El misterio de la música.
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Godford: la música rave como espacio no binario

La penúltima sensación de la electrónica francesa basa la creación de su música, borracha de anhelo, en unas atmósferas, unos sentimientos y unas vibraciones que perduren en el recuerdo. Y lo consigue. Hablamos con él antes de que el fenómeno estalle definitivamente y a escasos días de su debut barcelonés de la mano de Astin (Apolo), donde actuará el 2 de abril.

“Siento que estoy en medio de ese puente que une lo inocentemente romántico con la rave. Nunca he querido escoger entre una cosa y otra. Para mí, la música en general es un lugar no binario donde todo el mundo puede expresar sus más profundos sentimientos”. La promesa electrónica parisina Godford, tan parca en palabras como sugiere toda su presencia online, también tiene muy claro qué quiere transmitir. Si te flipan The Blaze, si ya te ha saturado Fred again.. con dos álbumes en un año, si opinas que el último disco de Bicep merecía estar en las listas de lo mejor del año de todas las publicaciones y, en fin, si crees que los franceses son los mejores a la hora de transmitir puro SENTIMIENTO acompañado de un buen beat cuatro por cuatro, entonces deberías estar alerta a los próximos movimientos de este artista en ebullición.

“En la música siempre me he sentido atraído muchísimo por todos los sentimientos que tienen que ver con la nostalgia y lo romántico. Me encanta combinarlos a través de una producción electrónica y de una profundidad que induzca a la hipnosis”, explica por email, como ya imaginaba que iba a desarrollarse esta entrevista. “Creo que toda esta fascinación por los recuerdos y la memoria tienen que ver con las canciones que escuchaba cuando era más joven. Hablo de artistas como Frank Ocean, Phoenix, Moby, The xx y tantos otros. Siempre he pensado que este proyecto tenía que ser muy fiel a esa influencia adolescente, con un sonido genuino con lo que soy y he sido. Ese es mi enfoque a la hora de trabajar en una canción”.

Con todo, sería injusto reducir su música a ese elemento nostálgico, pues sus canciones poseen una gran variedad de sentimientos y humores. Es en la colisión de sonidos y moods diferentes donde Godford siente que está a gusto. “Me fascina mezclar elementos que a priori no parecen encajar. Sin embargo, a través de la producción consigo que se emparejen temáticamente de una manera que me emociona. Pueden ser acordes más propios del indie rock bajo unas voces de house y con uno elementos hip hop en la mezcla”. Uno de sus últimos hits, “Say My Name”, es buen ejemplo de todo esto.

“Say My Name”.

Como decíamos, en estos dos últimos años en los que ha podido lanzar un par de álbumes (“Non Binary Place”; Second City Prints, 2021, fue el primero) y una buena ristra de sencillos, Godford ha mostrado un arco evolutivo que le ha llevado en su segundo LP, “I YOU SHE” (Unity, 2021), a una oscuridad y agresividad que no se observaba antes. “Esta vez he intentado llevar un poco más allá la exploración de sonidos y de sentimientos. Me encanta la energía que puedes encontrar en un tema de techno o en un ritmo roto. De ahí salen ‘The Beast’ o ‘I You She’”. Hablando de “The Beast”, viene a la cabeza toda esa idea sobre lo no binario que anida en su música, que aquí se extiende hasta el enfoque vocal, francamente andrógino. “Esas voces son mías. Con ello no digo que cante en todas mis canciones, pero sí en varias. Tratar las pistas vocales para mí es la parte más técnica. Me encanta transformar una voz tocando formatos y jugando con el ‘pitch’. Con la tecnología puedes transformar completamente los sentimientos que hay en una voz, y eso es algo que me fascina”. Cualquiera diría que, tratando con tantas emociones a flor de piel, con ese torbellino de sentimientos, Godford concibe la creación música como algo terapéutico para gestionar su salud mental y liberar todo lo que lleva dentro. “Para mí es ciertamente más liberador que terapéutico. Definitivamente, cuando lo expresas ya no está en tu interior de la misma forma que antes. Para mí la parte terapéutica de este trabajo es centrarse en crear música, pensar en mi directo, en mis visuales, etc. De algún modo me sana crear ‘moods’ en los que me encanta estar”.

“The Beast”.
Artista francés de los pies a la cabeza, Godford tampoco esconde sus influencias en este sentido. “La música electrónica de mí país ha sido capital para construir mi visión artística. Tengo muchas influencias y vienen, desde luego, de Daft Punk, pero también de toda la escena indie rock y alternativa encarnada por bandas como Phoenix y Air”. Lo que también parece serlo es el enfoque de “menos es más”. Su manera de expresar todos esos sentimientos complejos y turbulentos a través de la repetición y los loops. “Un gancho repetitivo con arreglos interesantes pero simples es una parte potente de mi fuente de influencias. Canciones como ‘Four To The Floor’, de Starsailor remezclada por Thin White Duke (Stuart Price), o ‘In Love With You’, de The Paradise, usan ese tipo de producción. Eso es lo que me inspira”.

La máscara engalanada con perlas que se ha convertido en su seña de identidad.
La máscara engalanada con perlas que se ha convertido en su seña de identidad.

Godford –un artista cuya popularidad ha empezado a crecer durante este largo confinamiento y que es consciente de que la música electrónica se basa en la conexión entre personas– no lo ha tenido fácil en una de las épocas más aisladas y solitarias de nuestra historia reciente. Por eso aprovecha cualquier momento para conectar con su fans. “Siempre sienta de fábula recibir ‘feedback’ de la gente cuando lanzas un disco. Comprobar que tu música puede emocionar a alguien y que se convierte en un potente recuerdo para esa persona es un sentimiento muy poderoso. Soy una persona bastante reservada y me encanta la calma, por lo que salir de mi zona de confort y conocer a la gente en mis shows me ayuda muchísimo”.

Parece que llega el momento de hablar sobre el elefante en la habitación, esa máscara engalanada con perlas que se ha convertido en su seña de identidad. Detrás de ella está Anastasia Pilepchuk, con quien trabajó mano a mano para encontrar el truco de magia para esconderse de una manera artística. No es el primero ni el último que lo hace, y menos en la escena electrónica, pero es una artimaña que se agradece en unos tiempos en los que poco se deja a la imaginación, en los que cada vez se está perdiendo más el misterio en la música. “Hoy en día es difícil ser un artista musical y estar en las sombras por lo que se refiere a las redes sociales. En paralelo, me encanta estar en contacto con mi público, así que tenía que encontrar una manera de esconderme un poco, pero a la vez estar presente en redes sociales para poder compartir con la gente a la que le gusta mi música y demás”. Dice Godford que todo esto de la máscara también es una reacción al “a menudo molesto ego del arte moderno”. Un punto muy interesante y que invita a preguntarse cómo podrá mantener todo ese misterio a largo plazo con el inevitable crecimiento en popularidad que experimentará el proyecto en los próximos meses. Él prefiere quedarse con que la gente disfrute de su música, experimente unos sentimientos genuinos y saque de la experiencia unos recuerdos. “Lo que es cierto es que la base de fans está creciendo, y eso es algo que me hace sentir superfeliz. Creo que la gente que me sigue disfruta del hecho de que sea anónimo y respeta esto. Veremos qué ocurre en el futuro”. Por lo pronto, el próximo 2 de abril debutará en Barcelona de la mano de Astin, compartiendo programa con una estrella al alza como es la británica TSHA, apadrinada por Ninja Tune y por todo el mundo, desde Annie Mac a Gorillaz. Hay futuro, digan lo que digan. ∎

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