Los cinco vídeos previos a su segundo largo, “World Wide Pop” (Domino-Music As Usual, 2022), que Superorganism fue presentando suscribían esa misma voluntad, la de generar un universo propio con un pop ingenuo y digital como vehículo conductor que ahora engorda para hacerse más global. Con el beneplácito de figuras tan dispares como Elton John o Frank Ocean, el “superorganismo” permanece intacto a pesar de la amputación de tres de sus componentes.
La historia de su nueva aventura tras el debut homónimo que publicaron en 2018 –este nuevo álbum incluye colaboraciones de CHAI y Stephen Malkmus, entre otros– la cuentan en un hotel de Madrid la propia Orono Noguchi (voz) y Christopher Young “Harry” (guitarra). Él, obstinado en abrir las puertas de su particular cosmos, y ella con una esforzada amabilidad que delata su reticencia a mostrarse fuera de la creación en la que vuelca todo su talento.
El disco comienza con un reto importante: mantener la identidad de la banda con tres miembros menos.
“Harry”: Ahora somos cinco. La vida de la gente cambia y simplemente hubo quien optó por diferentes direcciones. Desde el principio pensamos que la banda era más un colectivo que una formación fija. Así que en ese sentido nunca hubo obligación de que nadie se quedara. Además, tenemos muchos colaboradores en este álbum y eso ha sido genial.
Han pasado cuatro años desde vuestro debut, con una pandemia de por medio. ¿Cómo habéis empleado todo este tiempo?
Orono: Trabajé en el diseño gráfico del disco, lo que me llevó casi tres años. Fue una gran prueba para mí, supongo que en un sentido artístico fue el mayor proyecto en el que he trabajado. Me he dedicado más a este apartado que a la parte musical. A veces hago seis tomas, depende de la canción, pero en su mayor parte estoy bastante relajada con la grabación porque es un proyecto colaborativo. Pero con la parte de diseño tenía más tiempo e ideas, así que decidí seguir adelante.
Gran parte de vuestro primer trabajo fue compuesto a distancia. ¿Cómo ha sido en esta ocasión?
“Harry”: Depende de cada canción. A veces alguien tiene una progresión de acordes, una letra o una melodía, y entonces componemos juntos. En general, ha sido a distancia. Pero también han surgido sesiones de improvisación con unos puntos de partida y luego construimos sobre eso y lo convertimos en una canción. Así que puede variar en términos de cómo empieza y cómo la completamos. Creo que esa es la única regla: no hay reglas.
El concepto de Superorganism se mantiene, pero parece que hay un intento por llegar a un público más amplio. El tema “World Wide Pop” es buen ejemplo.
“Harry”: Creo que intentamos llevar lo que hemos hecho mucho más lejos. En el primer álbum éramos todos aficionados, no sabíamos lo que estábamos haciendo en realidad.
Orono: Y luego agotamos las entradas.
“Harry”: Optamos por contar con Stuart Price, coproductor de siete de las canciones del álbum. No trabajó en todo el disco, pero es increíble. Ha colaborado con Madonna, Pet Shop Boys, Dua Lipa, Kylie Minogue…. Pensamos que si ahora podíamos contar con alguien como Stuart teníamos que hacerlo, porque es un aprendizaje para nosotros. Cuando trabajas con alguien que tiene más experiencia que tú en cualquier campo, aprendes mucho más de lo que puedes aprender solo a base de prueba y error. Así que ese fue el papel de Stuart. Ya habíamos escrito muchas de las canciones antes de que él se involucrara, así que no es que él escribiera el disco, ya estaba camino de finalizarse. Solo nos ayudó a perfeccionarlo todo.
Y respetó vuestra identidad.
“Harry”: Entró en nuestro mundo, se convirtió en parte de nuestro mundo, no fuimos nosotros los que le dijimos: “¿Cómo hacemos esto?”. Fue más bien como: “Oye, Stuart, ¿quieres venir, involucrarte en lo que estamos haciendo y ver si puedes contribuir a ello?”. Lo hizo y fue brillante.
En “On & On”, da la sensación de que la instrumentación otorga más sentido a letras como “Am I insane or is it now the normal way? Reason’s out, just hope and pray”.
“Harry”: Siempre tratamos de guiar intuitivamente el equilibrio de la emoción de la letra y la producción y la melodía. Creo que se pueden guiar las emociones del oyente a través de esos contrastes, pero no somos muy conscientes de ello, no nos lo proponemos. Cuando sentimos que algo funciona, tiramos hacia delante. Gran parte se basa en la intuición.
En el disco participa el músico y actor japonés Gen Hoshino, compatriota de Orono. ¿Qué tal es la recepción de Superorganism en el país en el que nació su líder?
Orono: Tengo sentimientos encontrados al respecto porque en cierto modo me fui de Japón porque lo odiaba. Me sentí incómoda cuando crecí allí. Mi mejor amigo creció en una comunidad cristiana conservadora en Estados Unidos, y cuando estás en ese tipo de entorno esperan que permanezcas en una caja, que vivas de cierta manera y que no hagas ciertas cosas. Que consigas un trabajo, que te cases y todo eso. Japón es una sociedad similar y mis padres no fomentan ese tipo de estilo de vida, así que siempre me sentí fuera de lugar e incómoda. Tenemos cierto éxito allí y eso me hace sentir extraña.
“Harry”: Creo que lo mejor de todo, en términos de esa conexión japonesa, es que si este álbum y la colaboración de alguien como Gen pueden llegar a otros niños que crecen en Japón y que se sienten fuera de lugar e inadaptados es muy positivo, porque muestra un camino para la gente. Si Orono ha podido hacerlo, entonces ellos también pueden. Y si Gen puede entrar en nuestro extraño mundo, entonces tal vez ellos también puedan. Siempre es bueno para la gente que crece en un sitio donde se siente un poco fuera de lugar tener artistas y álbumes con los que puedan conectar y sentir eso de que “no estoy solo, alguien más se ha sentido así también”.
¿Cómo surgió la colaboración con Stephen Malkmus?
“Harry”: Estamos en la misma discográfica y somos grandes fans suyos y de Pavement. Alguien de la compañía le enseñó nuestro primer disco y a él le gustó mucho. Nos dijeron que por qué no quedábamos y lo hicimos, almorzamos con ellos en Londres y él estuvo muy bien y relajado, no hablamos de nada en particular. Y entonces me pareció natural preguntarle si quería hacer algo en el disco. Sus contribuciones fueron geniales y sorprendentes, eran inesperadas pero a la vez todo lo que buscábamos.
En “Flying” hay un saxo, un elemento inexistente en vuestro catálogo y que consigue que la canción engorde.
“Harry”: Habíamos terminado de escribir ese tema y un día escuchándolo pensé que sonaba como Bruce Springsteen y que sería genial tener un saxofón al estilo de la E Street Band. Utilicé la aplicación Viber, donde se puede contratar a gente para tocar algo, y escribí en MIDI la parte del saxofón, ya que no sé tocar ese instrumento, y de ahí la pasé a partitura. Se la di al chico que contratamos y le dije que la grabara sin ningún contexto. Cuando me la entregó, le pedí que sonara más fuerte y desordenado, y eso es lo que finalmente quedó en el disco.
Hay un equilibrio entre la fantasía que emana de vuestra música y los relatos más intimistas de Orono.
Orono: Solo intento ser yo misma y ser lo más honesta posible. El arte que me interesa tiene esa honestidad cruda.
“Harry”: Se trata de explorar, así que a veces esa exploración honesta se adentra en lugares que son fantasía, creando un pequeño mundo para que otras personas entren y se pierdan en él. Y a veces, cuando estás de gira, necesitas crear un pequeño mundo en el que desaparecer. Me metí en todo tipo de programas de televisión, películas y libros solo para perderme en ese mundo. Creo que es una extensión de esa honestidad de la que habla Orono, de tratar de explorar cosas por ti mismo y, así, tal vez el público pueda acompañarte y olvidarse de lo que está pasando en sus vidas durante media hora mientras escuchan el disco.
¿Es “crushed.zip” la canción pop más tradicional que habéis hecho?
“Harry”: En algunos sentidos, sí. Probablemente sea la más pegadiza, el estribillo más pegadizo, y el más contundente. Hemos estado tocando algunas de las canciones en acústico en los últimos días, solo nosotros dos con una guitarra y cantando juntos, y ese tema creo que se presta a ello porque tiene algo de los Beatles y le viene muy bien un sonido acústico.
Sorprende que Superorganism esté haciendo algo acústico.
“Harry”: Porque las canciones son muy simples. Si quitas toda la producción y solo quedan los acordes, la melodía y la letra, son muy sencillas. Como digo, casi como las canciones de Weezer o de los Beatles... Tres acordes y melodías pegadizas están ahí en el centro de todo, así que es bastante entretenido jugar con cómo interpretamos las canciones en directo.
En el primer disco, comentasteis que el colectivo era como una “casa de producción”. ¿Sigue siendo así?
“Harry”: Sí, creo que sí. Orono hizo el trabajo artístico y producimos el disco juntos. Lo escribimos todos juntos. Hemos ideado todos los conceptos para los vídeos musicales, así que sí, sigue siendo así.
El comienzo y el final del álbum indican una intención clara de cerrar un círculo.
“Harry”: Temáticamente, el disco gira en torno a las mismas conclusiones de que las cosas pueden desmoronarse, pero podemos mantener todo al final si estamos juntos. Creo que tanto el principio como el final del álbum tienen esa conclusión. Comenzar y acabar con el mismo sonido es una forma de unirlo todo.
En “Come On” habláis de la sensación de estar en el escenario y de cómo los sentimientos cambian. ¿Qué es el directo para Superorganism?
Orono: Me gusta estar en el escenario, es una sensación extraña. Me siento como si fuera yo misma y a la vez como si fuera una persona diferente, es como una experiencia alucinógena. Es interesante, y creo que soy buena sobre las tablas.
“Harry”: Es genial porque cuando estamos de gira es posible sentirse agotado. A veces sales al escenario y de repente, si estás cansado o estás molesto por algo, durante 45 minutos o una hora o el tiempo que sea que estés actuando, simplemente todo eso desaparece. Es una gran sensación y lo que realmente impulsa todo.
En vuestra música hay algo relacionado con la inocencia y la ensoñación. Si Superorganism perdura, ¿será posible mantener ese concepto, que es parte inherente de vuestra identidad, a medida que os vayáis haciendo más mayores?
“Harry”: Creo que los Rolling Stones siguen en el escenario cantando “(I Can’t Get No) Satisfaction” a pesar de que realmente han tenido muchas satisfacciones desde hace unos 60 años. Así que si ellos pueden hacerlo, no veo por qué nosotros no podemos. Nuestra ética es que haremos lo que hacemos mientras nos divirtamos. Y tanto si es dentro de mucho tiempo como si es dentro de un año cuando dejamos de creer en lo que hacemos, en ese momento lo dejaremos. Pero, como digo, los Rolling Stones todavía se sienten satisfechos porque a Mick Jagger obviamente le encanta salir al escenario cada noche, y mientras sintamos ese tipo de energía, seguiremos. Creo que eso está claro para todos nosotros pese a que quizá no lo hagamos juntos, ya que todos somos gente creativa y queremos explorar. ∎