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Estaba dándole vueltas a la sección de esta semana y me seguía viniendo a la cabeza el mismo mantra del que ya hablé hace siete días exactos: el Haciendo Scroll no es una sección de política… Sin embargo, mientras me estrujaba los sesos y exprimía mis redes sociales a la búsqueda de virales apolíticos, sucedieron dos cosas. La primera de ellas fue que Santi Carrillo, director editorial de Rockdelux, publicó está columna de opinión que es, fundamentalmente, el contenido más necesario que debe leerse esta semana en esta web. La segunda cosa fue que finalmente sucumbí a lo evidente: siempre digo que el Haciendo Scroll es un repaso de la actualidad a través de lo viral y, al fin y al cabo, hay que reconocer que la actualidad de estos días es profundamente política. Tal cual.
Así que, a escasos días de una jornada de votación que se augura decisiva para el futuro de nuestro país, voy a olvidarme de ese mantra y voy a darle cañita brava a la política… Aunque, haciendo honor a ese corazón del Haciendo Scroll en el que late el cachondeo de la cultura pop, no puedo evitar abrir la semana con un fenómeno de esos que actúan como perfecto lubricante para lo que viene después. Sí, me estoy refiriendo a lo de Brad Pitt comiendo patatas fritas en Wimbledon.
En ese festín de celebrities que fue la final de Wimbledon del pasado domingo 16 de julio, en la que Alcaraz se alzó con el título por encima de Djokovic, hubo alguien que destacó por encima del resto: Brad Pitt charlando de forma desenfadada con Guy Ritchie mientras comían patatas fritas. Las reacciones en redes no tardaron en llegar, ya fuera para poner sobre la mesa ideas de negocio tan poco descabelladas como “un canal de televisión en el que Brad Pitt coma patatas fritas las 24 horas” o para subtitular el diálogo que nadie pudo escuchar pero que ahora todos sabemos que fue tal que así.
Hubo tuiteros que no pudieron evitar fijarse en las apasionadas mujeres detrás de Pitt, tal y como queda reflejado aquí y aquí. Y también hubo quien dijo en voz alta lo que todos pensamos: “Brad Pitt en Wimbledon con el dinero que le estafó a la señora de Granada. QUE POQUÍSIMA VERGÜENZA!!!" . (Paréntesis por si no has entendido la broma: necesitas leer esta noticia urgentemente).
Pero la palma se la llevan todos los que se han lanzado a las comparaciones desaforadas… Empezando por enfrentar a Pitt con Paul Newman, otro que también envejeció mucho más que fetén. Lo mejor, sin embargo, llega cuando hay usuarios que comparan a Brad con fotos de ellos mismos con 18 años, con 23, con 26 o con 42. Mi corazón va, sin embargo, con este último, que es el que me queda más cerca.
Y ahora sí: vamos a por la política. Una política que, esta semana, puede leerse sin problemas a través de los dos hashtags más populares. Basta buscar cualquiera de ellos en Twitter para verse enterrado bajo un alud de noticias, contranoticias, declaraciones encendidas y, claro, también memes y gifs y vídeos. Empezando con un #FeijóoMentiroso, también conocido como #Fakejóo, que bastaría para llenar tres Haciendo Scroll seguidos. Se viene diciendo desde el cara a cara contra Pedro Sánchez: Alberto Núñez Feijóo miente más que habla y no tiene ningún pudor a la hora de soltar datos falsos con tal de epatar al votante indeciso y metérselo en el bolsillo.
La jugada se le está volviendo en contra y, misteriosamente, el candidato del PP ha sufrido una lumbalgia que le ha obligado a cancelar todas sus apariciones públicas… excepto la que tenía agendada con Ferreras en La Sexta y que, según dicen en redes, ha sido más un masaje que una entrevista. Sospechoso. Mientras tanto, la tuiteros siguen preguntándose por la relación de Feijóo con Marcial Dorado y desconfiando cuando afirma que desconocía que este humano fuera un narcotraficante por eso de que por entonces no existía Google. Lo que sí que existía eran medios de comunicación, tal y como recuerda cierto vídeo de Jordi Évole. Medios de comunicación que airearon ampliamente los menesteres del traficante antes de que Alberto decidiera darse un voltio con Marcial en lo que por ahí ya han bautizado como el narcobote.
El hashtag #FeijóoMentiroso, sin embargo, ha tenido un delicioso daño colateral: el advenimiento de Silvia Intxaurrondo como diva del periodismo español después de que la presentadora se atreviera a hacer lo que Ana Pastor y Vicente Vallés ni quisieron ni supieron en el cara a cara con Pedro Sánchez: pararle los pies al candidato del PP. Fue un diálogo glorioso en el que a Intxaurrondo no le tembló el pulso a la hora de hacer preguntas del tipo “¿cómo un hombre de su formación, trayectoria y nivel puede difundir sin contrastar información que afecta a la seguridad del Estado?” o, cuando Fakejóo dejó caer información falsa sobre las pensiones, plantarle cara con una frase que ya es mito viviente: “No es correcto”.
Mientras Feijóo ha decidido cambiar su retórica para usar la palabra “inexactitud” y así evitar el término “mentira podrida” (¿no es esto un poquito demasiado Trump?), las redes han preferido recordar que Silvia tiene un carrerón metiendo en bretes a la derecha, ya sea induciendo a la locura a Ayuso, propinándole zascas a Maroto, provocando tics nerviosos en Gamarra o poniendo en su sitio a Abascal. También se han marcado memes tan memorables como este. Hay quien incluso ha creado un sticker de WhatsApp que necesito urgentemente. Si lo tienes, envíamelo. Por favor.
¿Y con #PerroSanxe qué ocurre? Esto va a ser rápido… Resulta que ya hace tiempo que la izquierda decidió hacer un sano ejercicio de humor a la hora de reapropiarse de lo de “Perro Sánchez” y resignificarlo. El resultado fue un meme viral que adquirió muchas formas pero ninguna mejor que esta y que venía a decir lo siguiente: más sabe Perro Sanxe por perro que por Sanxe.
Y, entonces, lo inesperado: a escasos días de la jornada electoral, la gente ha decidido agraciar las redes sociales con fotos de sus propios perretes como votantes de Sánchez. Hay ejemplos que calientan el alma como este o este otro, otros más superheroicos, algunos contestatarios, alguna que otra celebridad e incluso alguno con bastante mala baba.
Cierro con una de esas viralizaciones que te devuelven la fe en la humanidad. En estos días, coincidiendo precisamente con el estreno en Japón de la (literalmente) última película de Hayao Miyazaki, a las redes les ha dado por recuperar otro de los filmes del director: aquella mítica “Porco Rosso” (1992) en la que el protagonista afirmaba que prefería ser un cerdo antes que un fascista. La frase está siendo repetida hasta la saciedad… Y lo mejor de todo es que el ilustrador Álvaro Ortiz decidió calcar la imagen del puerco volador y adaptarla a su propio estilo con un bocadillo que contiene un mensaje claro y conciso: vota. Desde entonces, muchos han sido los ilustradores que han calcado el calco de Ortiz no solo para ofrecer su versión de la imagen, sino para subrayar ese mensaje tan necesario: vota.
A la iniciativa se han sumado artistas como Ana Oncina, Lyona, Koldo Serra, Cristina Durán, David López, José Domingo, Pedro Cifuentes o Juanjo Cuerda. Y, si después de esto, a la gente no le queda claro lo importante que es acudir a las urnas este domingo, es que tenemos un problema. Porque el mensaje es claro y conciso, pero no nos podemos cansar de repetirlo: ¡vota! ∎