Aún no tiene disco, pero los videoclips de YEИDRY rozan el millón de visualizaciones en YouTube (alguno, incluso lo supera). ¿Estrella en ciernes? Por ahora, dejémoslo en una artista que ha logrado que unas pocas canciones digan mucho de su visión del pop latino y del futuro que, quizá, le espera a la vuelta de la esquina.
En el momento de escribir estas líneas, YEИDRY cuenta apenas con cuatro canciones publicadas –su quinto single, una tema en inglés con participación de Damian Marley, es inminente–, pero Yendry Fiorentino (sin caja alta ni “n” invertida) no es precisamente una recién llegada a la escena musical. Nacida en Santo Domingo y criada mayormente en Turín, lleva casi una década militando en distintas formaciones, desde combos de canción y jazz al grupo de electrónica y trip-soul Materianera, con el que llegó a editar un álbum, el no muy lejano “Abyss” (Control, 2018). Una exploración un poco más profunda (pero no mucho más) en su trayectoria también desentierra algún single prefabricado para la radiofórmula y, claro, su participación, en 2012, en el “X Factor” italiano. Un detalle biográfico-curricular en el que ni ella ni su entorno desean ahondar; algo que quedó claro nada más sentarnos a realizar esta entrevista, que tuvo lugar en una fugaz visita a Barcelona de la cantante, llegada directamente desde Los Ángeles. Cuando le pregunté, para romper el hielo, cómo ha ido el viaje, su mánager anglosajón intervino raudo, demostrando un inesperado conocimiento de la polisemia castellana: “Podemos hablar de su viaje (“journey”) artístico, pero dejemos el ‘talent show’ de lado, ¿vale?”. La incómoda extrañeza de la situación duró apenas un instante, pues YEИDRY demostró enseguida que es una interlocutora próxima y cordial, pero me queda la sensación de que, en su caso, tanto celo resulta innecesario.
La percepción que el público tiene de los músicos propulsados por programas de televisión ha cambiado notablemente de un tiempo a esta parte; no hay más que pensar en los casos de Amaia, en España, o de Mahmood, que fue compañero de promoción de YEИDRY en “X Factor”. Y basta con escuchar sus canciones recientes –particularmente, las estupendas “Barrio” y “Nena”, R&B latino de producción aventurada y emotiva interpretación vocal–, ver su magnética y justamente celebrada aparición en “COLORS” o, sencillamente, presenciar cómo despliega su discurso para darse cuenta de que nos hallamos ante una artista que tiene las cosas claras. Otros se hubieran quemado después de rebotar en tantas esquinas de la industria del espectáculo, pero YEИDRY ha salido del lance resolutiva, sabiendo que la única manera de brillar era cogiendo las riendas de su trayectoria y cuajar un proyecto a su medida; algo que solo pueda representarla a ella y a su historia: “Yo soy mi propia dueña / y confío en mi fuerza”, canta en “Barrio”, emancipándose de una relación tóxica que bien podría extrapolarse al sector discográfico. Las cartas que ha puesto sobre la mesa hasta el momento invitan a seguirle el juego y contemplar en directo cómo se fragua su gran salto.
No es muy frecuente que una artista logre definir un hilo conductor de su obra con solo cuatro canciones. Pero, en tu caso, toda tu música parece un itinerario para reivindicar tus raíces dominicanas. Habiendo crecido en Europa, ¿cómo fue para ti este proceso?
Pasé mi infancia y mi adolescencia tratando de integrarme, de sentirme italiana por encima de todo. Pero llegó un momento en que sentí ganas de conocer de dónde vengo y quién soy en realidad. Antes, cuando viajaba a Santo Domingo, me quedaba con mi familia y apenas visitaba la isla. Pasaba los días en casa, escuchando la música que les gustaba a ellos: salsa, merengue, bachata, también reguetón… Me gustaba, pero la escuchaba de forma pasiva. Entonces, hace cinco años, decidí visitar el país yo sola, y ¿sabes qué es lo que más me gustó? Que fue una experiencia muy rara. Porque me sentía en casa, pero me di cuenta de que para los dominicanos yo soy una extranjera; lo mismo que me sucede en Italia. Fue entonces cuando decidí que mi música debía reflejar la mezcla entre dos mundos, ese limbo en el que vivo permanentemente.
Con tu anterior banda, Materianera, cantabas en inglés. Y he visto vídeos de actuaciones en los que interpretas estándares de la chanson. ¿Qué fue lo primero que cantaste en castellano?
Siempre me gustó cantar en distintos idiomas. Con el grupo de jazz hacía canciones en inglés, en francés, incluso alguna en portugués. Un día escuché a Sílvia Pérez Cruz interpretando un tema que se llama “Mechita”, que es como un vals peruano, y me encantó. Dije: “Voy a intentar cantar esta canción”, y cuando la hicimos en el escenario, e incluso antes, en los ensayos, se me puso la piel de la gallina. Era la primera vez que escuchaba mi voz musical en español. Mis compañeros también notaron algo, me decían: “Esto ha sido increíble, deberías explorar más ese camino”. Y, desde entonces, empecé a sentir el español como un idioma natural; no solo para cantar, sino también a la hora de escribir letras. Sigo queriendo expresarme en otros idiomas, pero tuve claro que el punto de partida de las canciones que hiciera a partir de entonces debía ser el español.
Cuando decidiste hacer este giro en tu sonido, ¿encontraste alguna reticencia en tu entorno? ¿Tuviste que convencerlos o buscar nuevas alianzas?
No, la verdad es que todo el mundo me apoyó. En el momento de publicar los primeros temas sí estaba un poco nerviosa por ver cuál era la reacción del público, y el amor que empecé a recibir desde lugares muy distintos desbordó mis expectativas. La música que editaba antes… No era yo al 100%, nunca la sentí como algo completamente mío. Pero lo que estoy enseñando ahora son mis letras, mi experiencia, mi vida. Y creo que la gente percibe y valora que pongas el alma en algo.
En la promoción que está llevando a cabo tu discográfica, se destaca el hecho de que tu entrada en escena marca también una apertura en cuestiones de representación racial en la música latinoamericana. ¿Sientes que estás rompiendo algún tipo de barrera?
Creo que sí. Es una de esas cosas en las que, de entrada, no piensas, porque para mí es normal, ¡es mi piel! Empecé a darme cuenta de ello con la repercusión que alcanzó la actuación en “COLORS”: mucha gente, sobre todo dominicanos, me escribió diciéndome que estaba muy feliz, porque al verme por fin se sentían representados; a ellos, a sus rizos, al color de su piel. Y lo cierto es que, aunque resulte incómodo decirlo, es innegable que hay racismo entre los latinos, y República Dominicana no es una excepción. Nosotros somos una mezcla de africanos, europeos y del pueblo nativo, los taínos. Eso se nota también en la música tradicional dominicana: la más antigua, el “palo”, nada más que percusión y voz, es una herencia africana. Pero hay personas que quieren negar esa diversidad, y me entristece. Cuando pones la televisión, no aparecen más que blancos. Pero sales a la calle y lo que encuentras allí es diferente, todos estamos mezclados. Yo quiero ver reflejada una sociedad real, y, por suerte, creo que hay una nueva generación que está poniendo en valor justamente eso.
En tus últimas canciones se percibe claramente la mezcla de sonidos latinos y anglosajones. En cambio, no logro detectar ninguna posible influencia italiana. ¿Cuál es tu relación con la música que se hace en el país donde creciste?
Tienes razón, es una vía que no he explorado demasiado. Mis abuelos son de Puglia, una región del sur, y ellos escuchaban mucha canción napolitana, que se basa sobre todo en melodías vocales (tararea una tonada). Creo que algo de eso sí se refleja en lo que hago. Por otro lado, aunque hablo italiano perfectamente, nunca me ha gustado cómo suena mi voz cuando lo canto. ¡Aún no he encontrado mi sitio allí!
¿Y la escena contemporánea? En Turín se celebra el festival C2C, uno de los más interesantes en cuanto a programación de electrónica. ¿Lo has frecuentado?
¡Claro! Si no fuera por él, sería muy difícil que artistas como James Blake, Jamie xx, Kelsey Lu o slowthai actuasen en la ciudad. A todos ellos los he visto allí, y esa es la música que más escucho. Esa influencia se está notando cada vez más; en los últimos años está saliendo una escena más experimental, que rompe con el pop más convencional que se hacía antes.
¿Te refieres a nombres como Liberato, por ejemplo?
Exacto. Liberato es fundamental. Yo lo vi aquí, en Barcelona, cuando actuó en el Sónar… ¿Tú también estabas? ¡Fue increíble!
En otras circunstancias, seguramente ya te habríamos visto en concierto, pero la pandemia ha hecho que eso, de momento, sea imposible. ¿Cómo quieres que sea un directo de YEИDRY?
Hasta ahora, las actuaciones que hemos hecho han sido sobre todo electrónicas. Para la edición en streaming de South By Southwest grabamos una actuación en Nueva York, y ahí sí tuvimos batería, bajo, teclados y percusiones, que me encantan, y es algo que puedo traer de la tradición latina. Tengo claro que, en todo lo que haga, siempre habrá sintetizadores y percusión, orgánica y también electrónica. Y cuando pueda hacer un concierto más grande, me encantaría tener una sección de metales. Quiero presentar un sonido de banda, como el que tenía Amy Winehouse… ¡Ay! No veo la hora de volver al escenario.
Hasta ahora, solo has sacado singles, pero has dicho en alguna ocasión que el formato que realmente quieres para tu música es el LP. ¿Sabes ya qué forma tendrá tu debut?
Ahora mismo estoy viajando mucho y conociendo mucha gente, pero llegará un punto en que tenga que recapitular todo el material que he ido acumulando y ver qué sentido cobra cuando coloque una canción junto a otra. Sé que habrá un concepto que las una, porque, como te decía antes, todo parte de mi experiencia personal. Pero quiero permitirme experimentar con distintos estilos, hacer una canción indie, otra más pop, y que la siguiente sea jazzy. Me encanta lo que logró Naty Peluso en su último disco: allí tienes un tema reggaetonero, luego otro de salsa, uno muy melódico… Eso es lo que me gustaría hacer. Habiendo crecido en dos partes del mundo muy distintas entre sí, es lo que tiene más sentido para mí.
Si estás ahora mismo en Barcelona, ¿es porque planeas colaborar con alguien aquí?
No me va a dar tiempo. Pero creo que volveré pronto, porque hay mucha gente aquí con la que me gustaría trabajar…
¿Por ejemplo?
Alizzz; creo que es un gran productor. Y Naty, claro. Me encantaría conocerla, porque creo que tenemos cosas en común, y una visión parecida de la música.
En “Barrio”, la protagonista de la canción dice escuchar su salsa favorita en la radio. ¿Cuál es la “salsa favorita” de YEИDRY?