Vuelo en solitario.
Vuelo en solitario.

En portada

Florent y Yo

Principios básicos sin Los Planetas

Fotos: Alfredo Arias

20.06.2023

De las crisis surgen oportunidades, y de la pandemia sacó el guitarrista de Los Planetas, sin buscarlo ni proponérselo, unas cuantas certezas y nueva identidad musical: la suya propia, plasmada en un primer disco en solitario que presenta con el sobrenombre que ha utilizado ya como DJ. Así es el nuevo Florent.

A

las 15:23 del 5 de mayo de 2023, viernes, una alerta en el teléfono indica que la OMS ha decretado el fin de la emergencia internacional por la COVID, algo más de tres años después de su inicio. Ya había desaparecido hace un tiempo de las cabezas de muchas personas, de vuelta a las vidas acostumbradas o a algo medianamente parecido, solo puntualmente interrumpidas por ese recordatorio aún duradero de las mascarillas en centros médicos y farmacias.

Tomando al sol una cerveza en una calle del barrio de Salamanca de Madrid, Florent Muñoz, guitarrista de Los Planetas –además de miembro de Los Pilotos, Fuerza nueva, Los Evangelistas, así como DJ–, recuerda nítidamente aquella época porque de ella y sus forzosas circunstancias nació su primer álbum como solista, bajo el apelativo de Florent y Yo, y de título homónimo.

Aunque no lo ha publicado hasta el pasado mes de mayo, el disco de debut en solitario del cofundador de Los Planetas lleva grabado desde diciembre de 2020, guardado en un cajón hasta que las circunstancias permitieran que viera la luz. Las circunstancias: terminar la gira del último trabajo de Los Planetas –“Las canciones del agua” (2022), que también se grabó en pandemia– y que J, el líder y otro cofundador del grupo granadino, encontrara otro quehacer –ponerle música a filmaciones caseras de Iván Zulueta, por ejemplo– que le diera unos meses libres por delante a Florent. ¿Era su idea inicial? No. Esas canciones debían ser para Los Planetas. Pero si hubo un momento poco propicio para las ideas iniciales, ese fue 2020.

Así es como Florent ha llegado a tener un disco, del que es autor también de la portada y del que se siente “muy orgulloso; por cómo se hizo, porque sea de una naturalidad bestial, por la complicidad con los músicos con los que lo hice, de lo sencillo que fue… Volvería a repetirlo”, asegura, entre risas.

Aunque llega sin ellas puestas, Florent no empieza a hablar hasta que se coloca sus gafas de sol. Lo hace con suavidad y alegría, con sensación de deber cumplido –un deber, eso sí, sobrevenido– y de obstáculos superados, no siendo el menor de ellos el de enfrentarse por primera vez al reto de escribir las letras de las canciones. Un asunto que, como él mismo explica, le generaba más tensiones de lo habitual.

El deber cumplido.
El deber cumplido.


¿Por qué nunca habías escrito letras hasta ahora?

Yo me pongo en el lugar de J y tú me llevas una canción que queda grabada para siempre y que yo tengo que cantar un millón de veces. Si no me gusta te lo voy a decir; y te puede joder o no. Y eso no sería agradable, porque es un curro que tú has hecho de una manera porque lo sientes así; igual has puesto un “te quiero” y el que lo tiene que cantar piensa que es ridículo.

Ha sido miedo al ridículo, entonces.

Nunca se ha dado porque nunca he escrito una letra y se la he dado a J. Pero sí lo he evitado por si podía pasar eso. Y hay otra razón. Si tú eres el cantante y yo te dejo ese espacio libre para que tú hagas lo que quieras con esa canción, me parece maravilloso que la otra persona dé rienda suelta a su buen hacer y su inteligencia. Parece que no, pero escribir letras es un poder. Puedes mandar mensajes muy potentes si realmente quieres mandarlos.

Entiendo que no había posibilidad de que esas canciones que se quedaban fuera “esperaran” a un siguiente disco de Los Planetas.

No se dio esa conversación.


“Quería tener un secreto. Quería que fuera una sorpresa y, además, quería evitar interferencias, intromisiones y opiniones. Claro, eso también tenía una parte mala, porque a lo mejor estaba cometiendo fallos de los que nadie podía advertirme”

Florent



Entonces es cuando decides ir por tu cuenta.

Sí. Le enseño la primera canción que hago a Carlos Díaz, nuestro técnico de sonido, y me dice que le gusta y que continúe escribiendo. Después es él quien me plantea que llame a los chicos de Melange, que ya no funcionaban como grupo, para grabarlas. A ellos les gustó y ensayaron por su cuenta, y como estábamos en una época aún con muchas restricciones por la pandemia, conseguimos grabar el disco en un solo día. El resultado es espectacular porque fue muy fácil entenderme con ellos. Está grabado prácticamente en directo, le dábamos a grabar y que saliera lo que fuera.

¿Y qué te dijeron tus compañeros?

En ese momento sale el álbum de Los Planetas, así que sabía que tenía que esperar. Y pasaba una cosa: no le había dicho a nadie que estaba grabando un disco, ni siquiera a J. Solo a mi mujer y a Carlos.

¿Por qué?

Quería tener un secreto. Quería que fuera una sorpresa y, además, quería evitar interferencias, intromisiones y opiniones. Claro, eso también tenía una parte mala, porque a lo mejor estaba cometiendo fallos de los que nadie podía advertirme. Pero, en fin, que entonces salió “Las canciones del agua”, llegó la promoción y la gira de Los Planetas y tuve que aparcarlo todo. No mezclé el disco hasta el año pasado, y entonces fue cuando se lo puse a J.

¿Y cuál fue su reacción?

Le gustó muchísimo. Las canciones, la música, las letras. J, que escribe de puta madre, que tiene esa facilidad para contar historias… Verte en esa tesitura de enseñarle algo me costaba un poco. Por ver qué me decía, porque J es mi mejor amigo.

Ajeno a las interferencias.
Ajeno a las interferencias.


Tendrías miedo, sobre todo, por su opinión de las letras.

Si a J algo no le gusta se ríe, le da por reírse. Y no, estaba muy concentrado, diciendo lo buenísimo que le parecía. Fue un gran apoyo y, viniendo de J, fue muy importante a nivel personal, como amigos que somos. Que si hubiera pensado lo contrario también me habría dicho: “Joder, Florent, te has pasado, ten cuidadito con lo que haces” (se vuelve a reír).

¿Y si te llega a decir eso?

Pues no sé, tío. Me hubiera dado bastante que pensar. Porque a lo mejor tú crees que estás en el camino correcto y a lo mejor no lo estás, ¿sabes? J es una persona superinteligente y cualquier comentario que te pueda hacer lo va a hacer para apoyarte, no es una persona que vaya a mostrar desprecio o pasotismo en esos niveles. Luego, J es muy suyo, hay que conocerlo y saberlo llevar (risas).

Para ser tu primera vez, ¿qué querías contar?

La primera canción que escribí fue “Aquí paz y gloria”, que es la primera del álbum. El disco gira mucho en torno a aquella época de la pandemia: cómo me sentía yo al estar encerrado, los miedos, las inseguridades… No sabías si se iba a acabar el mundo. Y esta canción habla de esa sensación de no estar a gusto y querer escapar, salir de donde estás. Una búsqueda de nuevos retos y nuevas ilusiones. “Rumba de mi estado de alarma” también habla de eso mismo.

A la hora de presentarse uno solo, lo normal es buscar su esencia, lo que más le define. Tú has tocado otros palos sonoros con los mismos Planetas, con Los Pilotos, con Fuerza nueva. ¿Le has dado muchas vueltas a cómo querías que sonara el disco?

Quería darle un sonido muy rockero, pero sin caer en el tópico. Una revisión actual de todos esos grupos que me gustan. Quería volver un poco a la raíz, ver de dónde vengo. Me propuse escribir cada día un tema. Lo que hacía era levantarme, darme una ducha, bajaba al estudio, escribía un tema, lo dejaba, al día siguiente lo retocaba y ya estaba. Lo hice muy rápido.

En la última entrevista con Los Planetas en Rockdelux, que fue portada de la semana, en enero de 2022, tú decías que ese disco había nacido “del contexto más chungo posible”. Entiendo que, aunque entonces estuviera oculto, estabas hablando también por tu propio disco.

Exacto.


“Quería darle un sonido muy rockero, pero sin caer en el tópico. Una revisión actual de todos esos grupos que me gustan. Quería volver un poco a la raíz, ver de dónde vengo. Me propuse escribir cada día un tema”

Florent



También hablabas del recuerdo de una normalidad “a la que no sé si volveremos”. ¿En tu caso has vuelto?

Yo no he vuelto. Pero creo que he avanzado. Creo que si esta situación tan extrema que hemos vivido ha tenido algo positivo, es que muchos planteamientos que tenía han desembocado en mucha más firmeza, me ha aclarado muchas dudas y he tomado muchas decisiones gracias a esa situación.

¿Como cuáles?

Entiendo la vida de otra manera. Valoro más muchas cosas que tenía cerca, como la amistad, la familia, tu tiempo, ser más selectivo. Todo eso me ha hecho avanzar y no volver atrás. Ya no soy el mismo de antes. También porque uno tiene ya una edad, ves que tu campo de visión de vida se va acortando. Yo tengo ya cincuenta y tantos años, y te planteas que en veinte años igual ya no estás aquí. Tampoco es que crea que me voy a morir ya (sigue riendo). Pero, por ejemplo, cuando volvimos a tocar con Los Planetas lo pasaba mejor que nunca porque llegué a pensar que quizá no iba a volver a hacerlo. Salía a disfrutarlo. Disfrutaba del viaje, de llegar al hotel, de estar con J y los demás, de todo lo que antes era un trámite.

¿Te ha generado una sensación de urgencia por hacer cosas, por dar pasos? Quiero decir, sin pandemia por medio, esas canciones que habías escrito quizá las habrías guardado en lugar de publicarlas.

Muy probablemente. Pero en ese momento pensé: “Si me voy a morir, por lo menos voy a sacar mi disco”.

Es una opinión personal, pero me parecen más interesantes vuestros últimos trabajos por vuestro lado, el de J y el tuyo, que lo último de Los Planetas.

El último disco de Planetas fue bastante complicado de hacer. J quería sacar inmediatamente cada tema que hacía, porque estaba contestando a cosas que ocurrían en el momento. Y para el grupo eso era muy difícil porque no te podías trasladar, te arriesgabas a coger la moto y que te multaran. Luego, cuando nos reunimos para una de las sesiones para grabar aquel álbum, él se encontraba mal y decía que tenía el COVID. Y estábamos todos sin mascarilla, todos tenemos niños, era la época en la que no había aún vacuna ni nada, y nos asustamos. Dijimos: “Vamos a parar esto”. Teníamos hecha la cara B. Y entonces J siguió solo con el disco. Como comentas, si lo pones en una balanza, igual tiene más peso lo que ha hecho J con Zulueta porque tiene más fuerza y lo mío porque es más personal y tiene un sentido. Pero, aun así, el disco de Los Planetas tiene cosas muy potentes.

El equilibrista.
El equilibrista.


Ha sido recientemente el vigesimoquinto aniversario de “Una semana en el motor de un autobús”. ¿Qué recuerdos te ha traído?

Del mes que pasamos en Nueva York, que fue brutal. Verte en la ciudad que has visto en las películas de Woody Allen, con los rascacielos, grabando ese disco tan potente, en Navidad. En lo musical, me trae recuerdos de lo bien que lo hizo Kurt Ralske en la producción para lograr un sonido tan atemporal, que pasa el tiempo y se mantiene, como los discos de Sonic Youth o My Bloody Valentine. Es un disco que irradia mucho. Y fíjate si sigue vigente que se está haciendo una película.

E incluso el presidente del Gobierno se declara fan en Twitter.

Pues me parece muy bien que exprese de esa manera que aquel disco marcó a una generación, a una serie de gente entre la que estaba Pedro Sánchez. Desde aquí le mando mi agradecimiento por ese detalle. Nunca eres consciente de hasta dónde puede llegar la música.

Otra persona, más anónima, escribía que lo que le sorprendía de la efeméride era que Florent siguiera vivo.

(Risas). Yo siempre he tenido una especie de fama de que no me perdía una fiesta o que me daba muchos pasones. Y qué va, todo lo contrario. Tomé una decisión, hace ya mucho tiempo, de saber qué quiero hacer con mi vida, con mi cabeza y con mi cuerpo, y siempre he sido una persona muy responsable en ese sentido. Aunque tenga esa imagen, en el fondo nunca he sido un descerebrado, un bala perdida. Pero, bueno, hemos estado ahí, haciendo equilibrios en la cuerda, eso sí es verdad. Hasta el punto de poder caerme, pero nunca me he caído.

Antonio Arias, de Lagartija Nick y compañero tuyo en Los Evangelistas, decía hace poco en una entrevista en ‘El País’ que “Paquito el Chocolatero” tiene más mensaje que las canciones que se escuchan en los festivales. Lo decía para criticar una época musical de frivolidad y superficialidad. ¿Qué opinión te merece a ti la actualidad musical española?

Tal vez lleve razón Antonio. Hay grupos que son más profundos, que tienen mensaje, pero escasean. Creo que sí, que hoy se tiende a hacer discos para festivales, que ni siquiera escuchas en casa. Los que copan ese tipo de festivales son grupos que se venden muy bien porque generan el show, y sin show no vas. Que me parece perfecto, porque forma parte del espectáculo, pero yo vengo de otra forma de entender la música, más sencilla, en la que el mensaje está en la propia música. Pero es lo que hay, yo no voy a decir si es bueno o malo.


“Yo sigo apostando por mi grupo, que son Los Planetas, un grupo que lo formamos J y yo solos. J tiene más presencia porque es la persona que canta, que escribe más, que toma las decisiones, aunque luego las compartimos. Yo sé mi rol”

Florent



¿Crees que este escenario condiciona la música que se hace?

Yo creo que sí, porque si tú quieres ganar pasta está claro que vas a hacer eso. El festival que quiere arriesgar lo tiene jodido. Faltan festivales que apoyen grupos nuevos, nuevas formas de entender la música, y creo que en esta burbuja de tanto festival que incide en la misma programación muchos caerán y muchos pincharán. Un festival está muy bien, pero también está muy bien pagar veinte o treinta euros por ver a un grupo o dos en una sala, en lugar de doscientos por ver a ese grupo pero rodeado de un montón que no te interesan. Sería interesante volver a esa filosofía de ir a ver al grupo que te gusta, si esos grupos giraran, está claro. Porque las giras por salas se han perdido. La gente prefiere pagar más por ver muchos más grupos que al final ni ves o ni te interesan.

Todas estas recientes experiencias vuestras, ¿cambian algo las cosas en el statu quo de la banda de cara a un futuro disco de Los Planetas?

No. Yo espero que no. Yo seguiré haciendo canciones y funcionando como hasta ahora. No tengo un ego como para decirle a J “ahí te quedas y me voy”. No soy tan estrecho de mente. Yo sigo apostando por mi grupo, que son Los Planetas, un grupo que lo formamos J y yo solos. J tiene más presencia porque es la persona que canta, que escribe más, que toma las decisiones, aunque luego las compartimos. Yo sé mi rol.

Así que todo sigue igual.

Sí y no. Si yo sigo con esa amargura de tener esas canciones y no sacarlas, y J no quiere hacer otros proyectos por lo que sea, y vivimos los dos amargados y seguimos con Los Planetas, entonces sí que es la muerte de Los Planetas, porque no va a salir nada productivo de ahí. Pero si yo sigo con Los Pilotos, con mi proyecto personal, con mis sesiones de DJ, produciendo a los grupos que me llaman, y J produciendo, con Grupo de Expertos Solynieve, en solitario… Eso nos da margen y alivia esa parte creativa que a lo mejor no encaja con Planetas. Así, cuando vuelves, vuelves bien, con las pilas puestas. Eso sí, lo que yo quiero es que el siguiente disco de Los Planetas sea un disco de rock, ya se lo he dicho a J. Hay que volver al guitarreo.

¿Y él qué opina?

Que sí, y que quiere hacerlo ya (risas). Tenemos que volver al origen, a nuestra esencia. ∎

“Apaga el móvil por favor”, vídeo realizado por Dani Rato.

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