Película

Isla de perros

Wes Anderson

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Puestos a buscar referencias en la última película de Wes Anderson, su segunda y particular inmersión en el cine de animación, estas pasarían, por razones obvias, tanto por el cine japonés (Akira Kurosawa, Hayao Miyazaki, Seijun Suzuki, los grabados en madera llamados uyiko-e) como por el occidental (la escuela Aardman, Jan Svankmajer, Guy Maddin). Pero si en “Fantástico Sr. Fox” (2009) trasladaba a su terreno el universo indescifrable de Roald Dahl, en “Isla de perros” (“Isle Of Dogs”, 2018) se adentra en sistemas de valores culturales, morales y estéticos de Japón para construir otra historia que muy bien podría haber ideado el oceanógrafo Steve Zissou en una noche de duermevela.

El guion de “Fantástico Sr. Fox” estaba escrito a medias con Noah Baumbach. El de “Isla de perros” parte de un argumento urdido por Anderson con otros dos de sus compinches habituales, Roman Coppola y Jason Schwartzman, y con Nomura Kunichi, un japonés en el territorio indie estadounidense: actuó en “Lost In Translation” (2003) de Sofia Coppola y en “El Gran Hotel Budapest” (2014), y presta además su voz al alcalde corrupto de “Isla de perros”.

Este personaje parece un villano de manga. El wasabi se utiliza como veneno para asesinar a los opositores molestos en un Japón dictatorial y feudal que envía a los perros a una isla basura. Las abundantes peleas son filmadas entre nubes de polvo algodonoso que impiden ver las evoluciones de los contrincantes. La película está marcada por el ritmo de unas percusiones omnipresentes. Bajo su apariencia a veces cándida, a veces naíf (a lo Anderson), se retrata un mundo sin libertades y sin posibilidades de reconquistarlas. Las voces están muy cuidadas (Bryan Cranston, Bill Murray, Edward Norton, Scarlett Johansson, Greta Gerwig, Yoko Ono y, sobre todo, el pequeño Koyu Rankin en el papel del niño perdido y reencontrado). Y el stop motion regresa con todo su esplendor, como si nunca se hubiera ido. ∎

Segunda incursión de Wes Anderson el el cine de animación: “Isla de perros” encandila.
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