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Un hombre tranquilo.
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Jarvis Cocker

El mito de la caverna según Jarvis

Por Marta Pallarès 
Marta Salicrú

Fotos: Tom Jamieson

01.03.2021

2020 nos dejó insospechados himnos de confinamiento como “House Music All Night Long”, truncó giras y convirtió una Domestic Disco retransmitida con más ganas que medios por Instagram Live en el mejor plan de nuestras noches de sábado en pijama. Cocker y su nuevo proyecto, JARV IS..., nos acompañaron durante unos cuantos meses que terminaron con la entrada en vigor del Brexit como guinda del pastel de basura que nos tocó comer. Pese a todo, el líder de Pulp –su voz, su alma, sus caderas– es optimista, y predica en su último álbum una teoría de la evolución según la cual ha llegado el momento de que el hombre blanco de mediana edad, aka un tipo como él mismo, deje sitio a los jóvenes.

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ay cosas que pasan cada cuatro años, otras una vez en la vida. Como una investidura presidencial, un nuevo disco de Jarvis Cocker, o una entrevista con él en plena pandemia mundial. Recibimos un mensaje de parte del cantante británico apenas 30 minutos antes de conectar vía Zoom con su casa en el campo, a 20 minutos de su Sheffield natal, pidiéndonos adelantar esta charla. El motivo: poder ver en directo la toma de posesión de Joe Biden. “Gracias por adelantarlo, me di cuenta de que la entrevista nos coincidía con la inauguración y es el tipo de cosa que a todos nos gustaría ver, ¿no?”. A Cocker, lengua mordaz, cuerpo elástico y mente privilegiada de las letras brit, seguro que sí. Dice mucho de una estrella del pop, de vuelta al ruedo –frase hecha que la pandemia nos obligó a resignificar– con “Beyond The Pale” (Rough Trade-Popstock!, 2020), que le importe más el estado de la nación en los Estados Unidos que dar entrevistas en una promoción que, vaya por delante, ha sido de lo más voluntaria y exquisitamente escasa para este disco.

La pantalla nos devuelve la imagen de un Jarvis con un gorrito marinero, estilo Cousteau. Al final de la conversación nos confesará que lo lleva para disimular el destrozo que le hizo su novia con las tijeras cuando ella decidió cortarle el pelo. “Había bebido y quedó muy mal”. Sirva este detalle, que perfectamente podría formar parte de una de sus letras sobre pequeños dramas cotidianos, como muestra del nivel de sinceridad de Jarvis a lo largo de esta hora de conversación.

Hola, Jarvis, ¿cómo estás?

Me alegro mucho de veros, la verdad es que he estado de un humor un poco raro últimamente. Estoy en mi casa en el norte de Inglaterra, y no he hablado con casi nadie aparte de con mi novia durante el último mes o así. Es agradable ver a personas nuevas.

Precisamente, nos preguntábamos si estarías en el Reino Unido o en París (donde vive su hijo). Entre el coronavirus y el Brexit, no es que la movilidad se esté poniendo precisamente más fácil.

Estoy en el norte de Inglaterra, como a unos 20 minutos de Sheffield, ya sabéis, donde nací. Tengo suerte de estar en el campo, en el Peak District, así que como mínimo puedo salir a pasear por las colinas.

¿Echas de menos socializar, de todos modos?

No, y lo digo de verdad, porque sé que no sois la policía y no vais a arrestarme (se ríe). Está siendo una locura en el Reino Unido, no sé cómo será allí, pero aquí las restricciones se han vuelto a recrudecer. Ayer (19 de enero) fue el día, desde el comienzo de la pandemia, en que murieron más personas en un solo día, así que os podéis imaginar lo raros que son estos momentos.

JARV IS...: “House Music All Night Long”.


Beyond The Pale salió a la venta en julio de 2020. Y aquí estamos, medio año después: quizá no ha sido el peor de los tiempos, pero definitivamente está lejos de ser el mejor. ¿Dirías que algo de lo que te preguntaron desde que sacaste el disco ha quedado obsoleto, seis meses después? ¿Alguna de tus respuestas sería diferente?

Es una reflexión interesante. Cuando estalló la pandemia y el álbum se retrasó, estaba un poco molesto, porque el último disco que había hecho fue en 2009. Así que pensé: “Mierda, ha pasado mucho tiempo, es el momento de hacer un disco”... y luego no puede salir. Ya sé que parece un pensamiento un poco egoísta, pero aunque sea solo a nivel personal me parecía algo desafortunado. Y, más tarde, con el paso de las semanas, decidimos sacarlo aunque siguiera el confinamiento. Publicamos en julio. Y no sabéis lo contento que estoy de haber tomado esa decisión. En el disco hay una canción en particular que se llama “House Music All Night Long” y, extrañamente, mucha gente dijo que realmente describía su vida durante el confinamiento, mientras estábamos atrapados en casa mirando la nevera o bailando alrededor de la cocina para tratar de entretenernos. Al final, algo teníamos que hacer para evitar volvernos locos. Así que al final me alegré mucho de que saliera este trabajo, porque cuando la gente está atrapada en casa sin nada que hacer, puede que escuche un disco. Ya sabéis cómo es esto. Antes de la pandemia, la gente solo escuchaba cosas cuando estaba conduciendo, o para tener algo de fondo. Pero creo que, ciertamente, durante el confinamiento, y al menos para mí, escuchar discos ha significado una gran liberación y una forma de escapar: ponerme un disco, sentarme y realmente escucharlo. Hablando con mis amigos, me he dado cuenta que hemos sido muchos los que hemos redescubierto esa manera atenta de escuchar música que quizá se había perdido en los últimos años.

¿Cambiaron tus hábitos de escucha musical durante el confinamiento? Algunas nos refugiamos en las canciones que fueron importantes para nosotras en el pasado. ¿Cómo lo viviste tú?

Algo de lo que me di cuenta es que no quería escuchar música triste. Fue raro. Hay un disco de Bill Fay llamado “Time Of The Last Persecution”, de principios de los años 70, que había intentado conseguir durante mucho tiempo. Y finalmente lo logré unas tres semanas antes de que comenzara el encierro. Así que me lo traje conmigo, lo puse… y tuve que quitarlo porque es tremendo, realmente apocalíptico, habla sobre el fin del mundo y sentía que eso estaba demasiado cerca de lo que estaba pasando. No es lo que necesitaba, ya tenía demasiado con la realidad. Sigo pensando que es un disco increíble y está en el piso de abajo, esperando, pero todavía no me he puesto con él en serio.

Pero creo que lo que decís es cierto, me di cuenta de que me volqué en discos que tuvieron un significado especial para mí cuando era joven, cuando todavía vivía en casa de mi madre, lo que hace muchos, muchos años. Y, en general, he escuchado más música en el último año que en mucho tiempo porque, como decía, si te entregas a ella y te dejas llevar, te permite escapar. Te olvidas de que estás en una habitación pequeña o lo que sea, la música te lleva a su propio universo y te abre una puerta. Y eso ha sido muy útil, creo, durante este tiempo.

La pandemia ha afectado la manera de escuchar música, también la de hacerla, y en tu caso incluso cómo se publica. Es interesante porque “Beyond The Pale” explora los límites entre la música en vivo y la música grabada en un momento en el que esas fronteras son más difusas que nunca.

Efectivamente, y aunque fuera casi por accidente, la razón por la cual el disco contiene partes en vivo y algunas otras se terminaron en el estudio es solo la forma en que comenzó el proyecto. Sigur Rós me invitaron a participar en un festival en Islandia a finales de 2017, no me pidáis que pronuncie el nombre, solo sé que significa algo así como “más y más profundo”, o “más y más oscuro”, algo así. Yo no tenía banda en ese momento, así que iba a rechazarlo. Pero luego pensé: “Di que sí, y a ver qué pasa”. A veces, en la vida, hay que arriesgarse y dar un salto. Reconozco que, en esta ocasión, tuve mucha suerte. Tenía estas canciones, que estaban a medio terminar, y luego reuní a la banda con la gente que podía estar disponible. Conseguí a Serafina Steer, que toca el arpa y el teclado, y ella trajo a Emma (Smith). Luego se sumaron Andrew McKinney y Adam Betts, con los que había coincidido ese verano en el BBC Proms de homenaje a Scott Walker, y Jason Buckle. Así fue como las canciones cobraron vida. Dimos un concierto, nos fue bien, y ahí ya sí pensé: “Venga, vale, sigamos con esto. Vamos a reservar una gira de salas pequeñas, salimos a tocar, y vemos qué pasa con las canciones”. En ese momento, creía que el concepto de Jarv… Is era algo que solo ocurriría en directo, que nunca habría un disco. Estaba de mal humor. Pensaba que total para qué, que si ya nadie compra discos, así que ¿por qué molestarse? Igual era más interesante salir y tocar. Si la gente quería escuchar esas canciones tendría que venir al concierto, y la música iría cambiando con el tiempo. Me parecía una forma más interesante de pensar en la música que simplemente “Oh, tiene que ser un disco”. Y así lo hicimos, durante un tiempo. Resultó que yo le había pedido al técnico de sonido que grabara los shows, más que nada para poder comprobar que las canciones estaban mejorando en lugar de empeorar, y una noche hablando con Geoff Barrow de Portishead y BEAK>, después de tocar en un festival, él me dijo: “Oye, ¿por qué no usas esas grabaciones en un disco?”. Por alguna razón, ni siquiera se me había ocurrido, incluso llegué a pensar que igual era ilegal y todo (se ríe). Así que en cuanto él lo comentó, fui a escuchar esas grabaciones y me encontré con una versión de “Must I Evolve” que me pareció realmente buena. Se la llevé a Craig Silvey, le pregunté si de eso se podría hacer un disco, me dijo que sí y eso fue todo.

En ese momento pensaba: “Esto es genial, me siento como un científico que hubiera descubierto una nueva forma de hacer discos, sin tener que ir al estudio. Posiblemente habléis con muchos músicos, os deben comentar lo estresante que puede llegar a ser el estudio: entras en un lugar, sabes que tienes tres días para capturar una canción y hacerla tan buena como pueda ser, y si no lo logras… eso es todo, se te pasó la oportunidad. Así que los músicos, o bien se estresan, o se pasan el siguiente año tratando de mezclar, cosas así. Así que la idea de que habíamos grabado las canciones sin darnos cuenta me pareció realmente un descubrimiento, como quien encuentra un nuevo elemento químico. Me emocioné mucho. Pero entonces llegó el confinamiento y nos dimos cuenta de que no podríamos tocar en directo, y que no tenía sentido intentarlo.

Por ahora.

¡Por supuesto! Esperemos que no sea para siempre.

“En el disco hay una canción en particular que se llama ‘House Music All Night Long’ y, extrañamente, mucha gente dijo que realmente describía su vida durante el confinamiento, mientras estábamos atrapados en casa mirando la nevera o bailando alrededor de la cocina para tratar de entretenernos”



Sin duda, parece que para ti el escenario es un hábitat mucho más natural que el estudio. ¿Extrañas los directos, casi como algo físico?

Sí, definitivamente. Es decir, solo me veis la parte superior del cuerpo, pero os aseguro que estoy como si me cayera a pedazos, porque estando en el escenario es como hago más ejercicio. Ya sabéis, me muevo bastante. Es mi principal forma de ejercitarme.

No será para tanto, el año pasado un periodista de ‘The New York Times’ te felicitó porque aparentemente conservas la misma talla de cintura que hace 25 años.

Bueno... no sé si es completamente cierto, pero gracias.

Volviendo al disco, hablabas antes de “Must I Evolve”. En la canción hay una especie de coro griego que responde a esa pregunta que tanto nos hemos planteado en el último año. ¿Debemos evolucionar, y hacia dónde deberíamos ir? ¿Cuál es la dirección de la evolución?

¡Qué pregunta más sencilla! (se ríe). Seguro que sí, que la gente se está planteando estas cuestiones porque, definitivamente, nunca en nuestra generación nos habíamos encontrado con que alguien nos apretara el botón de pausa. Que todo se detuviera por un tiempo, y que tuviéramos tiempo para pensar. Lo único remotamente parecido que me ha pasado a mí fue cuando hace muchos años, estando yo todavía en Sheffield y en un momento en que el grupo no estaba funcionando mucho, me caí de una ventana intentando hacer una acrobacia para impresionar a una chica...

De una ventana de verdad. No es una especie de metáfora.

Esto es absolutamente cierto. Lo hice durante algunos años, pasaba de ventana en ventana hasta que me caí, me rompí varios huesos y terminé en el hospital durante unas cuatro semanas. Luego, además, estuve en silla de ruedas durante un tiempo, con lo cual hice algunos conciertos allí sentado; el público creía que era una especie de truco publicitario, pero no. En definitiva, mi vida se detuvo de repente: estaba acostado en la cama, no podía hacer nada. Puedes escuchar la radio durante un rato, puedes ver la televisión durante un rato, pero al final siempre termina habiendo un momento en el que simplemente te sientas con tus propios pensamientos: “¿Qué estoy haciendo? ¿Dónde estoy? ¿Dónde va mi vida?”. Y siempre he creído que esa experiencia tuvo un efecto profundo en mí, porque cuando me recuperé de eso, pude volver a salir al mundo. Y fui realmente feliz. Además, durante ese tiempo también mejoró realmente mi forma de componer, porque aunque había compuesto algunas canciones, no era muy consistente. Pero durante el tiempo que pasé en el hospital, hablé con otras personas que estaban allí, tipos a los que había atropellado un coche, que tuvieron un accidente en el trabajo… y me di cuenta de que, en realidad, las historias que ellos me contaban eran mucho más interesantes que el tipo de fantasías que tenía yo en mi mente. Ese fue el comienzo para empezar a escribir sobre mi propia vida y sobre cosas cotidianas de manera muy detallada. Así que le doy el crédito que merece a ese momento de mi vida, que fue absolutamente desafortunado pero tuvo una consecuencia positiva, me ayudó. Quizá por eso tal vez la pandemia sea algo similar y evolucionemos. Solo por el hecho que tenemos que quedarnos en casa, cuando volvamos a hacerlo todo de nuevo, algo habrá cambiado. Así que creo que es una gran oportunidad, lo pienso de verdad. No lo digo solo por ser optimista. Creo que eso es lo que ocurrirá.

¿Lo eres? Optimista, queremos decir.

Sí, no siempre, pero sí desde hace unos tres años. ¿Sabéis los propósitos de Año Nuevo, como los de ponerte a dieta o aprender a montar a caballo? Yo, hace tres años, decidí que iba a ser optimista. Principalmente porque no puedo montar a caballo, ni siquiera en bicicleta desde hace tiempo porque aquí donde vivo hay muchas colinas y sería demasiado trabajo.

El tipo en la cueva, mirando a una pared y pensando: “Bueno, ¿qué soy yo?”.
El tipo en la cueva, mirando a una pared y pensando: “Bueno, ¿qué soy yo?”.


En “Must I Evolve” hay una especie de viaje en el tiempo, a través de la Humanidad. Has explicado anteriormente que te inspiraste en el arte rupestre para el disco, parte de él lo grabasteis en una cueva, hicisteis un concierto en una… ¿Qué tienen de atractivo las cuevas?

Empezó hace un tiempo, al visitar una cueva cerca de casa de mi madre. De eso hará como unos diez años, porque mi hijo tendría unos 7. En esa cueva había una pequeña talla en la pared, que yo en ese momento no sabía que es el único ejemplo de arte rupestre en las Islas Británicas. Sé que hay algunos increíbles en España, a los que me encantaría ir, pero este pequeño carboncillo, como una cabeza de caballo, es único por aquí. Y me quedé mirándolo y, de repente, sentí que iba a empezar a llorar. Fue una reacción absolutamente física, no sé por qué. Puede que fuera la idea de ese tipo, que se arrastra dentro de un espacio tan pequeño para hacer un rasguño en una pared, y luego otra persona, yo, que está ahí admirándolo como 30.000 años más tarde, sintiendo que eso me habla, tanto tiempo después de la muerte de esa persona. Sentí que eso era el inicio de la creatividad humana. Al salir, compré un libro en la tienda de regalos, llamado “La mente en la caverna”, pensando que tenía un gran título. ¿Intrigante, sabéis? De hecho usé esa frase en la canción que habéis mencionado. Y de eso trata el libro, el tipo que lo escribió dice que cuando la gente comenzó a vivir en las cuevas, algo le sucedió a la mente humana y nos convirtió en humanos modernos: se despertó nuestra creatividad, que es lo que nos diferencia de otros animales. Un perro no puede dibujar, un gato no hará una pintura, ningún otro animal realmente haría algo que no tenga un propósito. Construirán un nido, cosas así, pero no harán artefactos. Así que me emocioné mucho. Y creo que como yo estaba empezando un nuevo proyecto, pensé que era como volver a la casilla de salida, como si yo fuera el tipo en la cueva, mirando a una pared y pensando: “Bueno, ¿qué soy yo? ¿Qué voy a poner en esa pared, qué voy a hacer con ella?”. Me resultó fácil sentirme identificado.

Tenemos todavía cosas en común. Los ritmos tribales no son tan diferentes de la música electrónica, ni del inconsciente al que despiertan.

Creo que sí, es justo por eso que en esa canción hay una sección intermedia en la que, de repente, pasamos de la historia de la evolución a una rave. Para mí eso es lógico, pero entiendo que quizá quien escuche se quede pensando cómo he llegado hasta ahí. Es por lo que acabáis de comentar: cuando yo iba a las raves, cuando me fui de Sheffield para ir a la universidad a finales de los 80, fue justo en la época en la que estaban ocurriendo todo tipo de fiestas acid house en Londres, en lugares raros como viejas fábricas y almacenes en las afueras. En esas fiestas había miles de personas que bailaban desde las diez de la noche hasta quizá las ocho de la mañana del día siguiente. Era en ese momento de las seis de la mañana cuando se sentía allí algo muy tribal, muy primitivo. Todo era instintivo, cero intelecto, solo algo que se movía. Y yo me quedé muy impresionado con eso, porque la música se hacía con máquinas, pero el efecto que tenía era el de llevar a las personas a los albores del tiempo. Quizá por eso siempre vuelvo allí y sigo escribiendo sobre ello, descubrir esa música fue un momento muy importante para mí.

¿Así que has seguido escuchando música house desde esa época hasta ahora?

Sí, el house es lo mejor. Pero es curioso que aunque se llame así, casa, no la quieras escuchar “en” casa. Tiene que sonar fuerte. Y no solo la escuchas, la sientes como si se moviera por tu cuerpo de algún modo, así que la pones y te sientas en la sala de estar, es raro. Sientes que deberías estar saltando, que no deberías estar ahí sentado. No soy un experto en música de baile, pero, como la gente de Barcelona sabrá, y vosotras sabéis, yo y Steve (Mackey) de Pulp solíamos venir a pinchar mucho. Íbamos a Razzmatazz al menos dos o tres veces al año, así que gracias a cosas así escuchas música, te enteras de lo que se está poniendo en los clubes. Me alegro mucho de haberlo hecho, porque siempre he estado en contacto con lo que ocurría en esa escena, y no deja de ser curioso que ahora la mayoría de la gente que conozco en la música esté más involucrada en ese lado. Por ejemplo, acabo de cantar en una canción de Hot Chip (“Straight To The Morning”). Conocí a Alexis (Taylor) porque estaba haciendo de DJ en Les Bains Douches en París, bastante cerca de donde vivo cuando cuido a mi hijo. Y entonces nos pusimos de acuerdo, y me preguntó si quería cantar en esa canción. Así que la mayoría de los músicos que conozco están involucrados en ese mundo, más que en el de los músicos de rock.

“Durante el tiempo que pasé en el hospital, hablé con otras personas que estaban allí, tipos a los que había atropellado un coche, que tuvieron un accidente en el trabajo… y me di cuenta de que, en realidad, las historias que ellos me contaban eran mucho más interesantes que el tipo de fantasías que tenía yo en mi mente. Ese fue el comienzo para empezar a escribir sobre mi propia vida y sobre cosas cotidianas de manera muy detallada”



Sentimos que algunas músicas no son aptas para ser escuchadas en casa, pero este último año lo ha trastocado casi todo. Así que también queríamos hablar de tu Domestic Disco. ¿Cómo fue para ti? A menos que seas un actor increíble, parecía muy divertido.

La Domestic Disco surgió porque mi novia, durante el primer confinamiento al principio de la pandemia, veía a un tipo en Instagram haciendo de DJ desde su garage en Nueva York. Y ella me decía: “Mira a este tipo, pone buena música. Y sí, ponía buena música, pero lo que me impresionó mucho fue que estaba hablando con la gente, y que no estaba patrocinado, que solo decía lo que quería. Y la gente podía escribirle mensajes, si le gustaba la canción, o si no le gustaba la canción. Y como decíais, al principio de esto todo el entretenimiento musical en vivo desapareció de repente de nuestras vidas, no podíamos salir y socializar con la gente. Personalmente, nos estábamos preparando para salir de gira. Y entonces todos los conciertos se cancelaron. Así que esperaba este momento de salir a tocar música para la gente y estar en una sala y poder hablar y comunicarme, y de repente eso me lo quitaron. Así que cuando vi que este tipo estaba poniendo discos, de alguna manera estaba interactuando con la gente en vivo. Pensé: Voy a robar esa idea, voy a hacer eso también. Fue muy difícil porque tuve que tratar de resolver cómo conectar todo, para que funcionara. Ya sabéis, llevo en una banda durante tanto tiempo, con el equipo de la gira, el técnico de sonido, el tour mánager, todas esas personas que hacen todas esas cosas… y tú simplemente sales al escenario, dices: 1, 2, 1, 2, y todo funciona. Así que a mucha gente la “discoteca doméstica” le pareció bastante entretenida, porque muchas veces salía mal y yo me enfadaba mucho y empezaba a gritar. Y poco a poco, con el tiempo, se volvió un poco más profesional.

Sobre la colaboración con Hot Chip: la canción la escribieron pensando en Dua Lipa. ¿Cómo te sientes al respecto? Siendo una estrella del pop que comenzaste tu carrera en los 90, ¿puedes comparar tu carrera con la suya?

Primero no lo sabía, no me lo dijeron, si hubiera sabido que iba a ocupar el lugar de Dua Lipa me habría esforzado mucho más con mi vestuario esa noche (se ríe). Solo lo descubrí después. Es raro pensar que fue la última cosa musical que hice antes del confinamiento. El día antes de ir al estudio de Hot Chip, en Londres, ellos acababan de volver de Australia, fue en esos días tan raros en los que nadie sabía realmente cómo actuar. Solo sabíamos que no debíamos darnos la mano o lo que fuera, ni idea de hasta qué punto debíamos alejarnos los unos de los otros mientras estábamos en el estudio, fue muy extraño. Estuve allí durante dos o tres horas: lo hicimos, luego me fui y eso fue todo. Esa fue la última vez que vi a alguno de ellos. Pero, bueno, respondiendo a vuestra pregunta, Dua Lipa es pop moderno. Siempre me ha gustado la música pop. Me gusta la idea de la música pop. Y sí, es una idea extraña pensar que la he sustituido en esa canción, sí.

El disco tiene mucho que ver con el paso del tiempo y quizá con el hecho de sentirse relegado. Transmite algo así como que la era del tipo blanco de mediana edad ha terminado. Porque dices: Hey, yo solía ser una estrella del pop”, pero era un pop diferente. El de ahora no es “tu” pop. ¿Cómo te sientes al respecto?

Supongo que el título del disco es un poco así. “Beyond The Pale” es una frase en inglés que me gusta porque tiene un par de significados. Siempre me ha gustado que las cosas tengan al menos dos o incluso tres significados. Si lo dices en Inglaterra se entiende como algo que está más allá de la sociedad “civilizada”, creo que viene de cuando los ingleses estaban colonizando Irlanda. Había una parte de Dublín que se suponía que era segura, y una valla alrededor, que se llamaba el pale. Y si ibas más allá de la valla, habría bandidos, y probablemente serías destrozado o algo así. Pensé: Si voy a hacer un nuevo disco, tengo que asegurarme de que va a algún lugar en el que no he estado antes”. Para mí ese pale eran canciones que ya había escrito o cosas que la gente podría esperar. Así que pensé: “Tengo que intentar ir un poco más allá de eso”. Eso por un lado. Del otro, con los cambios que se han producido en la sociedad en los últimos diez años o así, existe esta idea bien fundada de que la versión blanca de la historia es solo una versión, aunque parece que en la escuela nos enseñen que eso fue lo que realmente sucedió. Pero cuando miras más profundamente en la historia, te das cuenta de que es solo una versión, y es la que está siendo contada por la gente que fue alrededor del mundo y lo robó todo. Solo sentí que, si iba a hacer más música, tenía que justificarlo de alguna manera, tratando de ir más allá de lo obvio. No es que quiera convertirme en una persona diferente, porque, obviamente, no puedo. Por eso vuelvo a la idea de la evolución: no es cambiar, es evolucionar. Creo que siempre, en cualquier momento de tu vida, tienes que empujarte a ti mismo para llegar a la siguiente parte, ya sabes, para tratar de averiguar de qué se trata. Y luego tratar de escribir sobre ello.

Jarvis durante el Primavera Sound 2019: espejito mágico. Foto: Dani Cantó
Jarvis durante el Primavera Sound 2019: espejito mágico. Foto: Dani Cantó


En “Am I Missing Something?” cantas sobre niños diciéndote que hagas algo nuevo. ¿Ser padre de un adolescente tiene algo que ver con tu voluntad de querer hacer cosas diferentes?

Ahí me di cuenta de que me costó mucho tiempo escribir este disco. Esa parte que acabáis de mencionar, cuando digo: “Your children are here to tell you: do something new” (Tus hijos están aquí para decirte: haz algo nuevo”). Hay unos niños que dicen: Do something new. Ese era mi hijo y sus amigos cuando tenían como nueve años. Pero ahora ya son mayores, así que si lo cantaran ahora sonarían definitivamente muy diferentes.

A nivel personal, quiero dejar espacio para que la nueva generación haga algo. Ese es otro impulso que me lleva a pensar: “¿Qué puedo hacer que sea válido para mí, pero que a la vez no trate de ocupar su espacio?”. Mi hijo tiene 17 años. No tengo idea de qué es tener 17 años ahora, creo que debe ser muy duro crecer en un paisaje cultural donde todo está ahí. Por ejemplo, vas a YouTube y hay millones y millones de canciones. Parece que todas las canciones que se han escrito están en algún lugar de internet. Y un niño podría pensar: “¿Qué puedo hacer yo, cómo puedo encontrar un lugar para decir algo que no se haya dicho ya?”. Debe ser realmente difícil estar entre esta gran sobrecarga de información y, luego, tratar de hacer que tu voz se escuche por encima de todo. Es como un ruido gigante. ¿Cómo lo haces? Así que pensé que mi solución era tratar de hacer algo nuevo. Así, por lo menos, no aumentaba el ruido.

De alguna manera también hay un poco de nostalgia por el VHS y Camden en los 90, aunque no sabemos si es cierto que todo el mundo tenía sexo encima de las encimeras de las cocinas como cantas en “Swanky Modes”. ¿Alguna vez te sientes nostálgico, o eso es solo a efectos líricos?

Me gusta mucho la letra de esa canción. No sé de dónde salió realmente. Y creo que esa es una de las cosas interesantes de la composición de canciones, he estado pensando mucho en eso. Esa canción habla de un momento de mi vida en el que acababa de terminar la universidad y todavía vivía en Londres, en una casa extraña en Camden que compartía con un tipo que era como un traficante de drogas, y gente rara que venía todo el tiempo. Solo viví allí durante unos seis meses, porque era horrible. Y había una tienda de ropa de mujer llamada Swanky Modes justo al final de la calle. Me gustaba el nombre, pero nunca entré en ella porque… pues porque no soy una mujer. Siempre me pareció interesante. Y luego, por alguna razón, mucho más tarde, escribo una canción sobre ello con todo detalle. No puedo decir por qué sucedió eso. Pero para mí, esa es la magia de escribir canciones, y eso es probablemente lo que me hace seguir haciéndolo: que, de alguna manera, algo en tu vida que tal vez incluso has olvidado de repente vuelve y, al convertirlo en una canción, está ahí para siempre. Así que todo el mundo puede pensar en los días de VHS y el sexo casual. Es como un truco de magia. Y eso es lo que hace que siga queriendo escribir canciones porque eso es lo emocionante. Es bonito tener algo de magia en tu vida.

Has sido claro en tu posición contraria al Brexit. ¿Cómo os va a afectar a los músicos del Reino Unido para girar por Europa?

Creo que precisamente están hablando de eso en el Parlamento inglés hoy, porque había una petición que firmé, que muchos músicos firmamos. Hoy estoy mucho más feliz, pero la semana pasada estaba muy deprimido. Pensaba que estos confinamientos son eternos y que cuando finalmente podamos ir de gira el Brexit estará allí, por lo que ni siquiera seremos capaces de girar, o va a ser muy caro y nadie podrá permitirse hacerlo. O solo podrás ir durante una semana, y luego tendrás que volver. No sé cómo va a ser, en la práctica. Por ejemplo, el lunes va a ser la primera vez que viaje a París desde que el Brexit se hizo realidad, mi hijo va a la escuela allí y voy a ir a cuidar de él durante un par de semanas. Lo que me molesta en este momento es que hay un supermercado en la estación de tren donde solía comprar comida, ponerla en mi maleta y luego ir a París para tener algo cuando llegara a nuestra casa. Y ahora eso es ilegal, ¡porque no se puede llevar comida cocinada en el tren! Es tan patético. Así que voy a hacer una pancarta tipo: Mi hijo tiene hambre por tu culpa. Durante los últimos 17 años ni siquiera he pensado en ello, era como coger un tren para ir a Londres, tenías que mostrar tu pasaporte, pero nada más. Así que será una experiencia extraña.


“A nivel personal, quiero dejar espacio para que la nueva generación haga algo. Ese es otro impulso que me lleva a pensar: ¿Qué puedo hacer que sea válido para mí, pero que a la vez no trate de ocupar su espacio?Mi hijo tiene 17 años. No tengo idea de qué es tener 17 años ahora, creo que debe ser muy duro crecer en un paisaje cultural donde todo está ahí”



¿Cómo fue la última Navidad para ti? El Brexit y Trump han complicado las sobremesas en hogares en todo el mundo. Sabemos cómo puede ser eso, en Cataluña también se celebró un referéndum que polarizó a la sociedad.

Desde que se celebró el referéndum en 2016, durante los siguientes dos o tres años esa fue la historia que estuvo en todas las noticias en el Reino Unido: Brexit, Brexit, Brexit. Y todo el mundo se polarizó, eligió su bando, las familias se pelearon. Recuerdo que la Navidad anterior a esta, le dije a mi madre, que votó a favor del Brexit: Para pasar la Navidad, no hablemos de política. Y si empiezas a hablar de ello, voy a gritar muy fuerte, porque puedo gritar muy fuerte, y será muy doloroso para ti. Y entonces el chiste es que cuando llegó la pandemia, todo el mundo se olvidó del Brexit, que había sido esta cosa de vida o muerte. De repente, desapareció porque había otro problema más grande e inmediato. Estas discusiones parecen significativas pero, en realidad, no lo son. Porque cuando sucede algo que es real, no una cosa virtual, entonces desaparece en una bocanada de humo, y ya nadie se preocupa. Me temo que no puedo deciros cómo porque no lo sé, pero sería bueno para nosotros ir más allá. Es gracioso que estemos hablando hoy, porque dentro de tres minutos Joe Biden va a ser investido y nadie sabe realmente qué efecto va a tener. Pero hemos vivido ese esfuerzo consciente de la gente para que Trump no fuese votado de nuevo, que cerraron sus cuentas de Twitter y que ha habido respeto por el proceso democrático sin dejar que hubiese cosas que lo distorsionasen. Y lo que espero es que eso signifique que hemos llegado a un lugar de conciencia donde sabemos que eso es un problema, y que la gente tome medidas para evitar que siga siéndolo en el futuro. Así que, y aquí está mi optimismo entrando a la sala de nuevo, me gustaría que hoy pudiera ser uno de esos días en los que algo ha llegado a un punto realmente malo en el que todo puede empezar a mejorar un poco después de esto. ¿No sería una buena idea?

En Radio Primavera Sound tenemos un programa, “Fans de l’Alcover-Moll”, sobre letras de canciones. Y ya que parece que te preocupas por tus letras, ¿podrías mencionar tres canciones que sean especialmente significativas para ti por su texto?

Se me dan fatal estas preguntas. No sé si puedo decir canciones específicas, escuché hoy un poco del nuevo álbum de Sleaford Mods, y creo que son muy buenos letristas. También me gusta Baxter Dury. Con Baxter nos hemos hecho amigos en los últimos años, y su elección de las palabras siempre me hace reír. No es que todas las canciones sean graciosas, pero él tiene una forma muy buena de juntar las cosas y eso me gusta mucho. Y luego, si nos remontamos más al pasado, una canción que significa mucho para mí y que creo que tiene una de las mejores letras que he escuchado, es “The Lady With The Braid”, de Dory Previn, que murió hace unos años. La puse en una compilación hace mucho. La primera vez que la escuché estaba intentando poner unas cortinas en un piso en el que vivía, y entonces sonó en la radio y me quedé muy quieto durante unos cuatro minutos mientras sonaba porque quería escuchar de quién era, ya que en aquella época no se podían buscar ni nada, y los brazos me empezaron a hormiguear. Es una canción fantástica líricamente, y musicalmente también.

Ya para terminar, queremos recordar esa gira de retorno de Pulp que arrancó en Primavera Sound en 2011. Todavía nos remueve ese “Common People” que dedicaste a los manifestantes que habían sufrido brutalidad policial en la Plaça Catalunya esa mañana. ¿Podemos esperar tenerte alguna vez de vuelta en Barcelona, o donde sea, con Pulp? O si no… ¿crees que es posible que en algún momento los periodistas dejemos de preguntarte por ello?

Tan pronto como sea posible, me encantaría ir. He estado en Barcelona muchas veces y siempre lo he disfrutado. Cuando Pulp se reunió por primera vez, ese concierto que habéis mencionado fue el primer gran show que hicimos, y eso no fue por casualidad. Siempre parece que ocurren cosas importantes para nosotros en el Primavera. Así que sí, tan pronto como sea posible, yo estaré allí. ∎

Jarvis opina y se pone serio... o no.

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