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Firma invitada / Otres

Prohibido bailar

31. 12. 2020

Disculpe, o sea, solo estoy mirando, pero no, o sea, ¿cuál es el mejor lugar para ir?”, pregunta Nathan Maloney, un adolescente que, a espaldas de sus padres, ronda las calles del Gay Village de Mánchester por primera vez. Es en la serie británica de culto de Russell T Davies “Queer As Folk” de 1999. A pesar de lo mal que ha envejecido la serie considerando la importancia que tuvo en su momento, algunas personas nos hemos encontrado alguna vez en la situación de Nathan, en la de Damon Richards de “Pose” o en la de A-Qing, de la novela “Crystal Boys” (Pai Hsien-yung, 1983): en busca de un lugar donde pudiéramos ser quien somos sin necesidad de explicarnos o disculparnos. Para Nathan, ese lugar era el Gay Village; para otres, sin necesidad de recurrir a la ficción, podría haber sido el Loft de David Mancuso o Shakedown, un club de los 00 del sur de Los Ángeles para disidentes sexuales racializadas negras. Espacios de encuentro, de cuidados, de resistencia.

Hemos visto, en estos tiempos de pandemia, cómo muchos de estos espacios del sector del espectáculo y los eventos han sido vulnerados hasta una situación crítica con denuncias como la campaña “¿El último concierto?” o el movimiento Alerta Roja Eventos. Algunos eventos, como el Cuarentena Fest, Club Koi o Shop Heav3n, entre otros, dieron el salto al espacio online y virtual organizando fiestas en directos de Instagram, vía Twitch o en YouTube. “Queríamos algo que pudiera unir a la comunidad en tiempos de pandemia. No creo que los eventos virtuales puedan reemplazar los eventos físicos. Sin embargo, creemos que son un buen sustituto mientras estamos en esta pandemia global, como una forma de mantenerse a salvo y poder conectar aún con la gente”, nos dicen Tyler Shepherd y Gannon Baxter, de Subculture Party, un evento para jóvenes creado por jóvenes, inspirado en la individualidad y la expresión, un espacio donde todes son bienvenides y prima la libertad artística.

Subculture Party nació en OrangeCounty, el hogar de Tyler, que, inspirado de las fiestas de L.A., organizó con Gannon (que es de L.A.) su primer evento el 12 de octubre de 2018 en El Rincón, un pequeño restaurante mexicano en Downtown Santa Ana que transformaron en una “plétora de reinos de fantasía con revestimientos de paredes decorativos, accesorios y disfraces”. “Queríamos llevar a la gente a otro reino, escapar de la realidad por una noche”. El evento fue bien acogido, pues recibió más de 180 RSVPs, y desde entonces empezaron a organizar eventos mensuales. Al crecer, trasladaron la fiesta a Commissary Lounge, en Orange County, además de organizar fiestas en L.A desde octubre de 2019 con una residencia en CatchOneLA, “un lugar icónico propiedad del colectivo LGBT+ que fue pionero de los espacios seguros para la vida nocturna queer en los años 70. Así que nos sentimos muy honrades de formar parte de eso. CatchOne terminó convirtiéndose en nuestro hogar”. En una entrevista cuentan que, desde la primera fiesta, han estado viendo caras recurrentes que ahora son asistentes habituales de Subculture Party que han tejido una red de personas que, como elles, buscaban un espacio al que pudieran pertenecer, aunque fuera unas horas.

Dadas las circunstancias de este año, Subculture Party decidió hacer sus eventos online el 18 de abril, con la plataforma Zoom (ID 420-777-8888, contraseña 15 minutos antes del evento). La fiesta se configura con músicas, performers que ambientan el evento online, presentadores que animan la fiesta y moderadores en el chat para asegurar un espacio online “seguro” donde “nadie pueda decir nada lleno de odio o hiriente”. Les invitades, si lo desean, aparecen en el spotlight, donde centenares de personas se presentan maquillades, vestides para la ocasión bailando al ritmo de sets de artistas como Dorian Electra, Glitch Gum, Alice Longyu Gao o Melissa Brooks. En el chat, un lugar donde comparten los IDs de las canciones, animan al DJ o conversan entre elles. En muchos de los eventos se organizan recaudaciones para proyectos como “The Okra Project”.

“Estamos muy agradecides de que nuestra comunidad se haya expandido de la forma en que lo ha hecho durante los últimos meses. Ha sido increíble ver a tanta gente acudiendo a los programas online cada semana. Hemos podido trabajar con muches de nuestres artistas favorites, con les que nunca hubiéramos soñado poder trabajar y que son de todo el mundo. Ha sido tan genial que estamos ansioses por ver adónde nos lleva el futuro”.

Estos últimos meses, he performado varias veces en vivo desde mi ordenador, y desde mi cocina de Madrid y Subculture Party se ha convertido en ese espacio de refugio que anhelaba en tiempos de pandemia, un espacio de resistencia y de cuidados a distancia: la casa de Evangelista de Damon Richards, el New Park de A-Qing o el Gay Village para Nathan, quien descubriría más adelante que esa noche había encontrado su lugar y a su familia elegida. ∎

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