks, que no es fácil de categorizar.

Escuchándola y viéndola pueden venir muchos referentes a la cabeza: Kelis, Honey Dijon, Prince, Missy Elliott, Tyler, The Creator, Yves Tumor, Solange… y también Tina Turner, aunque más por la increíble peluca que llevaba puesta –mullet con rastas, dijo alguien a mi lado– que por una supuesta mirada al pasado, que en realidad casi no la hay. La música de Sudan Archives se nutre de todo y mira hacia delante y hacia fuera; es rock, es hip hop, es funk, es house, es R&B e incluso música celta y Disney: “Confessions” podría sonar en una secuela futurista de “Frozen”. Y aquí, en este punto, es cuando un crítico conservador o un espectador listillo podría acusarla de no saber concretar, de ser muy dispersa, de tocar demasiados palos; bueno, pues que los toque. Y que lo haga como le dé la gana, porque todo lo pasa por su filtro lo lleva hacia un espacio quizá extravagante pero también visionario, muy personal, que si en disco tiene todo el sentido del mundo en directo aún más.

Ahí, a dos palmos por encima del suelo, la gran arma de Parks es ella misma: su actitud y su evidente carisma escénico. Acompañada por el percusionista y bajista Byron Crenshaw, igual de inquieto que ella, la americana fue rompiendo y recomponiendo como quiso un show que al principio parecía bastante medido y se fue volviendo cada vez más imprevisible conforme ella iba cogiendo confianza. Un ejemplo muy significativo: después de enlazar dos de los hits más deslumbrantes del álbum –“NBPQ (Topless)” y “Selfish Soul”, dedicadas ambas a los senos femeninos y con gritos de “titties out”–, cumplió con su proclama y se destetó dos segundos, sin tanto recato como Janet Jackson en la Superbowl; y una vez alcanzado este momento cumbre, en pura comunión con el público, acto seguido bajaron las luces y se adentró en un trip hop de tono más introspectivo, contrapunto muy marcado pero perfectamente coherente a la euforia alcanzada los minutos previos.

A por todas. Foto: Òscar Giralt
A por todas. Foto: Òscar Giralt

Solo un par de peros, muy menores en cualquier caso: algún exceso en los gritos, quizá provocado por las endorfinas del directo; y una presencia excesiva del violín, muy protagonista en el primer tramo del concierto y con el que incluso hizo un solo para demostrar virtuosismo que recordó un poco a talent show televisivo.

Excesiva, torrencial y de personalidad expansiva, Sudan Archives llegó, vio y triunfó. No sería de extrañar que, en unos meses, convertida en una figura de culto masivo –virtudes para conseguirlo las tiene todas– los que estuvimos allí podamos decir lo de “yo la vi en sala pequeña cuando aún no la conocía casi nadie”. En cualquier caso, si eso ocurre ojalá no pierda por el camino su magia, ni rebaje un ápice esa dispersión genérica tan bien llevada y que la hace tan especial.

Abrió la velada Shunaji, propuesta de hip hop con toques jazz, funk y R&B llegada desde Italia. En formato dúo, la rapera de origen nigeriano demostró brío y soltura escénica, disparando rimas en inglés, italiano y castellano. Se olió carisma. ∎

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