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Noche de gala para Ferran Palau, que con su consolidada propuesta pisaba por primera vez el imponente escenario del Palau de la Música de Barcelona, en la presentación de su nuevo disco, “Joia” (2021), en la inauguración del festival Guitar BCN. Rodeado por familia y amigos, tuvo palabras especiales de cariño para su amada Louise Sansom –compañera vital, fundadora del sello Hidden Track, y componente también del grupo Anímic, ahora en stand by–, su hijo Leo y sus padres, a los que, según dijo, les hacía mucha ilusión verlo en un escenario de tanta categoría. A ellos les dedicó la canción final, “El meu lament”, su única incursión en el ya añejo “Santa ferida”. Y no es que el disco sea muy viejo –data del 2015–, pero es de antes de su reconversión al pop metafísico que tanta fama y prestigio le ha dado. Tres álbumes en concreto –“Blanc” (2018), “Kevin” (2019) y “Parc” (2021)– que lo han aupado no ya solo a la vanguardia del pop catalán, sino de la mejor música alternativa de la piel de toro.
De la mano de su inseparable primo Jordi Matas, a la guitarra y los teclados, y de su gran colega y amigo Joan Pons, percutiendo una batería minimalista y haciendo coros, el de Collbató contó en esta ocasión con un nuevo bajista y teclista, Jordi Bosch, en sustitución del habitual Dani Comas. No se notó el cambio y parecía que formase parte de una familia musical muy unida, que responde como un resorte y se sabe de memoria un repertorio que, recurriendo a lo esencial, ha construido un universo propio, y nunca mejor dicho, ya que una de sus canciones más redondas y epítome de su sonido se llama “Univers”, que, tal como dice la letra, es como si evolucionara a cámara lenta. Y no tiene problema en despachar tanto esta como “Kevin” al inicio del concierto, dejando claro que con su equipo de incondicionales han creado un sonido moderno, reconocible y adictivo.
Es un pop minimalista que se refleja en los “mi, mi, mi” que adornan “Què serà de mi?”, con un ritmo trip hop que contrasta en directo con un arreglo de guitarra con cierto aire de swing. En la siguiente, “Flora”, hace gala de unas maneras que están entre el canto y el recitado, sobre una marejada de teclados totalmente synthpop. La combinación entre caricia sintética y un preciso arreglo de guitarra jazzy convergen en “Reflexe”. La guitarra de Matas esculpe también un adorno precioso en la luminosa y frágil “Lluny”, realzada por unos coros soul de Pons.
Palau es un consumado maestro en el juego de palabras, en la poesía del contrasentido que emana de “Perdó”, en la que canta “deixes que me’n vagi, però t’abraces a mi” y “crema tan de pressa com a poc a poc”; o en “Blau”, cuando repite “mai en tinc prou amb un de sol”, sin que sepamos a lo que se refiere exactamente, a la manera de un desconsolado crooner indie en sus “wee hours”.
Llegado el momento de “Joia” salieron las chicas, musas del sello Hidden Track –Yudi Saint X, Anna Andreu, Carlota Flâneur, Maria Hein, Iris Deco, TWIN– y amigas –Anna Romeu y Valentina Rissi– rodeándolos a él y a Jordi Matas. Vestidos todos con tonos que iban del anaranjado al blanco, parecían miembros de una secta, con Palau en medio, a lo Osho con gorra, blandiendo una guitarra acústica para desgranar una pastoral folk que empezó con “Primavera”. Los coros ayudaron a elevar unas canciones sencillas, que tienen sus puntos álgidos en la titular “Joia”, un “Casa’t amb mi” que recuerda a las canciones prístinas de Iron & Wine, un “Fotos” que ganó con el añadido de las armonías vocales, y un celestial “Trenca’m” que sirvió para dejar claro que puede ser nuestro Sufjan Stevens.
El final de fiesta, de nuevo con la columna vertebral de El Petit de Cal Eril, supuso un triunfal repaso a “Blanc”, con el desmayo lynchiano de “Serà un abisme”, un “Tornar a començar” que es como si flotara en el éter y un “Cavall blanc” drónico que parece surgido de un mundo paralelo. El clímax corrió a cargo de “Amor”, sonando igual de bien sin recurrir a la voz vocoderizada y con una esponjosa línea de bajo hiperfunk. De propina, la canción de amor zen “Cel clar”, rúbrica de la filosofía ganadora de Palau: menos es más. ∎