El tercer álbum de
Algiers toma su título de la inquietante novela distópica que el escritor norteamericano Blake Butler publicó en 2011. Y eso, precisamente, es lo que transmite el disco en sus cuarenta minutos de recorrido. Una sensación de amenaza permanente, un desasosiego perdurable, un malestar que no remite. Grabado en el suburbio parisino de Noisy-le-Grand y producido por dos especialistas de la desazón auditiva –Ben Greenberg, de Uniform, y Randall Dunn, de Master Musicians Of Bukkake–,
“There Is No Year” ratifica al grupo estadounidense como imponente abanderado del rock-soul futurista y político, profundizando en la comprometida perspectiva sonora acuñada en
“Algiers” (2015) y
“The Underside Of Power” (2017), sus notables precedentes en larga duración.
Inspiradas por las experiencias que la banda ha acumulado durante veinticuatro meses de gira y propulsadas por la incendiaria lírica del cantante y multinstrumentista Franklin James Fisher, las nuevas canciones del cuarteto proponen otras vías de expansión para el rhythm’n’blues –
“Dispossession” y
“Unoccupied”–, se aferran al credo punk con toda convicción –
“Void”–, exploran en las posibilidades del drone –
“Nothing Bloomed”–, descubren pistas de baile en realidades alternativas –
“Chaka”– y fletan una nueva nave del misterio en
“Hour Of The Furnaces”. Apasionante. ∎