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“Malcolm & Marie” (Sam Levinson, 2021).
“Malcolm & Marie” (Sam Levinson, 2021).

Informe

Cine confinado

Las situaciones excepcionales derivadas de la maldita pandemia han irradiado irremediablemente la materia audiovisual reciente. La enésima prueba de ello es el estreno de “Malcolm & Marie” (Sam Levinson, 2021), drama romántico rodado en un único set con Zendaya y John David Washington como pareja protagonista. Nada nuevo bajo el celuloide: el cine ya había presentado diferentes historias confinadas, como certifica la siguiente lista.

09. 02. 2021

No se tenía que ser muy avispado para vaticinar la corriente que regaría la ficción durante la pandemia. Protocolos estrictos, presupuestos adelgazados, historias mínimas alimentadas por limitaciones de toda índole... En definitiva, que la incertidumbre generalizada y la nueva realidad golpeando la psique creativa han tenido un impacto notorio tanto en la forma de hacer cine (su aparato logístico adaptado a las nuevas exigencias sanitarias) como en un corpus que no es impermeable a preocupaciones, temáticas y realidades circunscritas a lo vivido en los últimos meses.

Hay ejemplos de ello en todas las modalidades de la ficción audiovisual (videoclips, cortos, series y cine), y parece que seguirán proliferando mientras las vacunas no terminen con la pesadilla. La última muestra sale de los dominios de Netflix. “Malcolm & Marie” es el fruto de la inspiración de Sam Levinson, hijo del respetable Barry, y creador de la serie “Euphoria” (2019-), y de la insistencia de su gran descubrimiento, Zendaya, por rodar una idea surgida en los tiempos de confinamiento domiciliario. Lo nuevo del tándem de “Euphoria” se rodó aprovechando el parón en la producción de la segunda temporada de la serie de HBO, comprometiéndose con los protocolos de seguridad californianos del COVID-19 y sin salir de Caterpillar House, una casa privada en Carmel.

En definitiva, una nueva propuesta que, al margen de su calidad, se suma a una lista en la que directores de distintos pelaje han abordado historias enclaustradas a lo largo de toda la historia del cine...


El ángel exterminador

Luis Buñuel > 1962

La catedral de la ficción confinada. La obra maestra de Buñuel sigue brillando por su radicalidad y la impecable alegoría alojada en un relato que cumple casi 60 tacos. El director aragonés lanza otro correctivo contra las clases pudientes mediante esta parábola sobre la inmovilidad, el conformismo, los ricos y sus burbujas planteada mediante una cena de alto copete donde los comensales, por alguna extraña razón, son incapaces de abandonar el lugar. Material imprescindible del séptimo arte que influiría a un granel de directores.

Canino

Yorgos Lanthimos > 2009

Otra parábola, esta para señalar la decadencia occidental, los marcos de significado “regulados” y una vuelta al mito de la caverna de Platón a través de esta familia de clase media-alta griega donde los progenitores preservan la “inocencia” de sus tres hijos aislándolos del exterior bajo los confines fortificados del hogar. El infierno son los otros y, los míos, a puerta cerrada y bajo el marco de una realidad alternativa construida a través del lenguaje... ¿os suena el cuento?

Un Dios salvaje

Roman Polanski > 2011

El perseguido Roman Polanski ha recurrido con insistencia a la narración más o menos enjaulada para dar salida a su genio (“Repulsión” de 1965, “La muerte y la doncella” de 1994, “El escritor” de 2010…). Su última aproximación al tema fue la adaptación de la obra teatral de Yasmina Reza, en la que dos matrimonios, reunidos para hablar civilizadamente sobre un incidente que atañe a sus respectivos hijos, terminan enfrentándose con una subida de tensión considerable. De nuevo, el espacio cerrado como interruptor para atmósferas cargadas. Una olla a presión de efectos imprevisibles.

Perfectos desconocidos

Álex de la Iglesia > 2017

Hay ciertos paralelismos con la película de arriba en esta aproximación a la comedia de enredos por parte del hiperactivo Álex de la Iglesia. Remake del filme italiano “Perfetti sconosciuti” (Paolo Genovese, 2016), aquí la cena entre varias parejas amigas deriva en una velada de infarto, dramas y enredos amorosos in crescendo. El incidente incitador es algo tan inimaginable como depositar los móviles en el centro de la mesa.

Moon

Duncan Jones > 2009

También el fantástico y la ciencia ficción han sido adobo para historias claustrofóbicas y ambientes cargados y asfixiantes. Duncan Jones (el primogénito de David Bowie) debutó con esta sólida cinta de terror psicológico alrededor de los avatares de un minero que trabaja en solitario en la cara oculta de la luna hasta la irrupción de su doppelgänger.

Enterrado

Rodrigo Cortés > 2010

Para historias claustrofóbicas, y de mínima concepción espacial, “Enterrado” se encuentra en el top of mind de muchos –Tarantino hizo una aproximación similar en “Grave Danger” (2005), el doble capítulo especial que dirigió para “CSI” (2000-2015)–. Rodrigo Cortés sumergía bajo tierra, dentro de un ataúd, a un desesperado contratista civil en Irak (Ryan Reynolds) intentando sobrevivir con la única ayuda de un Zippo y una Blackberry con la batería a punto de palmar. Coged aire.

El castillo de la pureza / The Wolfpack

Arturo Ripstein / Crystal Moselle > 1973 / 2015

Otra vez de vuelta a un padre (sobre)protector que intenta impedir el contacto de los hijos con un mundo exterior que asimila como un lugar dañino y corrupto. Si Arturo Ripstein lo abordó en clave de ficción en “El castillo de la pureza” y el encierro domiciliario de la familia Lima, Crystal Moselle se encuentró, por pura casualidad, con una historia muy similar en uno de sus paseos por el Lower East Side cuando entró en contacto con los Angulo, unos singulares hermanos encerrados en su diminuto apartamento por un padre guardián de su libertad, y que pudieron hallar en su pasión cinéfila un respiradero ante una situación terrible. La diferencia con el filme mexicano es que, en su caso, todo era crudamente real.

Relaxer

Joel Potrykus > 2018

La comedia más lisérgica, surrealista y enfermiza ha encontrado también un aliado en los encierros humanos con hedor putrefacto y moho acumulado. El irreverente Potrykus lo llevaba a su estadio más demencial con esta comedia alrededor de un joven que acepta la apuesta de no moverse del sofá de su ruinoso apartamento hasta que no alcance el nivel 256 del Pac-Man. La absurdidad del challenge hasta sus últimas consecuencias.

Cube

Vincenzo Natali > 1997

El precedente de los escape room citaba a seis personajes en un complejo laberinto de habitaciones cúbicas infestadas de trampas mortales. El canadiense Vincenzo Natali resolvía con acierto este intrigante y terrorífico puzle, inspirador de infinidad de títulos posteriores como “Saw” (James Wan, 2004) o “Exit” (Stuart Hazeldine, 2009), que vuelve a cobrar vigencia con un remake japonés de cercano estreno.

La ventana indiscreta

Alfred Hitchcock > 1954

El maestro del suspense también lo era de las historias incrustadas en espacios de movilidad reducida. Una estudiada arquitectura del espacio de la que extraía grandes cargas de tensión, misterio y terror. Si la “La soga” (1948) sigue ocupando temarios en las escuelas de cine, no se queda atrás “La ventana indiscreta”: ese lisiado James Stewart dando rienda a su olfato detectivesco para desenmarañar, desde el encierro convaleciente en su casa, un supuesto asesinato al otro lado del patio de vecinos. El placer voyeur imbricado en el relato detectivesco y sin salir del espacio único. Clásico indestructible. ∎

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