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Micah Davis: más allá del trap, del house y del jazz. Foto: John Marquez
Micah Davis: más allá del trap, del house y del jazz. Foto: John Marquez

Entrevista

Masego: “Ya no me inspira mi pasado, sino lo que pasa ahora mismo”

Más fusión R&B, más hip hop y más toques electrónicos: el traphousejazz se le quedó pequeño a Masego. Cuatro años después de su álbum de debut, “Lady Lady” (2018), el músico jamaicano-estadounidense continúa bebiendo de nuevas referencias sin dejar de lado el saxofón, el instrumento que lo convirtió en uno de los referentes de los géneros urbanos, el jazz y el R&B a nivel mundial.

07. 04. 2022

A Masego ya se le queda corto el traphousejazz, etiqueta creada por él mismo con la que dejaba claras sus referencias e intenciones. Ocho años después de sus primeros pasos en la música, a aquel conglomerado nominal se deberían sumar R&B, hip hop y electrónica más allá del house. Y quedaría siempre abierto, en constante evolución. Esa es la personalidad artística de Micah Davis, el hombre y la mente tras este proyecto: la pura mezcla de estilos y de distintas influencias artísticas. “Ya no hago el ‘traphousejazz’ de la manera tan literal como lo hacía en 2014: ahora es una mezcla mucho más amplia”, afirma, antes de profundizar: “El hecho de que trap, house y jazz sean géneros separados y que me guste unirlos en maneras particulares es la forma en que me apetece acercarme a la música. Mezclar géneros y culturas diferentes en el sonido es lo que me atrae”.

Si sus inicios fueron claves para su desarrollo musical, ahora Masego se alimenta de lo que ve y lo que siente en el momento: “Las cosas de mi pasado ya no me inspiran. Me inspira lo que pasa ahora mismo”, afirma. Por ejemplo, su paso por Barcelona a raíz de su concierto en la sala Razzmatazz el pasado 5 de marzo: “Exploré la ciudad, aprendí sobre el cava, sobre las diferentes tapas. Eso es lo que me inspira. Lo absorbo y sirve para el próximo proyecto”, reconoce. Y esto denota su deseo irrefrenable por la variedad más allá de las fronteras musicales. Su último single, “Yamz”, junto a Devin Morrison, es una fusión de sonidos del R&B más ochentero y noventero llevado a un neosoul contemporáneo tanto en las melodías como en las estética de su videoclip, dirigido por Mac Grant.

Más que un saxo. Foto: John Marquez
Más que un saxo. Foto: John Marquez

Esos primeros pasos en la música, que años atrás confirmaba como su inspiración principal, se remontan a la iglesia donde sus padres eran pastores, en Norfolk, Virginia. Allí lo apodaron Masego –“bendiciones y prosperidad” en tswana, idioma originario del sur de África– y allí descubriría la batería, con la que quedó fascinado y que removió sus inquietudes musicales. En la adolescencia, para impresionar a una chica, aprendió a tocar el saxofón, instrumento que más tarde se convertiría en estrella de su proyecto, como quedó claro en “Lady Lady” (EQT-Caroline, 2018), con el que conseguiría el ascenso a la fama. Quizá el significado de su nombre era augurio para una carrera más que fructífera, basada en canalizar sus preocupaciones y dilemas a través de la música. Una trayectoria, no obstante, muy calculada y en constante relación de aprendizaje con nuevas melodías y disciplinas artísticas.

“El hecho de que trap, house y jazz sean géneros separados y que me guste unirlos en maneras particulares es la forma en que me apetece acercarme a la música. Mezclar géneros y culturas diferentes en el sonido es lo que me atrae”

La música ha sido para Masego una forma de gestionar lo vivido en sus relaciones con mujeres. Lo corrobora “Lady Lady”: “Mi objetivo era hablar de algunas mujeres de mi vida, lo que me inspiraba más en la música. Así que estuve escribiendo sobre mujeres de mi familia y de antiguas relaciones románticas”. De ahí pasó a buscar el equilibrio entre relaciones y citas en “Studying Abroad” (EQT-Capitol, 2020), EP que fue nominado a los Grammy, noticia que recibió de forma inesperada: “Recibí un mensaje de mi mánager. Tuve que parar de montar por un momento y hablar de lo que había pasado y de lo que significaba. Y continué montando a caballo”, comenta entre risas.

Sus influjos traspasan lo estrictamente musical. Pueden incluir un viaje a la animación. ¿Trabaja en ello actualmente? “Más o menos”, contesta en un español con tremendo acento norteamericano. “Siento que todavía sigo aprendiendo sobre animación, pero continúo pensando en ideas, hablando con un montón de gente para salir adelante con ellas”. Todo esto, en una gira exigente, cambiando cada dos días de país. ¿Es posible compaginar la creación musical con el cansancio de un tour?: “Soy una persona multitarea, intento hacerlo todo a la vez. Girar, grabar, viajar, escribir música, tener reuniones… Trato de hacerlo todo. Mucho trabajo”.

Volando hacia el éxito. Foto: John Marquez
Volando hacia el éxito. Foto: John Marquez

El todopoderoso Drake alzó su dedo y lo señaló para samplearlo en su “Certified Lover Boy” (2020). Fue en “Champagne Poetry”, la apertura del disco, un proceso largo, pero, admite Masego, muy emocionante: “Fue increíble estar en la primera canción de su álbum. Creo que Drake está muy metido en la cultura y en cómo puede impactar algo en la sociedad, así que estuvimos en varias reuniones para asegurar que el mensaje llegaba bien al público, y creo que así fue”. Trabajar con alguien de este nivel fue estresante e implicó a un sinfín de intermediarios, pero finalmente todo el esfuerzo mereció muchísimo la pena.

“Exploré la ciudad (Barcelona), aprendí sobre el cava, sobre las diferentes tapas. Eso es lo que me inspira. Lo absorbo y sirve para el próximo proyecto”

Entre sus colaboraciones encontramos a Kaytranada en “Need It” y a Kehlani en “Hate The Club”. Un referente absoluto no solo de su preciado traphousejazz, sino también del R&B y el neosoul actual. Con el saxofón como bandera, un instrumento que apela a la seducción, Masego canta al amor de mujeres mediante un romanticismo fresco, sin sonar recargado ni casposo. La jugada, más allá del éxito en sus relaciones personales, le ha servido para posicionarse como una de las figuras más importantes del R&B, remitiendo a las sensaciones de Anderson .Paak o Stevie Wonder. Y todo esto siendo autodidacta en el instituto y aprendiendo a tocar la batería, el saxofón, la guitarra, el piano y el bajo para, luego, empezar a subir su música a SoundCloud.

Si a este nivel colosal de éxito, incluyendo nominaciones a los Grammy, se le suma una gran capacidad para hacer varias cosas a la vez, la gestión de lo estrictamente personal puede ser muy complicada. “Gestionar el éxito también va de dejar de lado tu teléfono. Cuanto más tiempo pasas con él, empieza a subirte más estrés a la cabeza”, declara, antes de matizar que lo más importante es el entorno: “Todo va de la gente con la que me rodeo. Creo que mis amigos hacen que me mantenga normal y humilde”. La clave, según él, también es hacer una mirada regresiva a aquellas figuras que mantienen tu mente clara en la música: “Paso mucho tiempo mirando a gente que admiro, como Stevie Wonder, Michael Jackson y otros artistas”, concluye. ∎

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