Corrección cromática. Foto: Clare Shilland
Corrección cromática. Foto: Clare Shilland

Entrevista

Tirzah: “Lo emocionante de tocar es no saber con qué sonido conectarás”

Tres años después del clásico de culto “Devotion”, Tirzah Mastin regresa con el esperado “Colourgrade”, un ejercicio de pop-soul experimental todavía más íntimo y extraño, cercano por sus imperfecciones a la vez que hipnóticamente extraterrestre. Hablamos con la cara más visible de un grupo en toda regla.

“No tengo presencia en internet”, me dice Tirzah Mastin cerca del final de nuestra entrevista. “No sé cómo hacer eso, no me siento preparada para ello. Me cuesta mucho”. Y, en realidad, hasta ahora tampoco lo ha necesitado: si acaso, la no-ubicuidad de Tirzah en redes sociales, su reticencia a informar de cada uno de sus movimientos o sobreexplicar sus actos creativos, solo ha contribuido un poco al culto alrededor de su música, que no de la persona. La adoración conseguida con “Devotion” (Domino, 2018) solo debería crecer con “Colourgrade” (Domino-Music As Usual, 2021), en el que este grupo, como ella insiste en recordar, completado por Mica Levi y, ahora, Coby Sey, viaja a horizontes aún más extraños sin dejar de buscar o conseguir la emotividad. 

Pregunta recurrente pero necesaria: ¿es más complicado hacer un disco cuando sabes que hay gente esperando a escucharlo?

A nosotros no nos costó. Y estuvo bien poder hacer un disco partiendo de cero. Lo que hicimos con el álbum anterior fue reunir muchas cosas que habíamos hecho y ver cuáles nos seguían gustando o nos sonaban sinceras. Teníamos una obra que revisar y fue un desafío. Este tuvo también sus propios retos. En más de un sentido, fue igual de difícil. Pero estuvo bien empezar desde cero y emocionarse con la idea de encontrar cosas nuevas en el camino.

¿Fueron muy diferentes los procesos de cada álbum? 

Además del hecho de partir de cero, estuvo la nueva implicación de Coby (Sey, en música, voces y letras). También recuerdo que la preparación de “Devotion” tuvo muchas caras. Por un lado, estábamos repasando temas antiguos, pero también compusimos algunos nuevos… Este lo grabamos tan solo en uno o dos sitios y soy capaz de verlo como la instantánea de un momento en el tiempo, en lugar de como una larga historia de creación musical (ríe; en realidad, Tirzah ríe todo el tiempo).

Curiosamente, aunque sabéis que hay gente esperando, a veces tocáis como si nadie fuera a escuchar esto. Me encanta el momento al principio de “Beating” en el que te aclaras la garganta.

Me gusta la idea de cargar con lo bueno y con lo malo, de incluir todo, para bien o para mal. Lo que pasa en la habitación mientras creamos debe permanecer ahí. Siempre nos ha gustado incluir los sonidos de la habitación o del mundo exterior, o lo que sea que capturemos sin querer. Cuando los quito, la canción deja de tener el mismo sentido (vuelve a reír).  Si tu canción es simple, esos pequeños elementos tienen un gran impacto. 

¿Esos accidentes se convierten en parte de la composición? O dicho de otra manera: ¿te aclararás la garganta en ese momento cuando toquéis “Beating” en directo?

Existe la tentación de incluir algunos de esos elementos; se convierten en una especie de contrapunto, una especie de adición percutiva. Aunque no hablemos de notas típicas, instrumentos ni nada así, siguen siendo parte de la música o parte del ritmo. 

Accidentes felices. Foto: Clare Shilland
Accidentes felices. Foto: Clare Shilland

En este disco habéis jugado mucho con las voces y las armonías, más que en el anterior. Esos extraños ecos en “Tectonic”…

Esa canción viene de una sesión en la que le pedí a Coby que escribiera sus letras, sus poemas, en una especie de pizarra. Yo escribí las mías al lado de las suyas. La idea era poder ir saltando entre unas y otras del modo que quisiéramos. Acabé leyendo más que cantando las suyas. Por razones técnicas que serían largas de explicar, el sonido salió del micro a través de otra cosa y por eso mi voz suena así. El tema es una improvisación que luego retocamos a nuestro gusto.

¿Os gusta sorprenderos haciendo cosas que no esperabais? ¿Es solo entonces cuando una canción hace realmente “clic”?

Cada vez que nos juntamos es con la apertura mental de probar cosas, pero no necesariamente de encontrar algo nuevo. Tan solo se trata de intentar. Eso es lo emocionante de tocar, el no saber con qué sonido conectarás y lo que acabará saliendo.

Pareces muy protectora con todo lo que rodea a tu creatividad. Después de “Devotion”, seguramente recibiste ofertas para colaboraciones, pero en tu página de Discogs solo encontramos un crédito posterior al álbum que no pertenezca a un disco tuyo: aquella “Today” que grabaste con Mura Masa (la que colabora con Mistah F.A.B. es otra Tirzah). Es como si quisieras preservar la pureza de tus instintos.

Tampoco me llamaron para muchas cosas. Pero, de todos modos, no habría tenido mucho tiempo: después de “Devotion”, no dejamos de tocar y tocar con el disco, y a mitad de todo aquello empezamos a componer “Colourgrade”. Para mí ha sido un viaje constante.

“Lo que pasa en la habitación mientras creamos debe permanecer ahí. Siempre nos ha gustado incluir los sonidos de la habitación o del mundo exterior, o lo que sea que capturemos sin querer. Cuando los quito, la canción deja de tener el mismo sentido. Si tu canción es simple, esos pequeños elementos tienen un gran impacto”

En apariencia, Kwake Bass (compañero de Tirzah, para más señas) y Dean Blunt trabajaban también en el estudio alrededor del mismo tiempo y compartisteis ideas. ¿Puedes darnos algún ejemplo?

Mientras estábamos empezando a componer “Colourgrade”, Kwake y Dean estaban trabajando un poco aquí y allá, quedando para hacer sus propias improvisaciones. “Recipe”, básicamente, está basada en algo que ellos habían compuesto. De hecho, todavía no habían empezado a trabajar en “BLACK METAL 2” (2021); fue como año y medio antes de aquello.

¿Hay algún sonido o artista que, aun no siendo evidente, marcara la creación de “Colourgrade”?

Todos nos pasamos todo el día filtrando influencias como en una especie de ósmosis. Mentiría si dijera que nada me influye. Obviamente, hay cosas que lo hacen, pero me cuesta señalar algo en concreto. Puedo decir que me gusta mucho la música de Klein. Y que no paro de oír a D’Angelo y Erykah Badu. Eso es lo que me viene a la cabeza ahora mismo. ¡Hay tanta música!

“Devotion” tiene sus momentos clubby, o de música de club deshuesada. Esos instantes son más raros de encontrar en “Colourgrade”. ¿Puede tener que ver con el cierre de las salas por la pandemia?

Puede ser que haya influido, pero todo está también muy dictado por lo que Mica pone sobre la mesa. Qué beat ha compuesto, qué pista ha compuesto… Y también por lo que Mica y Coby hacen cuando están tocando juntos. Yo no puedo hacer mucho por traer el club a mis voces. (ríe de nuevo, contagiosamente). Lo que hago con ellas está dictado por nuestro esfuerzo colectivo.

Desconexión digital. Foto: Clare Shilland
Desconexión digital. Foto: Clare Shilland

En los últimos años, Mica ha destacado como autora de bandas sonoras, como las de “Under The Skin” (2013), “Jackie” (2016) o “Zola” (2021). ¿Dirías que esa forma de componer se ha filtrado en el disco de algún modo? Desde luego, tiene momentos con un aura cinematográfica.

Sus diferentes proyectos comparten muchos elementos y es probable que algo de su música de cine se haya filtrado aquí. Pero lo que nos quedamos siempre significa algo para mí también. Los sentimientos que Mica evoca deben resultarme interesantes o familiares. A veces lo son de forma inmediata: en cuanto escuché la pista de “Colourgrade” supe que quería hacer algo y que iba a ser un tema importante del disco.

Le acabó dando título y sirviendo como apertura. En ese corte te oímos haciendo armonías con una voz robótica, pero, al parecer, no eres de esas artistas que encuentran la tecnología algo fascinante. Y te alejas de ella en tu vida. Odias los móviles, por ejemplo.

Yo diría que esa voz es más una presencia alienígena (ríe). Pero es cierto que puede pasar por robótica. Es algo, digamos, como de otro mundo… No estoy metida a fondo en el tema de los extraterrestres, pero estoy muy abierta a lo Otro y siento aprecio por los territorios desconocidos.

“Tus hijos están en tus pensamientos y en tu cabeza todo el tiempo, así que, toques el contrabajo o cantes, tus sentimientos hacia ellos se van a filtrar de alguna manera. Y cuando compones es lo mismo. Pero no, en realidad nunca me senté a componer un disco sobre la maternidad”

Las canciones de “Colourgrade” se compusieron tras el nacimiento de tu primer hijo y poco antes del nacimiento del segundo. Sé que no quieres que “Colourgrade” se lea como un disco de maternidad, pero a veces es inevitable: léase la letra de “Beating”. ¿Ser madre no ha cambiado tu forma de componer o cantar?

No de forma consciente. Tuve las mismas sensaciones que haciendo el primer disco. Había desafíos prácticos, pero por lo demás todo fue igual. Tus hijos están en tus pensamientos y en tu cabeza todo el tiempo, así que, toques el contrabajo o cantes, tus sentimientos hacia ellos se van a filtrar de alguna manera. Y cuando compones es lo mismo. Pero no, en realidad nunca me senté a componer un disco sobre la maternidad. Está presente sobre todo en al artwork, en el que quería recalcar la distancia casi cómica entre la idea espiritual de la maternidad y lo que significa en realidad ser madre: ¡estar lavándose y lavando niños y ropa todo el tiempo!

¿Qué podrías contarnos sobre los vídeos del álbum? Parece gustarte que la gente interprete tus canciones como desee, pero, al diseñar un videoclip, en cierto modo estás imponiendo una visión de la misma. Es difícil disociar las canciones de los clips. ¿No tienes dudas al respecto?

Lo que pasa es que, en realidad, soy una persona bastante visual (antes de cantar trabajaba en una compañía de diseño gráfico). Encuentro placer en asociar las canciones con imágenes. Si mejoran o estropean las canciones, eso depende de cada mirada. Elegí a Leah Walker como nuestra directora de arte porque conectaba con su visión de las cosas, con cómo observa a través de su cámara, ya sea en foto o en vídeo. Sabe transformar mis pensamientos sueltos o sentimientos en imágenes sugerentes. En el caso del vídeo de “Hive Mind”, trabajó con la artista Rebecca Salvadori, como en otras ocasiones. Pero es Fleur Melbourn quien dirige el vídeo de “Tectonic”. La descubrí hace años y su trabajo me vino a la cabeza para esa pieza.

Hace poco te mudaste a la tranquila Sidcup, en el sur de Londres. ¿Qué efectos tendrá este cambio de paisaje en tu música?

No lo sé. En realidad, casi todo lo que hago se basa en lo que sucede cuando Mica, Coby y yo estamos juntos en una habitación. Es el aquí y el ahora. A veces llevo algo preparado a las sesiones por si sirve como punto de partida, pero no siempre lo es necesariamente. Estoy segura de que afectará de algún modo. Pero el proceso de hacer música juntos se ha convertido casi en un contexto propio autónomo. ∎

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